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Economía

Las directivas reclaman apoyo público para atajar la brecha salarial y el 'techo de cristal'

Las mujeres cobran un 18,7% menos que los hombres en el mismo puesto y dedicación, lo cual supone una merma de ingresos media de 5.175 euros al año

Las directivas reclaman apoyo público para atajar la brecha salarial y el ‘techo de cristal’

La presidenta de Fedepe, Ana Bujaldón. | Fedepe.

«La mujer no puede ser un valor simbólico en la dirección de empresas». Así se pronunció este lunes, en Madrid, la presidenta de la federación de mujeres directivas y empresarias (Fedepe), Ana Bujaldón. La asociación trata de impulsar, desde 1987, el liderazgo femenino. En este sentido se pronunció la presidenta de las ejecutivas durante la presentación del barómetro sobre el impacto de la pandemia y el entorno híbrido -la combinación entre teletrabajo y desempeño laboral presencial-, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.

La federación reclama más apoyo de las Administraciones Públicas y los partidos políticos para atajar la brecha salarial y mejorar la proyección profesional de las mujeres en el marco de la conciliación de vida laboral y personal. Por ello, se determina desde Fedepe a impulsar contactos con los distintos grupos políticos, al entender que no se ha avanzado en estos aspectos y que las políticas de igualdad no han restañado la brecha media de sueldo de 5.175 euros al año entre hombres y mujeres.

«No podemos esperar a que la igualdad aparezca en nuestras vidas», sentenció Bujaldón, arropada por la directora de la Unidad Ginecológica de Gedeon Ritcher, Rosa Vázquez, y la coautora del barómetro, Ana Rosa Pacheco.

Menos salario, menos pensión

Esa brecha salarial del 18,7% -según cálculos de Fedepe a partir del INE- lastra no sólo la economía de las directivas y ejecutivas, sino que minora su expectativa de pensión futura. «Las Administraciones Públicas no están haciendo lo suficiente», zanjó Bujaldón, para pasar a relatar cómo la pandemia ha inferido un especial daño laboral a las mujeres, según el barómetro.

La presidenta de las directivas recalca que el llamado techo de cristal, ese umbral del que la mujer difícilmente puede pasar laboralmente -al margen de su dedicación, currículum, esfuerzo horario, carrera laboral y menor remuneración- «no es de cristal», sino «de hormigón, casi indestructible».

Vázquez apuntó que el problema de la brecha salarial y la dificultad de traspasar el techo de cristal tiene un serio impacto en la salud global de las trabajadoras y que la mejora de ese entorno en el que vive la mujer trabajadora no es baladí, ni aprovecha solo al colectivo, sino que devendría en un motor de cambio en el desarrollo social y económico de los países.

Atención a la salud

De hecho, según el barómetro de Fedepe más del 49% de las encuestadas considera que su salud empeoró durante la pandemia y sólo el 15% asegura haber recuperado su estado físico y mental previo a la crisis sanitaria, aunque el 33% transmite que no ha sufrido ningún cambio y el 70% reconoce que su autoestima no ha variado, lo cual -a juicio de Bujaldón- evidencia la especial fortaleza y resiliencia del colectivo femenino.

Según el estudio, sobre una muestra de más de 500 profesionales y ejecutivas, el 60% considera que las Administraciones Públicas no han mejorado su marco laboral, y por ello reclaman políticas públicas que atiendan las especificidades de la mujer trabajadora.

El 55% considera que el actual entorno híbrido de trabajo perjudica el desarrollo profesional de la mujer ya que tiene que seguir compatibilizando otras tareas domésticas todavía muy enraizadas en el entorno femenino, aunque según el 57% esa posibilidad de combinar presencialidad con teletrabajo favorece la conciliación laboral y familiar.

Especial atención dedica Fedepe a la mujer mayor de 46 años, que «sufre una doble discriminación laboral»: por sexo y por edad. Ana Rosa Pacheco ha relatado cómo a partir de esa edad, y pese a un nutrido bagaje profesional, es difícil ser llamada para una postulación a un empleo al que se ha aplicado.

Doble brecha a partir de los 46 años

Ello hace que muchas mujeres decidan emprender y convertirse en autónomas a partir de esa edad, con el coste personal que suponga. El barómetro concluye que el entorno familiar, de pareja o la relación con los hijos se ha deteriorado en el 33% de los casos, ascendiendo el porcentaje al 57% en el caso de las féminas entre 46 y 59 años.

Sobre la situación de crisis económica actual, las directivas muestran una sonora preocupación. Más del 57% asegura que el entorno económico actual afecta negativamente a la continuidad de las mujeres en sus puestos de trabajo. El 66% cree que ello deriva en una merma de la posibilidad de búsqueda de nuevos puestos de trabajo. El 83% refiere que la situación es especialmente «discriminatoria e injusta» en el caso de profesionales senior (de 46 años en adelante).

Las actuaciones de Fedepe en pro de la carrera profesional de las mujeres -programas de formación, networking, eventos, jornadas- son ensalzadas por el 83% de las participantes en el sondeo.

El 75% de las mujeres de la Unión Europea han sufrido violencia en las empresas en el último año

Los efectos del COVID aún se están sufriendo en diferentes sectores y ámbitos. Uno de ellos es el mercado laboral, especialmente en lo relativo a las relaciones entre empleados y empresas, que según denuncia el CEDE Centre d’Estudis de las Dones d’Europa, se ha cebado con las mujeres. Según datos de la organización presentados por el Parlamento Europeo a final de 2021, más del 75% de las trabajadoras sufren violencia en las empresas. Esta situación, con cifras tan elevadas como no se habían dado nunca, viene provocada por el trabajo remoto, es decir, por el teletrabajo. “Desde situaciones intimidatorias a comentarios impropios del ámbito laboral, de connotación sexual, abuso de poder, pasando por la desigualdad en los puestos de responsabilidad hasta en los salarios y otras formas de machismo y sexismo, son algunas de las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres a diario en un entorno que debería ser seguro, como es el del trabajo”. Las presidenta del CEDE, Mireia Del Pozo, señala que esta situación va en contra de la cuenta de resultados de las empresas, afectando a la motivación y abriendo la puerta a la fuga de talento, ya que aquellas compañías que apuestan por el liderazgo femenino mejoran hasta seis puntos sus beneficios netos.

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