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Uno de los consejeros dimitidos en Unicaja culpa de su salida al BCE y al Banco de España

La crisis de la entidad financiera andaluza revela un ‘giro copernicano’ en el modelo de gobernanza del BCE

Uno de los consejeros dimitidos en Unicaja culpa de su salida al BCE y al Banco de España

Imagen de una entidad de Unicaja. | Europa Press

El goteo de bajas en el consejo de administración de Unicaja está poniendo de relieve los enormes achaques que aquejan al proceso de fusión con Liberbank, pero al mismo tiempo ha dejado en evidencia el arbitrario modelo de gobernanza adoptado en última instancia por el Banco Central Europeo (BCE) y por el Banco de España. Desde que las grandes entidades de crédito quedaron bajo regulación de las autoridades de Fráncfort, nunca hasta ahora se había cuestionado la actuación del supervisor como causa directa para que un consejero de un banco cotizado en bolsa dimitiera del cargo teniendo el mandato vigente y con expresa autorización de la junta general de accionistas.

El caso que ocupa está referido a Manuel Muela, consejero dominical de Unicaja en representación de la Fundación Bancaria del mismo nombre, quien tiró la toalla el pasado viernes con una carta realmente demoledora distribuida entre todos los que hasta ese día eran sus compañeros, muchos de ellos no bien avenidos, en el máximo órgano de gobierno del banco fusionado y con sede en Málaga. Previamente al cese de Muela, otro consejero dominical también nombrado por la Fundación, Juan Fraile, depuso el cargo, aunque esta vez de una manera mucho más ordenada para los intereses de Unicaja Banco. Tal es así que Fraile ha sido promovido a la presidencia de otra de las instituciones accionariales que dan soporte al capital de Unicaja como es la Fundación Unicaja Ronda.

La salida de Manuel Muela fue comunicada a la CNMV en un hecho relevante ciertamente confuso, sobre todo si se compara con el tono harto elocuente que ha empleado el propio interesado en su misiva de dimisión al consejo de administración. Muela no se recata en denunciar el ‘giro copernicano’ llevado a cabo por el supervisor (en clara referencia al Banco Central Europeo y, por ende, al Banco de España) en su política enérgica de defensa del buen gobierno corporativo. El administrador, que abandonará su cargo a la conclusión de la próxima junta de accionistas de Unicaja Banca, despeja cualquier equívoco señalando a las claras que «no comparte» la nueva actuación del supervisor.

Consejo latente hasta la sustitución exprés de administradores

La crítica está referida claramente a la posición oficializada por el BCE a requerimiento del consejo de Unicaja Banco, que pidió al regulador una bula para paralizar la adopción de acuerdos estratégicos hasta que se llevasen a cabo los cambios de representantes propuestos por el nuevo patronato de la Fundación Bancaria. El objetivo del accionista de referencia de Unicaja, con un 30% del capital, ha consistido en sustituir a los cuatro representantes nombrados a instancias del depuesto expresidente, Braulio Medel. La clave de los relevos dependía directamente del BCE por cuanto que la práctica habitual consiste en que los nuevos vocales designados no tomen asiento hasta que no superen el examen fit and proper que certifica su idoneidad para el desempeño del cargo.

Dichas evaluaciones o certificados de calidad suponen de forma habitual un plazo no inferior a los tres o cuatro meses, lo que lógicamente era un periodo de tiempo demasiado amplio que favorecía la continuidad en el puesto de los llamados ‘consejeros medelianos’. Todo ello incomodaba la logística del bloque malagueño de Unicaja, cuya estrategia no es otra que derribar la posición que actualmente ocupa el actual CEO de la entidad, Manuel Menéndez, antiguo presidente de Liberbank. El BCE otorgará ahora su plácet a los nuevos consejeros de la Fundación en poco más de un mes, de manera que la renovación del consejo podrá adquirir carta de naturaleza en la junta de accionistas prevista para el 30 de marzo, facilitando el calendario para la búsqueda de un nuevo primer ejecutivo.

Dimisión de Petra Mateos-Aparicio

La actuación del BCE ha estado orientada a posibilitar la ‘operación de limpieza’, lo que ha provocado también que este mismo martes otra de las consejeras dominicales nombradas durante el antiguo régimen de Medel, como es Petra Mateos-Aparicio, haya decidido presentar igualmente su dimisión. En esta ocasión con un hecho relevante ante la CNMV más extenso que el de Muela, pero con términos mucho más medidos que los que su colega hizo llegar a los miembros del máximo órgano de gobierno hace solo cuatro días. Todavía falta por sustanciarse la dimisión de Teresa Sáez, que es quien ocupa el cuarto puesto que ahora quiere sustituir la Fundación Bancaria Unicaja a instancias de su nuevo presidente, José Manuel Domínguez.

El proceso de transición de la fusión acordada hace dos años por Unicaja y Liberbank está siendo especialmente tormentoso, como también se pone de manifiesto en la carta de Manuel Muela. El firmante se muestra especialmente dolido y señala que ha sido ‘vilipendiado’ y sometido a una hostilidad inmisericorde. Asegura que ha puesto toda su energía e independencia de criterio al servicio de Unicaja Banco a pesar de haber sufrido una campaña mediática y política. Finalmente, se despide mostrando su agradecimiento a los otros tres consejeros en rampa de salida, a quienes define como sus «compañeros de fatigas» en el desarrollo de un proyecto que, en su opinión, «hubiera merecido un mejor destino».

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