España da un giro comercial y convierte a China en su primer proveedor, superando a Alemania
La guerra de Ucrania obliga al Ejecutivo a cambiar el mapa de las importaciones apoyándose en China, EEUU y Rusia en detrimento de la Unión Europea
La guerra de Ucrania ha traído grandes cambios en la política comercial de España, que ha encontrado fuera de la Unión Europea nuevos socios estratégicos para suplir la escasez de bienes y servicios, principalmente alimentos, productos tecnológicos y combustibles. El principal giro se ha dado en el ámbito de las importaciones, donde China ha desplazado a Alemania como primer suministrador de nuestro país, un hecho inédito que no se había producido desde que existen registros históricos de comercio exterior.
Las cifras difundidas esta semana por la Secretaría de Estado de Comercio y cribadas por THE OBJECTIVE anticipan que en 2022 cerraremos el año por primera vez con un primer proveedor distinto a Alemania, y además no será de la Unión Europea, sino asiático. Este es un cambio que se produce en medio de una dura batalla comercial impulsada por la invasión de Rusia a Ucrania y en la que España está del lado de la Unión Europea y de Estados Unidos. Se trata de una guerra comercial en la que China se ha mostrado neutral, aunque ha dado apoyo a Rusia, comprando sus excedentes de gas natural y de otros productos básicos.
El Informe Mensual de Comercio Exterior con cifras hasta el 31 de octubre, indica que en los primeros diez meses del año las importaciones de China han llegado a los 41.492,60 millones de euros, un espectacular crecimiento del 52,3% en este periodo. Este dato supone que el 10,9% de todos los bienes y servicios que ha comprado nuestro país en todo el mundo desde comienzos de este año vienen del país asiático.
Crecimiento de China
Por el contrario, en Alemania hemos comprado 35.541,70 millones en este mismo periodo, lo que supone un alza del 13,1% -mucho más modesta que la de China-, lo cual le ha hecho perder su cuota de mercado hasta el 9,4%. Es un verdadero cambio de ciclo, ya que hasta el año pasado Alemania había sido siempre el principal suministrador de España desde que existen registros. En 2021 la cuota de Alemania fue del 11,2% contra el 10,2% de China.
Las compras de España a China se han disparado de tal manera que solo entre enero y octubre (y a falta de dos meses para que cierre el año) se ha batido cualquier récord de importaciones desde un solo país. Los 41.492,6 millones acumulados superan largamente los 39.865,20 millones que se compraron en el año 2019 a la propia Alemania. Estas estadísticas, según los expertos consultados por este diario, hacen suponer que este curso España empezará un camino que podría mantener a China como su principal socio exportador en el mediano y largo plazo.
El historial de compras a China ha sido fulgurante en la última década, un periodo en el que los envíos desde el país asiático se han duplicado. En 2012 las importaciones desde China apenas eran de 17.808 millones de euros frente a los 27.989,4 millones de Alemania y los 27.351,7 de Francia. Diez años después (y siempre considerando cifras anuales), las importaciones a España llegaron en 2021 a los 34.834,70, por los 38.276,40 de Alemania y los 34150,2 de Francia. Es así como en 2020 el país asiático se convirtió en el segundo proveedor, por encima de Francia, y al cerrar 2022 se situará por delante de Alemania.
Compra de gas ruso
¿Qué compramos a China? Básicamente productos tecnológicos. Los informes de la Secretaría de Estado de Comercio indican que los principales productos importados son equipos de telecomunicaciones, máquinas de tratamiento y procesamiento de datos e información, transistores y dispositivos semiconductores similares, artículos y material deportivo y acumuladores eléctricos. Las crisis de los chips y de la cadena de suministros mundiales han sido elementos fundamentales que han obligado a España a disparar sus compras al gigante asiático.
Pero China no ha sido el único protagonista del giro comercial de España desde que comenzara la guerra de Ucrania. Este periódico ya ha advertido de que Rusia ha sido uno de los países desde los que más han aumentado las importaciones. Los datos indican que, entre enero y octubre, las importaciones de este país -con una serie de sanciones comerciales en su contra- se han disparado un 37,5% hasta los 6.404,8 millones de euros. En todo el año 2021 importamos 6.033,6 millones, una cifra que ya era uno de los récords históricos.
Ha sido un crecimiento impulsado principalmente por la necesidad de España de abastecerse de combustibles e hidrocarburos. De esta manera, las importaciones españolas de gas ruso crecieron un 65% en el mes de noviembre respecto al mismo mes del año precedente, representando un 17,1% del total. Esto supone que el gas ruso ya es el tercero en importancia en el mix energético español después de Estados Unidos y Argelia.
Estados Unidos y la UE
Precisamente, Estados Unidos ha sido otro de los países que más ha ganado peso en la cesta de compra española en el exterior. Los datos de los diez primeros meses del año reflejan importaciones por valor de 28.376,0 millones, un crecimiento del 115,8%. La cifra supera ampliamente los 17.089,8 de todo el año anterior y ha servido para que los envíos desde este país a España pasaran de representar el 5% del total hasta el actual 7,5%.
Frente al crecimiento de China y Estados Unidos, las importaciones desde la Unión Europea hasta España han perdido peso desde el comienzo de la guerra de Ucrania. Entre enero y octubre, las compras a países de la Unión Europea llegaron a los 168.116,3 millones, un 20,9% de crecimiento respecto de igual cifra del año pasado y un porcentaje sobre el total de las importaciones que llegó al 44,2%. En 2021, las compras a países de la UE llegaron a los 170.891,0, un crecimiento similar del 20,1%, pero con 5,7 puntos porcentuales (49,9%) más que lo registrado este año hasta la fecha.
Los números demuestran que la guerra de Ucrania ha empujado a España a cambiar de socios comerciales acercándose a Rusia, Estados Unidos o China y profundizando sus lazos comerciales con Marruecos. Al mismo tiempo, ha ido alejándose de sus socios históricos de nuestro continente, como Alemania, Francia y el conjunto de los países de la Unión Europea. Un cambio de cromos en nuestro comercio exterior que se consolidará al final de 2022.