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Economía

El Gobierno aprovechará la etiqueta 'verde' del gas en Europa para transportarlo por el H2Med

Los especialistas apuntan a que esa nueva denominación les permitirá distribuir el hidrocarburo. El Gobierno reconoce que habrá gas en su interior

El Gobierno aprovechará la etiqueta ‘verde’ del gas en Europa para transportarlo por el H2Med

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Senado. | Kiko Huesca (EFE)

La votación de julio en el Parlamento Europeo que permitió reconocer en la UE la energía nuclear y el gas natural como energía verde podrá permitir a España transportar gas por el futuro tubo. Aunque, en un principio, Moncloa reconoció que solo sería posible distribuir hidrógeno verde (o rosa), la etiqueta con la que se redefinió el hidrocarburo dará luz verde, como así aseguran los expertos consultados por este periódico, para llevar gas natural en su interior. Se trata de una idea que era, en principio, la que manifestaba de forma abierta el Gobierno de España.

Desde Moncloa reconocen que el tubo «puede llevar algo de gas«. De hecho, las mismas fuentes van más allá: «En las tuberías que ya hay existentes se puede transportar algo más de gas con porcentajes máximos». Un escenario que rompe con la primera concepción que apuntaba a que el proyecto H2Med llevaría de forma íntegra hidrógeno verde. Un recurso, este último, clave, según Moncloa, para «conseguir la máxima financiación desde Europa». Bruselas, de hecho, puede financiar hasta un 50% del plan.

La principal razón que esgrimen los especialistas para el futuro transporte del gas a través del proyecto conocido como H2Med es que para 2030 será muy difícil -«por no decir imposible»- que exista un ecosistema que produzca hidrógeno verde. «El problema va a ser que España y Francia tendrán el tubo, pero les faltarán las instalaciones (molinos de viento o placas solares) suficientes para generar la tecnología. Los mismos expertos apuntan a que ese gas natural que se distribuya proceda de Argelia. Por otro lado, se refieren a las futuras compañías que muestren interés por el gasoducto: «Si hay de países de la Península Arábiga, eso ya te puede dar pistas de que muy verde no será».

A diferencia de lo que ocurre en el actual proyecto entre Francia, España y Portugal, existe otro proyecto en la zona oriental del Mediterráneo que arroja perspectivas mucho más optimistas en relación con la energía renovable que se transportará. Así, Grecia y Egipto siguen avanzando en la construcción de un cable marino de unos 600 kilómetros que transporte la electricidad producida por la energía eólica y solar del país africano. Además, es considerado «uno de los proyectos energéticos más ambiciosos de la Unión Europea».

Por otro lado, y para más inri, una de las zonas clave para lanzar el proyecto sufre de un importante retroceso en el despliegue de la energía renovable clave para generar hidrógeno verde: Cataluña. De hecho, hace un año, la energía a través de aerogeneradores y las placas solares representó en el mix energético catalán apenas el 6,4% y el 1,4%. El resto lo conforman las siguientes tecnologías: la energía nuclear, con el 57,7%, el ciclo combinado, con el 12%, la cogeneración, con el 10,5%, y la energía hidroeléctrica, con el 8,6%.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se mostró muy crítica tras el anuncio de convertir el gas natural en una energía renovable. «No lo compartimos, creemos que el gas natural, la energía nuclear, lógicamente son soluciones de transición con las que vamos a seguir conviviendo, pero eso no significa que sean verdes. Evidentemente, respetamos el voto del Pleno del Parlamento Europeo, pero al final nos parece que es dar por verde lo que no es», aseveró Ribera.

Los tres impulsores del proyecto H2Med, Francia, España y Portugal, quisieron subrayar delante de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, la importancia de la financiación europea para sacar adelante el hidroducto. Tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, como el presidente Sánchez incidieron durante sus intervenciones en este aspecto. Para ello, entre los tres territorios lanzaron un IPCEI (proyecto europeo de interés común).

El proyecto H2Med se divide en dos tramos. El primero une Celorico da Beira (Portugal) con Zamora (Castilla y León), y el segundo une Barcelona (Cataluña) con la ciudad francesa de Marsella. El primer recorrido tendrá una longitud de 248 kilómetros, mientras que el segundo será de 455 kilómetros. Juntos suman 703 kilómetros. La inversión total por la construcción de ambas tuberías es de 2.850 millones de euros.

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