Aragonès y Colau plantan nuevamente al Rey pero no evitan la foto con Felipe VI en el MWC

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han vuelto a plantar al Rey Felipe VI, en la inauguración oficial del Mobile World Congress de Barcelona (MWC). Y lo han hecho por segunda vez en menos de doce horas, tras la cena oficial de la feria celebrada el domingo. Este lunes los dos políticos han evitado hacerse la tradicional foto con el monarca a su llegada a la Fira de Barcelona para inaugurar la feria tecnológica, aunque luego participaron en parte del recorrido que todas las autoridades hicieron por los principales pabellones y stands de la feria y en encuentros con empresarios.

Precisamente al final de uno de estos encuentros Aragonès y Colau no han logrado evitar una foto con el monarca que llevan eludiendo durante años y que confirma que el plante de no querer recibir a Felipe VI, es más una acción mediática que una protesta con sentido y consistencia.

Este plante de un presidente de la Generalitat ya viene siendo tradicional desde que estallara el procés allá por el año 2017. No obstante, esta es la primera vez que se produce tras los años de pandemia y ya con el fin de las restricciones sanitarias y de movilidad de los dos últimos años. Con la normalidad, vuelven los gestos de rechazo a la monarquía que ya son tradicionales en los dos representantes de las instituciones catalanas cuando el Rey viaja a Barcelona.

Pere Aragonés y Ada Colau también se ausentaron del saludo protocolario a su llegada a la cena oficial de bienvenida a las autoridades que asisten al MWC el domingo y de la foto de familia posterior al besamanos. Los dos accedieron al Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), donde se desarrolló el evento, por una puerta diferente a donde aguardaban las autoridades la llegada de Felipe VI. Aunque posteriormente se sumaron a la cena y participaron activamente de ella. Incluso Colau y Aragonés tomaron la palabra ante los representantes institucionales de la feria tecnológica.

Inestabilidad política

Una situación similar se ha vivido en la inauguración de este lunes. Entre las autoridades que esperaron al Rey a la entrada de la Fira de Barcelona se encontraron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ; la vicepresidenta primera, Nadia Calviño; el presidente de Fira, Pau Relat; el consejero delegado de la GSMA, John Hoffman; y la delegada del Gobierno en Cataluña, María Eugènia Gay. Tras la foto protocolaria, comenzaron a realizar el tradicional paseo en el que se visitan los principales stand institucionales como el de España o el de Cataluña, donde se sumaron los dos representantes catalanes.

Estos dos desplantes simbólicos en menos de doce horas se suman a una descafeinada manifestación convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) el domingo por la tarde. Según fuentes municipales, apenas 100 personas se concentraron este domingo en la Plaza España de Barcelona en rechazo a la visita del Rey Felipe VI a la ciudad. Los asistentes se concentraron en las Torres Venecianas, cerca del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), donde se desarrolló la cena inaugural del evento.

Este 2023, el Mobile de Barcelona vuelve a la normalidad después de dos años de restricciones por la pandemia y una edición -la de 2020- que no se realizó por motivos sanitarios. Es por ello por lo que esta edición es clave en Barcelona y Cataluña para recuperar la credibilidad de sus instituciones para acoger eventos que puedan generar un impotente impacto económico. Durante casi un lustro, el MWC estuvo en cuestión precisamente por su inestabilidad política y tras la renovación del año pasado hasta 203o, los empresarios consideran que es fundamental que los políticos catalanes huyan de extremismos y se centren en dar tranquilidad económica al evento.

Impacto económico del MWC

De hecho, en este 2023 los coordinadores del Mobile esperan generar unos 350 millones de euros de manera directa e indirecta en Barcelona, esto es lo que se genera en la restauración, los alojamientos, el ocio y el transporte. En 2019, el último de la normalidad, se generaron 470 millones, el récord de la feria, mientras que en los cuatro años anteriores se habían superado de largo los 400 millones. Es decir, todavía se está lejos de los mejores registros.

En cuanto a la asistencia se espera que este año acudan a la feria unas 80.000 personas, esto supone todavía unas 30.000 menos que las 109.000 registradas en 2019. A diferencia de los tres años anteriores, no se han producido bajas de empresas en esta ocasión. El congreso contará este año además con 2.000 empresas expositoras y la firma de unos 7.400 contratos temporales. El mayor stand volverá a ser el de Huawei, con dimensiones incluso mayores que años anteriores.

Tras casi medio año de negociaciones el pasado julio, el Gobierno, Generalitat, Ayuntamiento, la Fira de Barcelona, Turisme de Barcelona y GSMA acordaron un sistema de renovaciones tácitas y automáticas que garantizarán que Barcelona sea la sede permanente del Mobile a partir de 2030, año en que la renovación será automática. El nuevo contrato incluye la reserva de 25.000 plazas hoteleras y mantener los acuerdos de colaboración entre los sectores económicos de la ciudad y la feria.