El Banco de España falla en su previsión: los tipos de interés y el euríbor apuntan al 4%
Las hipotecas sufrirán un encarecimiento de unos 4.000 euros anuales de media si el precio del dinero alcanza este umbral el próximo año
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos | Europa Press
El Banco de España ha fallado en su previsión sobre la subida de los tipos de interés, un factor clave para la evolución del euríbor y el coste de las cuotas de los préstamos, sobre todo hipotecas, a tasas variables. El gobernador del organismo, Pablo Hernández de Cos, vaticinó a finales de septiembre que el precio oficial del dinero escalaría a un máximo del 2,5% para contener la inflación en la zona euro, de acuerdo con las estimaciones internas. El BCE lo colocó esta semana en este nivel, tras un nuevo incremento de medio punto porcentual, y anunció que a lo largo de 2023 iba a continuar con la escalada «de manera significativa».
De Cos ofreció en una comparecencia pública este pronóstico con la intención de poder orientar a los ciudadanos sobre el encarecimiento de sus préstamos. Un hecho que es poco habitual, ya que es inusual que los gobernadores de los bancos centrales concreten cifras sobre la evolución de los tipos de interés, máxime en un contexto de elevada incertidumbre como la actual.
Si bien, el máximo responsable del Banco de España explicó entonces que dicho cálculo estaba realizado bajo las expectativas del IPC a medio plazo del propio BCE y con las herramientas disponibles y la información de entonces, al igual de que estaban sujetas a la inestabilidad existente.
Tipos de interés para controlar la inflación
Otros expertos y el mercado están también modificando cada cierto tiempo sus previsiones debido a que no están claros los movimientos que llevará a acabo el BCE. Hace semanas el consenso de los analistas apuntaba a que los tipos de interés llegarían al umbral del 3%, pero en la actualidad no se descarta que alcancen el 4%, según las fuentes financieras consultadas por THE OBJECTIVE.
Las pistas dadas por el BCE en la reunión del pasado jueves apuntan a que hará todo lo necesario para que la inflación se modere drásticamente y, por tanto, eleve los tipos de interés dos o tres veces más con alzas también de medio punto el próximo ejercicio. El IPC de la zona euro solo ha mostrado una incipiente contención en noviembre, al situarse en el 10,1%, alejándose así del objetivo del 2% marcado por la institución que preside Christine Lagarde.
Recientemente el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, no descartó que los tipos de interés y el euríbor pudieran alcanzar la barrera del 4% el próximo año para que se consiguiera la ansiada neutralidad monetaria, es decir, que se lograra con la política del precio del dinero reducir hasta la meta deseada la inflación sin dañar la economía.
El BCE confía en que su estrategia de mayores subidas de los tipos de interés empiece a dar frutos en 2024, aunque da por hecho que no logrará que la inflación baje al entorno del 2% hasta al menos 2025. El organismo comunitario ha empeorado sus previsiones, ya que espera que el IPC de la zona euro desciende al 6,3% en 2023, frente al 5,5% anterior, y que se sitúe en 2024 en el 3,4%. Por tanto, todavía lejos del nivel querido.
El fallo de cálculo del Banco de España sobre los tipos de interés por tanto es más que patente y podría tener consecuencias para las familias y empresas que lo hubiera tenido en cuenta para su organización financiera. Hay que tener en cuenta que los titulares de hipotecas variables están viendo como el coste de éstas se está incrementando de manera acelerada desde marzo y que lo harán de la misma manera el próximo ejercicio, tendiendo en cuenta los avisos del BCE.
Hasta la fecha las cuotas anuales se han encarecido hasta 3.00o euros y, si el euríbor rebasa el 4% -en la actualidad en el 3%-, dicho aumento sobrepasará los 4.000 euros, en un contexto en que los precios de los alimentos siguen por las nubes y los de la energía en niveles elevados. Una situación que va a complicar que muchas familias puedan asumir las facturas.
En este contexto y con el fin de ayudar a los hogares en dificultades, la banca y el Gobierno han pactado una serie de ayudas para reducir el gasto que conlleva una hipoteca y el Ejecutivo está dispuesto ahora a topar de alguna manera la cesta de la compra. La intención es mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos, que se está viendo mermado por la espiral de todos los precios. Las familias ya han tenido que echar mano de los depósitos acumulados durante la pandemia y de tirar de créditos con tarjeta para llegar a fin de mes.
