Netflix, HBO y Amazon frenan su producción en España ante la crisis mundial de las plataformas
Las productoras españolas se enfrentan a un nuevo escenario con reducción de la demanda y de la producción original, además de menos actores en el mercado
Las grandes plataformas de streaming internacionales han echado el freno a su producción en España, generando un pequeño terremoto en el mercado local. Fuentes del sector audiovisual y de productoras locales con las que ha hablado THE OBJECTIVE confirman a este diario que Netflix, HBO, Amazon Prime o Disney han reducido considerablemente sus proyectos en nuestro país desde mediados del año pasado, con el objetivo de recortar drásticamente sus costes y gastos relacionados con la puesta en marcha de series y películas.
La caída de suscriptores de Netflix que comenzó al principio de 2022, sumado a la necesidad de las grandes plataformas de monetizar sus contenidos, ha obligado a recortar sus productos originales en todo el mundo y España no ha sido la excepción. La orden ha llegado desde sus cuarteles generales como una manera de equilibrar unos presupuestos que el año pasado se tambalearon y que en este 2023 están ajustándose bruscamente.
Es verdad que en España el parón ha sido menos duro que en otros países del continente por su importancia estratégica como puente entre Europa y Latinoamérica, pero lo cierto es que varias producciones que estaban en carpeta se han paralizado hasta nuevo aviso, dejando en mínimos los proyectos en marcha.
El caso de Netflix
Se trata de una estrategia que les ha llevado a ser más selectivos con las producciones que emprenden fuera de sus mercados clave, y que se traduce en que se estén frenando muchos proyectos que estaban en fase inicial o comprometidos de manera extraoficial. En el caso español, las productoras con las que ha hablado este diario confirman que el parón es real desde el segundo semestre del año pasado y que este 2023 ha empezado con muchos menos proyectos de los que se comprometieron en meses anteriores
Con todo, las fuentes consultadas por este diario advierten que la crisis se está dejando sentir de diferente manera en las estrategias de estas plataformas en España. En el caso de Netflix, su pérdida de suscriptores a nivel mundial generó una profunda revisión de sus presupuestos y de sus números, lo que les obligó, a partir de septiembre del año pasado, a mirar con lupa cada uno de sus proyectos. «La compañía ha adaptado sus gastos a sus vaivenes en Bolsa», dice un alto directivo de una productora española.
La posición de Netflix es clave, ya que era hasta la fecha el motor de la producción de las plataformas extranjeras en España. Han rodado en todas las comunidades autónomas con más de 40 productoras locales y generado más de 10.000 puestos de trabajo para reparto y equipos técnicos en los últimos tres años. Un periodo en el que se estrenaron series como La Casa de Papel, Las chicas del cable, Paquita Salas, Élite, La noche más larga, Valeria, Fuimos canciones, Criminal y más recientemente Sky Rojo y Machos Alfa.
Producción en Madrid
El gigante internacional inauguró en abril de 2019 en Tres Cantos, Madrid, su centro de producción más extenso en Europa y dio comienzo a su segunda fase en noviembre del año pasado pasando de cinco a diez platós e incluyendo nuevas nuevas instalaciones de post-producción, que también están abiertas a clientes externos.
El gran problema es que Netflix ha disparado en todo el mundo sus gastos, pero no ha mejorado ingresos. Después de un lustro engordando su catálogo a base de chequera (disparado la facturación de la industria local), está buscando maneras de aumentar su facturación y recortar costes en todo el mundo.
A nivel mundial, la operadora cerró el año 2022 con 4.500 millones de dólares en ingresos, un 11% menos que el año anterior. Esto les ha obligado a incorporar nuevas formas para aumentar su facturación restringiendo sus cuentas compartidas y creando nuevas suscripciones con anuncios publicitarios y cerrando el grifo a las producciones propias, incluido España.
HBO y Prime Video
En el caso de HBO la crisis les ha pasado por encima tras una serie de movimientos empresariales y fusiones. Después de la integración de Warner con Discovery se recortó la plantilla de manera brutal hasta un 40% en Latinoamérica. De hecho, en julio del año pasado anunciaron que paralizaban la producción de casi la totalidad de las series en suelo europeo, aunque manteniendo vivas algunas en España.
Una nueva estrategia en la que buscan parecerse más a Netflix, realizando contenidos más comerciales y menos elitistas, lo que ha reducido las producciones locales al mínimo. En España siguen en marcha los proyectos que ya estaban en producción, pero no hay nuevos anuncios de series o documentales. Han realizado series como 30 monedas de Álex de la Iglesia o Patria y documentales como El Pionero, El Caso Arny o Salvar al Rey.
Por su parte, Amazon Prime Video ha cambiado totalmente su estrategia. La compañía apostó desde hace un par de años por realizar cuatro grandes series al año, con gran inversión y con mucho impacto. Una fórmula en la que encajaba El Cid, aunque la rentabilidad fue casi nula. Es por ello por lo que ahora han dado un giro, buscando proyectos más económicos y más selectivos, lo que implica una drástica reducción de su inversión global para España. En el caso de Disney+ su producción en España es residual y seguirá así.
Menos productoras
Las fuentes consultadas indican que todo este cúmulo de circunstancias supone un freno a la época dorada de las grandes plataformas que irrumpieron en nuestro país en 2015, adquiriendo series muy por encima del mercado para poder arrebatarle producto a las cadenas tradicionales. De esta manera, se abre ahora un escenario totalmente diferente en el que se reducen los ingresos obligando a una reordenación del sector de las productoras.
Con la irrupción de Netflix proliferaron nuevas productoras amparadas por jugosos contratos con las grandes plataformas, pero ahora, sin esta red de seguridad, lo más probable es que muchas de ellas desaparezcan. Esto podría generar que el mapa se redimensione y solo sobrevivan las que tengan un modelo económicamente viable. Del mismo modo, se producirá una limpieza de producciones que, con poca calidad, se colaron en las OTT a fuerza de engordar sus catálogos con inversiones quizás excesivamente altas.
El segundo gran impacto en el sector será el modo en el que Netflix, HBO y Amazon se relacionen con las productoras. Estamos probablemente en los estertores de la era de los originals, producciones que eran íntegramente financiadas por estas plataformas para quedarse con los derechos en exclusiva. Ahora se está pasando a un modelo en el que estos gigantes exigen también tener una ventana de emisión en cadenas en abierto antes de ponerlas en marcha, como una manera de reducir el coste, el riesgo, pero también asegurándose una promoción extra de parte de las televisiones españolas.
Alquiler de estudios
Una tercera derivada de este nuevo escenario apunta a la necesidad de estas plataformas de generar ingresos más allá de las suscripciones. De hecho, las fuentes consultadas por este diario indican que tanto Netflix como los propietarios de Madrid Content City (Raúl Berdonés, fundador de Secuoya) llevan meses buscando formas de rentabilizar sus estudios en Tres Cantos.
La plataforma de streaming busca nuevos clientes para usar estos estudios -en especial, después de la ampliación presentada en noviembre del año pasado-, incluso si es que no están produciendo para ellos, y en el caso de Berdonés, negociando con nuevos inquilinos para los estudios que no están siendo ocupados y que, con este parón en la producción, quedarán mucho más infrautilizados.