El BCE entre Málaga y Malagón: los 'Josetes' se plantan en Unicaja
Las autoridades europeas no entienden las presiones para expulsar a consejeros independientes que hace unos meses aprobaron el ‘fit and proper’ de Fráncfort
La banca española con sus singulares y heterogéneos modelos de gobernanza ha vuelto a primera plana de actualidad en los mentideros de Fráncfort, donde los hombres de negro del Banco Central Europeo (BCE) están descargando todo su arsenal supervisor con el foco centrado en Unicaja, probablemente el último rescoldo que todavía falta por apagar tras el incendio de las viejas cajas de ahorros. La entidad andaluza está adquiriendo en los últimos días una especial notoriedad y no precisamente por los éxitos que está cosechando el equipo de basket que patrocina su Fundación Bancaria. La marca que acredita a los nuevos campeones de la Copa del Rey de baloncesto se ha convertido en un dolor de cabeza para los llamados Josetes, el grupo de inspectores financieros encabezados por el director de división Marc Trausch y su jefe de sección Raimar Dieckmann, quienes esta misma semana se han plantado en Málaga en un intento de desentrañar lo que se cuece en el banco combinado con Liberbank.
Las autoridades europeas de supervisión se han perdido con el libreto de la última gran fusión de cajas habida en España tras la crisis financiera. La partitura de los acuerdos alcanzados hace un año está siendo revisada en su música y letra dentro de una aparente contradicción regulatoria que puede afectar seriamente las relaciones del Banco de España con sus superiores del Banco Central Europeo (BCE). De otra forma no se entiende que los vigilantes de la playa financiera en nuestro país se pongan a investigar la idoneidad y conveniencia de los últimos nombramientos de independientes en Unicaja justo cuando estos mismos consejeros acaban de aprobar con la mejor nota el preceptivo y riguroso examen fit and proper que las autoridades superiores de la zona euro hacen pasar a todos los altos cargos de cualquier entidad de crédito.
Algo huele a podrido en la olla hirviendo de Unicaja y de ahí la cumbre convocada por el Joint Supervasory Team (JSP) con la plana mayor de la entidad. Una reunión a la que asistieron los dos principales antagonistas en conflicto, el presidente Manuel Azuaga y el consejero delegado Manuel Menéndez, además de la consejera independiente coordinadora, Carolina Martínez-Caro y la presidenta dimisionaria de la comisión de nombramientos, la también independiente María Garaña. El tono de las deliberaciones evidenció las existenciales sombras de duda que se ciernen acerca de la OSI (inspección in situ) que los instructores del Banco de España han efectuado sobre el gobierno corporativo de Unicaja y cuyo borrador ha sido convenientemente dispensado a la Fundación Bancaria Unicaja sin tener en consideración los resultados finales que puedan deparar las alegaciones de los consejeros afectados.
La OSI y los ‘fit and proper’
En las altas instancias del BCE desconfían de las decisiones que puedan adoptarse en la junta general convocada por el banco pare el 30 de marzo, cuando han de ser ratificados los dos últimos consejeros independientes designados por cooptación, como son Isidoro Unda y Maite Costa. Aunque la controvertida OSI no se atreve a poner nombres en su veredicto contra estas designaciones, lo cierto es que los accionistas malagueños de referencia tienen todo listo y dispuesto para tumbar ambos nombramientos. La confirmación de las sospechas supondría un baldón para la autoestima y reputación de los reguladores de Fráncfort que dejaría en entredicho la ineficacia de sus exhaustivos exámenes de idoneidad. En otras palabras, Unicaja se pasaría por el forro los célebres fit and proper acreditados en toda Europa con una decisión que puede entrañar serias consecuencias para el sistema financiero español.
La visita de los Josetes constituye un primer y serio aviso a navegantes, máxime si el consejo de administración de Unicaja queda de nuevo desnudo de independientes como ya ocurrió hace menos de un año cuando dimitieron Manuel Conthe, Ana Bolado y Manuel González Cid. A ello se añade la circunstancia de que los cuatro nuevos dominicales impuestos por la Fundación Bancaria para enterrar el legado de Braulio Medel se estrenarán en sus puestos a partir de la junta general haciendo gala de una lógica y natural bisoñez. La fusión de la discordia entre Unicaja y Liberbank encara así el último tramo de su proceso de transición con un panorama que constituye toda una invitación para que los sabuesos del BCE se apliquen con su mayor y más implacable celo supervisor.
De aquí a finales de julio el banco andaluz tiene que resolver dos cuestiones espinosas de las que va a depender la estructura de mando definitiva una vez consumada la fusión. Antes del verano el presidente tiene que ceder sus poderes ejecutivos, lo que sitúa a Azuaga en el disparadero por cuanto que las tablas de la ley que rigen en la eurozona podrían abocarle a dejar definitivamente el consejo. A tal efecto, las penas con pan son menos como se puede deducir del último informe de remuneraciones difundido por la entidad, en el que se le reconoce la dotación de un plan consolidado de ahorro de casi 3,9 millones de euros que vendrían a ‘endulzar’ su eventual marcha de la entidad. Otra cosa es si el BCE admite alguna solución intermedia como podría ser que Azuaga mantuviera el sillón de administrador, nunca de presidente, bajo la condición de ‘otro externo‘.
La presidencia del MUS en juego
Este invento chino capuchino que ha permitido a muchos consejeros del Ibex esquivar la rampa de salida no es del gusto de los reguladores y menos en un banco donde las excepciones superan a las categorías en el desarrollo de un sistema de gobernanza sometido a demasiados vaivenes. Los pactos de fusión incluyen además la reevaluación de Manuel Menéndez como consejero delegado, un motivo que puede constituir la coartada perfecta para que las fuerzas vivas malagueñas pongan en la picota al antiguo presidente de Liberbank que, con la eventual estructura del futuro consejo de administración, lo tiene cada vez más crudo para coronarse como primer ejecutivo de la entidad financiera. De hecho, el patronato de la Fundación Bancaria, reunido este pasado jueves, abordó por primera vez la conveniencia de emitir un voto negativo contra el desempeño del banquero asturiano.
El rifirrafe de Unicaja, con el Banco Central Europeo resabiado en medio del gallinero, amenaza también con salpicar al propio Banco de España y, en especial, a Margarita Delgado, en sus legítimas aspiraciones de sustituir al italiano Andrea Enria como máxima responsable de Mecanismo Único de Supervisión (MUS) en toda Europa. La subgobernadora ha hecho méritos suficientes estos años atrás para dar el salto a la fama en la más alta institución de control financiero del Viejo Continente y su candidatura empieza a adquirir carta de naturaleza en competencia con la alemana Claudia-Maria Buch y la irlandesa Sharon Donnery. La elección se conocerá a finales de año y hasta entonces cualquier mancha en el equipaje va a ser analizada con lupa por las autoridades comunitarias. De ahí la importancia de lavar de forma conveniente y lo más rápido posible la ropa sucia que Unicaja lleva meses aireando en la plaza pública. Veremos a ver el coste de la colada y quien o quienes terminan pagando la factura.