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Economía

La nueva fiscalidad energética de la UE subirá hasta un 70% el precio de los combustibles

Un aumento que se apreciará en España antes de 2030. Según Deloitte, en ese año, el 82% de los coches seguirán siendo de combustible fósil

La nueva fiscalidad energética de la UE subirá hasta un 70% el precio de los combustibles

Coches circulando en la carretera. | Europa Press

La Unión Europea continúa con su particular cruzada contra los combustibles fósiles. Así, los nuevos impuestos que preparan de forma minuciosa desde Bruselas, junto con el objetivo de incluir al transporte en el sistema de comercio de derechos de emisión, propiciarán, según la consultora Deloitte, la subida de los precios de los combustibles en España hasta un 70% antes de 2030. «La propuesta de la nueva directiva de fiscalidad energética y la de incluir el transporte en el sistema ETS a partir del año 2026 anticipan un incremento de los precios de los combustibles fósiles para el transporte del 20 al 70%«, sostiene el informe.

Dentro del transporte ligero, la tasa impositiva por distancia pasará en el diesel de 1,9 a una tasa impositiva mínima por distancia de hasta 3,2. Un aumento que según la consultora ayudará a esa subida del 70%, mientras que en el caso de la gasolina, el aumento sería de los 3,3 puntos a los 4. Lo que supondría, según los datos del informe, que el precio se disparase más de un 20%. Por otro lado, la tasa impositiva por contenido energético pasará en el diesel del 10,3 a una tasa impositiva mínima por contenido energético de 18,2. Mientras que en la gasolina será del 14,2 al 17,7.

Es una realidad muy distinta a la que vivirán otros combustibles, considerados limpios, como el biometano o el hidrógeno. En el primero, la tasa impositiva por distancia apenas aumentará del 0,3 al 0,8, mientras que en el segundo se mantendrá inmóvil en el 0,0%. En el documento no se olvidan de los perdedores en este futuro cercano. «Como en el resto de los sectores, la transformación del transporte se enfrenta a una serie de incertidumbres, que será necesario contestar para materializar dicha transformación sin dañar a un sector con tanta relevancia para empresas y ciudadanos».

El informe sostiene que «este incremento, si bien responde a un esfuerzo por equiparar la fiscalidad de los combustibles fósiles y reforzar la neutralidad tecnológica, puede contribuir, aún más, al proceso inflacionista de un elemento fundamental como es el transporte por carretera, y perjudicar a sectores vulnerables de la sociedad. Por tanto, un elemento crítico de la definición e implementación de estas medidas será el concepto de transición justa, por el efecto de la subida propuesta en sectores como el
transporte profesional y en aquellos con dificultad para acceder a otras alternativas».

La apuesta de los diferentes estados miembros de la Unión Europea es hoy el vehículo eléctrico. Nuestro país, de hecho, ha aprobado un proyecto estratégico destinado a incentivar este nuevo tipo de transporte. Aunque, de momento, no está teniendo el resultado más esperado. En el informe se hace mención al coche eléctrico. «En el transporte ligero, el desarrollo de vehículos eléctricos se está acelerando en los últimos años debido a la mejora de su competitividad, por la reducción del precio de las baterías y las ayudas públicas que están recibiendo».

Pero el objetivo de Europa es claro: descarbonizar el transporte ligero. El informe, sin embargo, deja caer que pese a ese aumento de los impuestos en los combustibles fósiles, la mayor parte de los ciudadanos seguirá conduciendo coches impulsados por combustibles fósiles. «El análisis del transporte se ha centrado en el transporte rodado, que supondrá el 23% de las emisiones y el 24% del consumo energético en el año 2030 de acuerdo con los diferentes PNIEC. Estos planes tienen un gran foco en el impulso del vehículo eléctrico, aunque, a pesar de ello, en 2030 el 82% del consumo del sector seguirá basado en combustibles fósiles en el total de la Unión Europea«.

Ante este nuevo escenario, los analistas lanzan en el propio estudio una serie de preguntas relacionadas con el nuevo vehículo de cero emisiones: «¿Cómo va a evolucionar el negocio de la recarga de vehículo eléctrico en sus diferentes vertientes (vinculada, destino, vía pública)?, ¿qué hábitos de recarga tendrán los usuarios, especialmente los que no tengan la posibilidad de tener un punto vinculado? y ¿qué modelos de negocio serán los ganadores en este nuevo ecosistema?».

Objetivos de la UE

Toda estas medidas siguen una hoja de ruta marcada en Bruselas para convertir en el futuro a todos los países miembros en lugares cien por cien sostenibles. Para ello, existen una serie de objetivos a cumplir que se describen en Fit for 55 y en el Plan REPowerEU. El informe, aún así, advierte: «Conseguir estos objetivos supone un reto sin precedentes para todos los sectores económicos, que deben de acometer una profunda transformación en su modo de generar, transportar y consumir la energía».

Entre las medidas que propone Europa cabe mencionar los combustibles renovables. «Necesitamos disponer de planes y contribuciones más ambiciosas de biolíquidos y biogases para hacer una doble palanca, reducir las emisiones de los sectores no energéticos. Una realidad que no solo hace mención a los vehículos por carretera sino que se extiende a otros transportes que juegan otro rol en la economía, como en la agricultura, ganadería o la aviación.

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