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Economía

Los contratos indefinidos a tiempo completo pasan del 66% al 38% tras la reforma de Díaz

Los empleos de menos de una semana de duración suponen en octubre un 20% del total, dos puntos más que en marzo

Los contratos indefinidos a tiempo completo pasan del 66% al 38% tras la reforma de Díaz

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. | Europa Press

La realidad del mercado laboral, casi un año después de la reforma laboral impulsada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, descubre la precariedad del empleo en España. Los contratos indefinidos a tiempo completo son el 37,8%, frente al 66,6% antes de la nueva norma. El resto de contratos es a tiempo parcial, bien por jornada, bien por dedicación limitada, como en el caso de los fijos discontinuos.

Así lo reflejan datos de octubre del Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE), a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Todo ello confirma la subida del pluriempleo que exhibió este periódico y el hecho de que los contratos indefinidos, que no vitalicios, son, en la mayoría de las ocasiones, temporales.

En el mes de octubre, último con datos oficiales disponibles, se firmó un total de 1.524.139 contratos, un 19,7% menos que en el mismo mes del año anterior. Como explican a este periódico fuentes sindicales, esa caída de la contratación es consecuencia del cambio legislativo operado por Díaz y de la crisis económica.

Las mismas fuentes explican: «Siendo una tónica habitual los contratos de duración inferior a una semana, estos suponen respecto al total de los contratos realizados en septiembre un 20%, dos puntos más que en marzo de 2022», mes en el que la implantación de la reforma laboral fue completa.

Mes y medio de contrato ‘fijo’

La duración media de los contratos se queda en 48,66 días. Alrededor de mes y medio es lo que supone la fijeza del contrato, «muy lejos de la que teníamos hace un año, en que se alcanzaron prácticamente los dos meses» (57 días de duración media del contrato).

En cualquier caso, lo cierto es que los contratos indefinidos a jornada completa representan el 37,8% del total, siendo el 24,9% a jornada parcial, y el 37,3% fijos discontinuos. Aunque los fijos discontinuos trabajen a jornada completa, su labor prorrateada en meses es inferior a la de un indefinido a jornada completa, y además se exponen a no saber si serán llamados por su empleador una vez finalizada su tarea.

Como indica a este periódico José Luis Fernández, jefe del gabinete de estudios de la Unión Sindical Obrera (USO), desde la reforma laboral los contratos indefinidos a jornada completa se mantienen en el entorno del 38%, frente al 66% de los meses anteriores.

Otros laboralistas consultados indican que, dada la crisis de precios actual, las familias no pueden llegar a fin de mes con un contrato a tiempo parcial, y muchos trabajadores se pluriemplean para sufragar los gastos ordinarios.

El incremento de la contratación indefinida, derivado de la obligación normativa, «viene asociado también a un notable aumento de la contratación a tiempo parcial y de fijos discontinuos». En concreto, «solo el 17,3% sobre el total de contratos celebrados en octubre son indefinidos a tiempo completo, ello contrasta con el 36,1% sobre el total de contratos temporales celebrados a jornada completa (más que duplican a los indefinidos)», aduce un informe de USO.

Indefinido no implica llegar a fin de mes

El documento se ha elaborado en octubre, último mes con datos estadísticos disponibles, un número de contratos fijos discontinuos que se acerca, «y mucho», a los que se realizan a jornada completa. Ello refleja, según las mismas fuentes, que «se está troceando el empleo y creando una situación en la que tener un contrato indefinido no implica cobrar un salario que permita llegar a fin de mes». Se está generando, denuncia USO, el arquetipo de trabajador en riesgo de situación de pobreza pese a tener un contrato indefinido. «Y, por tanto, se está produciendo un incremento de las situaciones de desempleo: se necesita más de un contrato (empleo) para llegar a fin de mes».

Por otra parte, el menor número de contratos se realiza entre la población más joven -entre 16 y 19 años-, con el 4,6% del total de contratos, y los de mayor edad -entre 55 y 59 años- son el 3,1% de contratos, lo que viene a evidenciar la dificultad de retrasar la edad de jubilación que pretende el Gobierno. Ser contratado en plantilla, pasados los 55 años, se ha tornado en una quimera que lleva a la fuerza laboral al emprendimiento autónomo.

Como explica a este diario el profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF), Juan Fernando Robles: «Cuando la normativa aprieta en salario mínimo, cotizaciones, compromisos contractuales, las empresas intentan contener los costes y los compromisos intentando no adquirirlos por completo hasta no haber comprobado el rendimiento».

Parece evidente que la contratación indefinida se está descafeinando en alguna medida, incide. Otro fenómeno son los largos periodos de prueba que incorporan algunos contratos, que hacen del contrato indefinido auténtico papel mojado, zanja Robles.

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