Frutos secos, vino y licores, los productos que se salvan de la espiral de precios
Entre los productos que sufrieron mayores subidas en el precio promedio en febrero de 2023, frente a un año antes, continúa en los primeros puestos el aceite
Aceite de oliva, azúcar, carne, productos frescos… Prácticamente todos los alimentos básicos que consumimos diariamente han experimentado una subida de dos dígitos en su precio en el último año. La inflación, que este febrero alcanzó su máximo histórico en alimentación con un 16,7 por ciento interanual, está provocando que cada vez más familias tengan que verse obligadas a renunciar a productos básicos imprescindibles.
Según un estudio de EY, entre enero de 2021 y enero de 2023, el crecimiento promedio de las 60 subclases alimentarias fue del 23,5%, con al menos 14 categorías con crecimientos superiores al 30%. No obstante, hay algunos alimentos como el aceite de oliva que se han disparado casi un 70% en ese periodo, o el azúcar, que es hoy un 52% más caro que hace un año.
Pero en el otro lado de la tabla se encuentran aquellos alimentos que han experimentado una menor subida, porque subir, han subido todos los alimentos que categoriza el INE. Los frutos secos, con un aumento de precio en febrero del 3,5%, han sido de los productos que menos se han encarecido, seguidos por vinos y licores que cuestan un 5,1% más. Sin embargo, el comportamiento de la demanda en estos productos es diferente y así, mientras que en el caso de los frutos secos aumenta ligeramente en un 2,7%, en el caso del vino cae un 4,8%, que se explica por la recuperación del terreno por la hostelería.
Azúcar, salsas y condimentos, lo que más ha subido
En esta espiral de aumentos de precios en la que estamos inmersos, productos como el azúcar se ha convertido casi en un bien de lujo para algunos. No solo en España, sino en el resto de mercados internacionales, los precios del azúcar se encuentran en niveles muy altos. La cotización del azúcar ha llegado al punto mas alto de su historia.
Entre los productos que sufrieron mayores subidas en el precio promedio en febrero de 2023, frente a un año antes, continúa en los primeros puestos el aceite, un 34% más, lo que ha contribuido, después de tantos meses, a que sea la categoría que más ha acusado la caída de la demanda y, así, las ventas en volumen ya alcanzan un descenso del 12,6%, según los datos analizados por NielsenIQ.
Por su parte, los productos lácteos siguen siendo uno de los componentes de mayor crecimiento en el precio en toda la cesta de la compra y en febrero escalaron categorías como la mantequilla, un 31,8% más, los quesos blancos pasteurizados, con un incremento del 27,3%, la leche líquida y las bebidas vegetales, con una subida del 26,0% y el queso fundido, la nata y el queso de bola con incrementos del 25,9%, 25,8% y 23,7%, respectivamente.
Las mascotas no escapan de la inflación
Dentro de las categorías más inflacionistas han entrado los alimentos para mascotas, que han aumentado su precio un 24,7% al tiempo que su demanda ha disminuido un 4%, frente a un año antes.
Según cifras de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía, se estima que hay más de 29 millones mascotas en España: entre ellas encontramos los peces (7,8 millones), pero sobre todo los perros (9,3 millones) y los gatos (5,8 millones). De hecho, en más del 40% de los hogares españoles hay un animal doméstico, cifra que ha crecido considerablemente tras la pandemia, según la AEDPAC.
Droguería y perfumería, precios moderados
Al margen de los productos alimenticios, hay varias categorías de productos que desde hace meses vienen experimentando una menor inflación. Concretamente son productos pertenecientes a la sección de droguería y perfumería. Así, el maquillaje incrementó su precio en febrero en un 4,3%, los suavizantes de la ropa lo hicieron en un 3,4% y los productos de tratamiento facial destacan con un descenso en el precio del 2,1%.
Según el informe de Nielsen, hay que decir que tanto los productos de tratamiento facial como el maquillaje experimentan un aumento de la demanda muy por encima de los dos dígitos, un 17,3% y un 18,8%, respectivamente. Una situación asociada al fin de las mascarillas y a la mayor actividad social tras la pandemia.