El 7% de los hogares ya ha dejado de pagar la hipoteca por la subida de tipos y la inflación
Desde enero, el porcentaje de familias que retrasa más de tres meses el abono de las cuotas crece, pero son más las que aplazan otros productos y servicios
Cada vez más hogares se ven con dificultades para afrontar sus costes, entre ellos la hipoteca, por la subida de los tipos y la inflación. El 7% de las familias se ha visto obligado en el último año a tener que retrasar el pago de las cuotas de los préstamos para la adquisición de la vivienda tres meses o más, según los datos de julio del Banco de España a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Es decir, que ha entrado en morosidad.
Un porcentaje que podrá subir en los próximos meses, ya que los efectos del encarecimiento del euríbor y del IPC aún no se han trasladado por completo a los bolsillos de los ciudadanos, salvo que se neutralice con el paquete de medidas impulsado por el Gobierno y la banca para aliviar la carga financiera en su pacto alcanzado a última hora del lunes.
Desde enero, el supervisor viene observando un incremento en el volumen de familias que no pueden abonar la cuota de la hipoteca. A principios de este ejercicio, eran un 6%. Eso sí, esta cifra está aún lejos del 10% de principios de la pandemia. Entonces, las moratorias puestas en marcha mejoraron la capacidad de los hogares y los retrasos de más de tres meses disminuyeron hasta el 5%, aunque en los meses de verano de 2021 el porcentaje se disparó como consecuencia del fin de las facilidades de pago aprobadas por el coronavirus.
Más familias retrasan el abono de créditos al consumo que la hipoteca
La hipoteca, como en crisis anteriores, es lo último que los ciudadanos dejan de desembolsar. En esta ocasión también. Pero, a diferencia de lo que ocurrió tras la covid, las familias no están cumpliendo con sus compromisos en los créditos al consumo, principalmente. Más del 10% no puede abonar las cuotas por esta financiación, un nivel que es superior, incluso, al que se registró cuando estalló la pandemia.
En abril de 2020, de acuerdo con las cifras del Banco de España, la población dejó de pagar principalmente los recibos de los servicios básicos, para destinar su dinero a comida y el abono de la hipoteca. Un 12% de los hogares aplazó al menos tres meses las facturas de la luz o el gas y lo hizo, además, en una coyuntura distinta a la actual, ya que aún los precios no se habían incrementado de manera relevante. Ahora, tras las subidas de los costes energéticos, en torno a un 8% de las familias no pueden asumir el gasto de dichos servicios, pero desde enero, como sucede con la hipoteca y los préstamos al consumo, cada vez son más.
En cuanto al alquiler de pisos, la tendencia también es alcista desde comienzos de 2022. Las unidades familiares que no pueden costear la renta de la vivienda se sitúa en el 10% del total, según la cifras del supervisor, que considera que la población vulnerable económicamente se está incrementando.
Ante tal contexto, el gobernador Pablo Hernández de Cos valida el decreto de ayuda para el pago de la hipoteca concretado entre la banca y el Gobierno. Gracias esta regulación, un millón de personas podrán beneficiarse de las distintas medidas. Y la normativa no supondrá un golpe significativo para las entidades, debido a que no tendrán que contabilizar los préstamos que se refinancien o reestructuren como morosos y, por tanto, las provisiones que deberán hacer sean menores.
Sin embargo, el decreto solo ampara al 19% de los titulares de hipotecas de nuestro país, dejando a un lado al resto. En concreto, 4,2 millones de hogares no tendrán a su alcance una facilidad de pago para su hipoteca. Los bancos permitirán a las familias más vulnerables -aquellas cuyos ingresos totales sumen menos de tres veces el Iprem o 25.200 euros anuales– extender el periodo de pago para reducir las cuotas bajo determinados supuestos. Estos son que el coste de la hipotecas haya subido y que la factura se lleve al menos el 50%.
Para los que no alcancen este criterio de esfuerzo y cuente con un nivel de renta inferior a esos 25.200 euros, las entidades pondrán a disposición una carencia del pago de dos años, un tipo de interés más favorable durante ese plazo y una extensión del periodo de amortización de hasta siete años.
Para las rentas de hasta 29.400 euros, las familias podrán congelar la cuota de la hipoteca y ampliar la amortización total durante siete años. Para ello, su carga hipotecaria deberá superar el 30% de la renta y que la cuota haya subido un 20%. Además, para el conjunto de ciudadanos con créditos para la vivienda, el Gobierno ha eliminado comisiones y costes para las amortizaciones anticipadas y para el cambio de una hipoteca variable a una de tipos fijos.