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Economía

La cara oculta del rebote del PIB: se hunden las horas trabajadas y el consumo de los hogares

Expertos economistas analizan con escepticismo e incredulidad los últimos datos de Contabilidad Nacional así como el compromiso de rebaja del déficit

La cara oculta del rebote del PIB: se hunden las horas trabajadas y el consumo de los hogares

El consumo de las familias decae al tiempo que crecen las colas del hambre. | Europa Press

El Gobierno de España ha sacado pecho este viernes por los últimos datos macroeconómicos, y muy en concreto por el dato de crecimiento económico que se eleva en este primer trimestre en 0,5%. Y lo cierto es que, en el cuadro macro, y según la estadística del Instituto Nacional de Estadística -que ya en enero de este año inició una nueva práctica de revisión, incorporando la revisión de los resultados de la SAC de trimestres anteriores- aparecen indicadores que empiezan a experimentar una leve mejoría como las inversiones, las exportaciones -en gran medida por el espectacular arrastre del turismo internacional (sube 37,9 puntos)- y, la industria, cuyo crecimiento en términos de PIB es del 3,6% respecto al trimestre de 2022.

Pero hay una cara oculta en el repunte del PIB. Y es que los datos del consumo de las familias y el empleo no se están comportando de igual modo. De hecho, el consumo de las familias ya soporta dos trimestres consecutivos en números rojos (con caídas de -1,7 y -1,3%, consecutivamente). En cuanto al empleo -pese a que el Gobierno ha enviado este viernes a Bruselas un Plan de Estabilidad con una previsión de 1,1 millón puestos de trabajo de aquí a 2026-, por ahora, el número de horas trabajadas en términos interanuales disminuye 1,5 puntos, hasta 1,4 %.

Y mientras cae el consumo de los hogares -que puede ser la piedra en el camino con el que se tope el Gobierno para colocar el déficit por debajo del 3% en 2024-, crece sin embargo el gasto en consumo final de las administraciones públicas, que lo hace un 1,3% en el primer trimestre del año, lo que supone 1,2 puntos menos que en el trimestre precedente.

Además, la tasa de variación interanual de las horas trabajadas en las ramas industriales se sitúa en el 2,3%, lo que supone seis décimas menos que en el trimestre precedente. En el caso de la Construcción, la variación interanual es del 0,2%, con un descenso de 3,4 puntos respecto al trimestre anterior. De igual modo, las horas trabajadas en el sector Servicios disminuyen 2,0 puntos su variación interanual respecto al trimestre anterior, hasta una tasa del 1,5%. Finalmente, las ramas primarias presentan una variación del −1,1%, con un incremento de 7,8 puntos respecto al trimestre anterior. No es menos reseñable otra acotación de la nota del Instituto Nacional de Estadística, que mantiene que la remuneración de los asalariados presenta un crecimiento interanual del 6,3% en primer trimestre, dos décimas inferior al del trimestre anterior.

Evolución intertrimestral del PIB hasta el IT de 2023 (Datos del INE).

¿Habrá futuras revisiones del PIB?

Ante esta foto fija con luces y sombras de los últimos datos de Contabilidad Nacional Trimestral de España, con los principales agregados, THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con expertos economistas para conocer su opinión, no solo acerca del buen dato del PIB, sino también de las posibilidades que tiene el Ejecutivo de conseguir situar el déficit por debajo de 3% en 2024.

El primero en opinar fue el economista y profesor universitario, José María Rotellar. El también director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria mantiene que «no son buenos datos, por mucho que el Gobierno los celebre, pues pese a este aparente rebote estacional, la tendencia sigue siendo de desaceleración, con descenso en el número de horas trabajadas, empeoramiento fuerte de consumo y descenso de la inversión en maquinaria en tasa interanual, que elimina la estacionalidad del trimestre al compararse con el mismo trimestre del año anterior. Sin embargo, añade, «la economía se mantiene anestesiada por el ingente gasto público desplegado, pero las expectativas, como muestra el consumo y la inversión interanual, empeoran».

Para el economista Lorenzo Bernardo de Quirós, «el avance de la Contabilidad Nacional de España para el I Trimestre de 2023 resulta «extraño». El propio INE -explica el presidente y socio de Freemarket Corporative Intelligence – afirma que «dada la dificultad inherente a la medición estadística de cambios de coyuntura de esta magnitud, hace prever que las futuras revisiones de los resultados hoy públicos puedan ser de una mayor magnitud que la habitual». Y,
esto es así -explica Bernardo de Quirós, «porque, si bien la desaceleración del consumo es consistente tanto con los indicadores reales como de expectativas, el dato de inversión resulta sorprendente en un contexto de clara y fuerte desaceleración de la demanda de crédito y cuando las compañías carecen de fondos propios para acometer sus proyectos de inversión». Desde esta perspectiva -resuelve el académico del CATO Institute-, «el INE se verá obligado a revisar a la baja el crecimiento del PIB en el I Tr de este año. En consecuencia -añade-, el debilitamiento de la actividad se acentuará en los próximos trimestres a medida que los efectos de la subida de las tasas de interés se trasladen en su totalidad a las familias y a las empresas».

Desde un punto de vistas metodológico, María Crespo, profesora titular de Hacienda Pública de la Universidad de Alcalá de Henares, el Gobierno de Pedro Sánchez se está escudando en Eurostat para modificar la metodología sin aclarar cómo ha variado el cómputo de datos y sin posibilidad de comparar a primera vista. Y además, apunta, «con los antecedentes de este gobierno, cuando menos, hay que hacer un estudio profundo de los datos, porque esto huele al IVA de las mascarillas. Sobre los datos, dice Crespo que están midiendo el crecimiento del PIB a precios corrientes, «por lo que no corrigen el efecto de la inflación. Y, el deflactor del  PIB 5,1% es 8 décimas superior. Así pues -desarrolla-, si se deflacta con esto el crecimiento del PIB, no es del 10% como dicen en el tercer punto sino del 4,9 (en términos reales) y si estos datos son ciertos (que lo dudo)». Y, concluye, «los datos de empleo son para morirse.  Están destruyendo empleo y lo reconocen. El intertrimestral cae un 0,1% pero después dicen que cae un 0,3%. ¿Cómo pueden decir que cae el número de horas trabajadas y han aumentado las horas trabajadas interanuales? Y, lo más lamentable -remata-, «cae el número de horas trabajadas y sube el coste laboral unitario un 3,2%. Esto gracias a la subida del SMI y de las cotizaciones de autónomos y régimen general».

Dudas sobre la institución

El economista Santiago Sánchez se detiene en otro punto, y es, en que es el propio INE quien nos advierte en su avance y en su nota metodológica «que en enero de 2023 iniciaron un nuevo sistema de revisión de datos y de los cambios en los indicadores de coyuntura que pueden hacer que los datos hoy publicados sufran importantes variaciones». Por eso -sostinene-, que se hayan revisado y modificado completamente lo datos del año 2022, después del cese de su presidente en junio de 2022 con la intervención del Gobierno, cese criticado duramente por la Oficina de Estadística de la UE, sólo siembre dudas sobre la Institución, algo que no se merecen sus profesionales y que es consecuencia de una actitud irresponsable del gobierno».

En opinión de Sánchez, lo más destacable de las cifras del PIB «es la caída del consumo interno, especialmente de los hogares, y es que, acumulamos dos trimestres consecutivos en cifras negativas, lo que da idea del nivel de contracción en la renta disponible los hogares y el empobrecimiento general de los españoles., algo que no pasaba desde el segundo trimestre de 2020, en plena pandemia».  Ahora bien, «si se confirmara el dato provisional de un crecimiento trimestral del 0,5%, significaría que en el próximo trimestre recuperaríamos los niveles pre pandemia. Pero -detalla-, después del impulso fiscal sin precedentes que ha hecho este Gobierno, de contar con fondos europeos y ser incapaz de ejecutarlos; Después de ser el país de la Unión Europea que más puntos porcentuales ha elevado su porcentaje de deuda pública desde 2019, en 15 puntos, no hay mucho que celebrar. No hay precedentes de una ineficiencia mayor en el uso de los recursos públicos, recursos, por cierto, extraídos también sin precedentes de familias y empresas», observa (@santisanchezab).

En cuanto al déficit, por su parte, Daniel Lacalle, economista jefe en Tressis, señala a TO, que «los ingresos están inflados, además tienen viento de cola, que es muy bueno en Servicios». Asimismo, apunta, «el Gobierno se ha comprometido a aumento de gastos que se consolidan, y que además el año que viene va a tener otro gasto, fundamentalmente por las pensiones. Pero es que-sustancia-, como se desinflen los ingresos, como se espera si baja la inflación, es absolutamente imposible para el Gobierno llegar a ese dato».

En el final de nuestra ronda de contactos a expertos, el director del Instituto de Estudios Económicos, Gregorio Izquierdo, también ha abordado el compromiso del Gobierno de situar el déficit por debajo del 3% en 2024. Sobre ello, afirma que «la credibilidad de la consolidación presupuestaria a futuro depende más de las acciones que de los anuncios. En este contexto -expone-, el punto de partida no ayuda especialmente, en cuanto a que el abultado cierre del déficit publico del 2022 ha sido excesivamente elevado y no se han planteado medidas de mejora de eficiencia del gasto público». Otra fuente de mejora de las finanzas públicas -aclara- «podría ser priorizar un plan de reformas estructurales que favorezca nuestro crecimiento potencial a largo plazo como palanca de consolidación presupuestaria. En este contexto -concluye-, un problema añadido es que las fuertes subidas de impuestos aprobadas en los últimos años tienen un efecto contractivo a medio plazo sobre el crecimiento».

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