El negocio audiovisual de Telefónica en España quedará liberalizado a partir del 1 de mayo
Después de ocho años, Movistar+ dejará de tener la obligación de compartir sus contenidos deportivos y ‘premium’ con el resto de operadores de televisión
El negocio televisivo de Telefónica en España quedará liberalizado de facto a partir de próximo 1 de mayo tras ocho años de restricciones. El 30 de abril expira la prórroga que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estableció a la operadora en 2020, después de los compromisos impuestos tras la autorización de la compra de DTS, la antigua Digital+. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, indican que el regulador no moverá ficha para intentar una nueva extensión del proceso, lo que hará que todas las actuales limitaciones decaigan en dos semanas.
Diferentes fuentes del sector indican que, desde el punto de vista técnico, la CNMC tendría muy difícil justificar que se sigan manteniendo restricciones tras agotarse el plazo máximo previsto. Lo único que podría hacer variar el escenario es la publicación de una nueva resolución antes del 30 de abril que establezca el mantenimiento de determinadas condiciones, aunque este periódico ha podido constatar que no hay intención en el regulador de mover ficha, por lo que decaerá el régimen vigente por omisión y sin ningún tipo de pronunciamiento.
¿Qué supone esto? La liberalización del mercado de televisión de Telefónica afecta fundamentalmente a los contenidos que pueda adquirir Movistar+ en el futuro, en especial los referidos a la contratación de productos audiovisuales como películas o series o la adquisición de derechos deportivos. La operadora ya no tendrá la obligación de compartir estos contenidos con el resto de operadores porque, tras el fin de estas limitaciones, se entiende que la plataforma de televisión de pago ya no se encuentra en una posición de dominio ni incurre en un riesgo de monopolio.
Netflix y Dazn
Con el fin de las limitaciones impuestas por la CNMC en 2015, se entiende que Telefónica podrá rentabilizar mejor sus contenidos audiovisuales, mejorar sus paquetes comerciales y enfrentarse con más armas al cambiante mercado audiovisual. Sin embargo, las fuentes consultadas por este diario advierten que los cambios no serán sustanciales ni inmediatos y que -en cualquier caso- solo veremos pequeñas modificaciones en el mediano y largo plazo. Ello, porque el mercado lleva muchos años autoregulándose desde la llegada de Netflix, Dazn y todas las grandes plataformas audiovisuales de contenidos por streaming.
Telefónica viene defendiendo desde hace varios años que, pese a que la CNMC indica que son el operador mayoritario con 3,8 millones de abonados, plataformas como Netflix (con más de siete millones de usuarios) son el verdadero dominador del mercado, tanto desde el punto de vista de la producción, como de la comercialización de los contenidos. La teleco -y su propio presidente José María Álvarez Pallete- han exigido al regulador que no elimine estos condicionantes, pero no para tener una ventaja competitiva, sino simplemente para igualar el terreno de juego con los gigantes internacionales.
La propia Telefónica se ha adaptado al mercado estableciendo alianzas con estos mismos operadores y compartiendo contenidos y ventanas de emisión. Desde 2018 integra en su plataforma a Netflix, luego a Disney+, Amazon Prime y desde enero de 2021, a Dazn. De hecho, actualmente la operadora prácticamente no tiene primeras ventanas de emisión en series y películas y solo mantiene la mitad de la Liga de fútbol, la Champions League, la NBA y algunos torneos de tenis, como contenidos deportivos en exclusiva.
Multas de la CNMC
Las fuentes consultadas indican que el hecho de que la CNMC libere el mercado no significa que baje el nivel de fiscalización. Por el contrario, mantendrá y acentuará su férrea supervisión sobre Telefónica para asegurarse de que no se incurran en prácticas monopolísticas. El objetivo es que la compañía de telecomunicaciones mantenga una política de comercial y de contenidos muy similar a la que ha llevado a cabo en los últimos años, y que medite muy bien sus movimientos a partir de este momento.
Competencia ya multó a Telefónica con seis millones de euros al considerar que incumplió los compromisos adquiridos tras la adquisición en 2015 de DTS, que prohibía la implantación de obligaciones de permanencia ligadas al servicio de televisión y en particular a su servicio convergente Movistar Fusión. La CNMC cree que se incumplió indirectamente con esta normativa por medio del ofrecimiento de un teléfono que se pagaba a plazos.
Por otro lado, y aunque el procedimiento es anterior a la compra de Sogecable, el Tribunal Supremo admitió a trámite un recurso de la operadora por la multa impuesta por la CNMC por conductas anticompetitivas cometidas junto a DTS (Canal+) en las emisiones de la Liga de Campeones entre 2012 y 2015. El regulador cree que ambas empresas actuaron de forma concertada en la adquisición, reventa y explotación de los derechos audiovisuales.
Condiciones a Telefónica
En abril de 2015, la CNMC dictaminó que tras la compra de Digital+ al grupo Prisa notificada a finales de 2014 (todos los activos agrupados en DTS), había un gran riesgo de concentración en el sector ya que en la práctica se unificaba Sogecable, la que hasta entonces era la mayor plataforma de televisión por satélite y de contenidos de pago, y Movistar TV, con una creciente influencia en los derechos deportivos, además de un mercado impulsado por los abonados de Telefónica y sus nacientes paquetes convergentes.
Los compromisos que estableció la CNMC se dividieron tres grandes grupos: el primero vinculado al mercado de la televisión de pago y en el que Telefónica se comprometía a no entorpecer la movilidad de sus clientes de televisión de pago con el establecimiento de limitaciones a las políticas de permanencia y retención. También se comprometía a asegurar el mantenimiento y cumplimiento íntegro de los contratos vigentes de DTS con otros operadores hasta esa fecha.
El segundo gran compromiso estaba relacionado con los mercados de comercialización mayorista de contenidos audiovisuales y de canales de televisión en España. Se obligó a Telefónica a poner a disposición de otros operadores de televisión de pago una oferta mayorista de canales premium con su contenido deportivo exclusivo y de películas y series, a precios competitivos. La explotación en exclusiva de los contenidos que adquiriera la compañía quedaba limitada a dos años y se limitaba a tres años la duración de sus contratos de adquisición de contenidos.
Prórroga de tres años
Finalmente, el tercer paquete de restricciones tenía que ver con el acceso a la red de internet de Telefónica. Desde entonces, la operadora no puede empaquetar sus productos de telecomunicaciones con los audiovisuales de manera obligatoria ni bloquear comercialmente a su competencia. La naciente Movistar+ también debía facilitar el acceso a sus rivales a todos los productos audiovisuales adquiridos.
En junio de 2020, la CNMC acordó prorrogar por tres años estos compromisos, excepto la supresión del relativo a la adquisición en exclusiva de derechos de emisión en España de contenidos audiovisuales no deportivos de estreno de terceros para su emisión en video on demand; la adecuación del compromiso relativo al mantenimiento de las condiciones aplicadas en 2015 a los titulares de los canales de televisión de terceros; y el decaimiento de los compromisos relacionados con el mercado de televisión de pago en España expresamente sometidos a un plazo más corto y que ya habían finalizado en esa fecha.
NO CAMBIA EL ACTUAL CONTRATO CON LA LIGA.– En el caso de la compra de los derechos de La Liga de fútbol para la temporada en vigor y otras dos más, se espera un pronunciamiento formal de la CNMC para que puedan ser adquiridos por cinco años. Hasta ahora, el contrato firmado por Telefónica y La Liga indica que se han quedado con los derechos de la mitad del campeonato por tres años, pero con posibilidad de ampliarlo a cinco (como en el caso de Dazn) si es que se pronuncia favorablemente el regulador. Al tratarse de un contrato firmado antes del fin de la restricción de las tres temporadas, requiere de una autorización expresa que, no obstante, podría producirse en dos años y siempre antes de finalizar la temporada 2024/2025. De pronunciarse en contra la CNMC, La Liga debería sacar a concurso los dos años que le restan para equipararse a Dazn y Telefónica podría volver a presentarse.