Ana Botín asume 19 millones de pérdidas en su patrimonial por la caída de Santander en Bolsa
La banquera reduce en este importe el capital de su firma Cronje, que aglutina la participación que tiene en la entidad y que tenía el balance desequilibrado
La presidenta del Santander, Ana Botín | Europa Press
La presidenta del Santander, Ana Botín, ha asumido buena parte de las pérdidas acumuladas en su patrimonial Cronje por las acciones que controla del grupo, que en los últimos años han sufrido caídas en Bolsa pese a la remontada experimentada más recientemente. La compañía ha realizado dos reducciones de capital de esta instrumental recientemente por un importe conjunto de 19,4 millones de euros, según ha podido saber THE OBJECTIVE, con lo que la ejecutiva asume dicho agujero.
Estas dos operaciones, que de manera recurrente llevan a cabo las empresas para enjugar minusvalías y equilibrar el balance, se han materializado de manera simultánea. La primera, por un valor de 17,1 millones, y la segunda, por otros 2,3 millones. Con ella la patrimonial de Botín ha recortado un 90% los fondos propios, de acuerdo con la información aportada al registro mercantil.
La situación de Cronje, que es usada por la banquera para agrupar la mayor parte de los títulos que ostenta del banco vía inversiones y cobro del sueldo en especie por su cargo, era delicada, ya que su fondo de maniobra era negativo en 38,44 millones a finales de 2021, último balance disponible. Este parámetro mide la capacidad que tiene una empresa para hacer frente a sus pagos a corto plazo y debe ser positivo.
En dicho ejercicio, la firma de Ana Botín contaba con un patrimonio de 14,2 millones y unas deudas de 40 millones, según la información obtenida gracias a la herramienta Insight View. Sus activos estaban valorados en 119 millones. En 2021 el resultado de Cronje fue de 1,88 millones, entrando en beneficios positivos. Pero, en 2020, las pérdidas de dicha sociedad alcanzaron los 27,55 millones y los 1,4 millones.
El valor de la participación de Botín llega a 100 millones
La cartera de acciones de la presidenta en el Santander suma un total de 32 millones unidades, cuya capitalización bursátil sobrepasa en la actualidad los 100 millones de euros. La cotización de la entidad está un 34% por debajo de la que registraba en mayo de hace cinco años. Con motivo de la pandemia, llegó a sufrir un fuerte descenso, ya que bajaron hasta 1,49 euros, pero desde este mínimo ha recuperado una parte importante, ya que se sitúan ahora en el entorno de 3,1 euros.
La patrimonial pertenece al holding propiedad de la banquera, denominado Pérgamo Inversiones. Un conglomerado que agrupa otras empresas de Ana Botín, dedicadas a otros negocios. Entre estas empresas se encontraba una firma inmobiliaria, Inversora Oquendo, que desde el año pasado pertenece a uno sus hijos, Felipe Morenés, tal y como ya publicó este periódico.
Tras este traspaso y otras operaciones de integración, Pérgamo aglutina además de Cronje las filiales Kyhecho y Kibaoni, con las Botín tiene otra serie de propiedades y desarrollos empresariales. Este holding, precisamente, llevó una reducción de su capital el pasado marzo por 2,3 millones de euros, un importe que es similar a una de las ejecutada por la franquicia con la que tiene las acciones del Santander. En diciembre de 2022 Pérgamo también materializó una transacción similar, aunque por 23 millones.
La participación de Ana Botín en el banco es de un 0,19%. Pero la familia de origen cántabro controla más de un 1,20%. El hermano menor de la presidenta y consejero del grupo, Javier, entre acciones propias y representadas ostenta un 1,077%. Con ello, el valor de mercado de los títulos de la saga alcanza en estos momentos los 567 millones de euros.
El grupo y Ana Botín, con su nuevo plan estratégico para los próximos ejercicios lanzado en febrero, apuestan por que los inversores confíen en la entidad y la cotización vaya mejorando. Esto venía sucediendo, pero a raíz de las tensiones de marzo tras la quiebra de Silicon Valley Bank en EEUU y el rescate de UBS , la capitalización ha venido descendiendo, contagiada como la del resto de todo el sector.
Además del plan, tanto el Santander como sus competidores cuentan con un aliado para ir recuperándose: la subida de los tipos de interés y su impacto en los ingresos como consecuencia de las mayores cuotas a los clientes por los créditos. Con ello, el banco presidido por Botín elevará su rentabilidad y su cuenta de resultados, que le permitirán aumentar los dividendos, clave para despertar el interés de los inversores.
