El acoso del Gobierno a Ferrovial bloquea por completo la fuga de empresas al exterior
Ninguna compañía ha seguido los pasos de la constructora y las firmas que tenían proyectada su mudanza han decidido paralizarla para evitar un persecución
El acoso del Gobierno a Ferrovial no ha servido para que la constructora haya cambiado sus planes de trasladar la sede a los Países Bajos, pero sí ha tenido un efecto sobre otras empresas, que han abandonado por el momento sus planes de fuga al exterior para tener mejores condiciones legales e impositivas.
Desde que la firma controlada por la familia Del Pino anunciara su decisión de operar desde Holanda a finales de febrero, ninguna sociedad ha seguido sus pasos. Según señalan fuentes jurídicas a THE OBJECTIVE, distintas compañías han paralizado sus proyectos tras las críticas lanzadas por buena parte de los miembros del Ejecutivo, entre ellos el presidente Pedro Sánchez.
Unas críticas que fueron en un principio desmesuradas, según el mundo empresarial, y que fueron a más en los días previos a la junta de accionistas de Ferrovial de la semana pasada con el fin de presionar a los inversores. La persecución ha ido decayendo, tras la aprobación aplastante de la mudanza por los accionistas de Ferrovial, ante una posible investigación por parte de Bruselas.
«Nadie quiere estar expuesto tras lo sucedido con Ferrovial»
Las mismas fuentes sostienen que «nadie quiere estar expuesto en el foco de atención tras lo sucedido con la constructora, sobre todo teniendo en cuenta que las sociedades que lo tenían en su hoja de ruta eran sobre todo de muy pequeño tamaño». Y, por tanto, nada reconocidas por el público en general.
Ahora, esperarán a que las aguas vuelvan a su cauce para retomar sus planes hasta incluso finales de 2023, cuando se hayan celebrado las elecciones generales. Para entonces, es probable que haya un cambio de Gobierno con la llegada del PP a La Moncloa.
Si el vuelco en los comicios se produjera, los planes, añaden las fuentes consultadas, podrían meterse en un cajón, siempre y cuando el nuevo Ejecutivo de Alberto Núñez Feijoó mejore las condiciones tanto fiscales como operativas y se ponga punto y final al hostigamiento contra los empresarios.
Antes de que Ferrovial informara de su traslado, cada mes se venían produciendo en torno a tres o cuatro marchas de compañías al extranjero, con lo que una treintena de ellas habían decidido llevar su sede a otro país desde marzo de 2021 por diferentes cuestiones, entre ellas tributarias, financieras y operativas.
Los destinos elegidos por éstas han sido muy variados. Entre todos, destacan Malta, Portugal, Delaware (EEUU), México, Andorra, Holanda y Suiza. Se trata principalmente de pequeñas compañías, muchas de ellas patrimoniales y familiares, que han buscado una coyuntura más beneficiosa para sus intereses.
En el último mes y medio, los miembros del Gobierno han venido amenazando con una variedad de medidas a Ferrovial para evitar su marcha a Países Bajos, y se han lanzado contra sus principales socios, la familia Del Pino, acusándolos de ser poco patriotas y de querer sacar réditos fiscales.
Por el contrario, los inversores han considerado toda esta campaña del Ejecutivo como poco productiva y han denunciado que viola la libertad de cualquier empresa de adoptar sus propias decisiones.
Sin embargo, pese al malestar ocasionado -incluido el de los inspectores de la propia Agencia Tributaria– el Ministerio de Hacienda llevará a cabo una comprobación si no consigue beneficios impositivos con su mudanza, que se llevará a cabo a través de una integración de la matriz del grupo constructor con una de sus filiales internacionales.
Con esta operación, Ferrovial ha defendido en todo momento que lo que persigue es poder saltar al mercado de valores de Estados Unidos, ya que la legislación española a día de hoy no permite la cotización simultánea en Nueva York y Madrid. El fin último es lograr una financiación más barata con la que costear sus planes de expansión y de adjudicación de contratos en el extranjero, de donde procede en torno al 90% de sus ingresos.
Para evitar que otras grandes multinacionales sigan los pasos de Ferrovial en un futuro -aunque proyectos no hay-, el Gobierno ha reclamado a la CNMV y a BME que agilicen los acuerdos bilaterales con la Bolsa de Estados Unidos que hagan posible dicha cotización simultánea. De hecho, prometió acelerar estos procesos para impedir el traslado de la constructora.
Las injerencias de La Moncloa durante las últimas semanas han sido tales que hasta el Ministerio de Economía remitió una carta a la compañía en la que vertía amenazas y ponía en tela de juicio sus consideraciones para ejecutar la salida de España.