Algeciras guía a Barcelona y Valencia a crear una ruta de hidrógeno alternativa al H2Med
El anuncio de Cepsa de crear un corredor verde con barcos que transporten hidrógeno pone contra las cuerdas al gran hidroducto de España
Puerto de Barcelona. | EuropaPress
El proyecto H2Med, que unirá Barcelona con Marsella a través de un tubo, sigue acumulando dudas dentro del sector. Mientras, aparecen nuevas vías alternativas para transportar hidrógeno de un territorio a otro. Fuentes del puerto de Rotterdam aseguran a este periódico que «todos los puertos de Europa, también los incluidos en España, van a seguir la estrategia marcada en el puerto de Algeciras. Transportar hidrógeno y amoniaco a través de barcos es el futuro, todos tienen sus estrategias encaminadas hacia este nuevo rol». Un escenario que abre nuevas oportunidades a los puertos del oeste de la península, principalmente Valencia y Barcelona, para transportar hidrógeno verde.
Ayer se presentó en Algeciras (Cádiz) un megaproyecto entre la petrolera española Cepsa y la noruega Yara. Será el primer corredor marítimo de hidrógeno verde entre el sur y el norte de Europa, conectando los puertos de Algeciras (el más importante del país) y Rotterdam (que lidera el tráfico de contenedores en Europa). Al acto acudieron los reyes de España, Felipe VI, y de Holanda, Guillermo Alejandro, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Se trata de una realidad que abre nuevas oportunidades a los puertos de España. Así, tras el puerto de Algeciras, los siguientes puntos con mayor tráfico de mercancías son Valencia y Barcelona. Después de estos, le siguen Cartagena (con 36 millones de toneladas), Bilbao (32 millones), Huelva (31 millones), Tarragona (29 millones) y Las Palmas (26 millones). En Algeciras, solo hasta abril, el volumen transportado alcanzó las nueve millones de toneladas. Mientras que en Barcelona y Valencia se han movilizado 5,5 millones y 6,3 millones respectivamente.
En algunos puertos ya está habiendo movimientos relacionados con la producción de hidrógeno verde. De la misma forma, la competencia de las compañías por liderar la producción tiene una incidencia directa sobre los puertos. Así, entre los proyectos anunciados por la otra gran petrolera española, Repsol, se encuentra la creación a gran escala de dos electrolizadores, clave para producir hidrógeno. El primero es de 100 MW y se situará en las refinerías de Petronor (Bilbao) y Cartagena, y el segundo de 150 MW, que se instalará en Tarragona.
A finales de enero, el puerto de Valencia informó de que se había convertido en el primer enclave de Europa en desplegar la tecnología de hidrógeno en su actividad. Aunque este «hito» está lejos de convertir al puerto en un nodo de conexión de hidrógeno, sí desvela sus futuras intenciones. «Nos posiciona como el primer puerto de Europa en tener una instalación de hidrógeno en condiciones de operatividad real. Es la única instalación capaz de abastecer las necesidades de las terminales a través de la hidrogenera móvil y el tanque fijo que almacena este combustible. Un punto de inflexión para la comunidad portuaria y los puertos europeos para empezar a testar uno de los combustibles del futuro«, apuntaron.
Una de las grandes dudas que han surgido tras la presentación del nuevo corredor de hidrógeno que unirá España con Holanda ha sido precisamente el papel del gasoducto H2Med. El CEO de Cepsa, Maarten Wetselaar, ha querido dejar claro que «los envíos por barco y los hidroductos son complementarios«. Por otro lado, ha añadido que no solo buscan centrarse en suministrar hidrógeno en Europa, sino que también en otros lugares del mundo, como Japón, con el que se está negociando. El modelo a través de metaneros es más caro que el transporte por gasoducto, reconocen, pero desconocen la diferencia.
El coste del H2Med supondrá, según Enagás, unos 7.000 millones de euros. A esta cifra hay que unirle no solo el hidroducto que unirá Barcelona con Marsella, sino también toda la renovación de la red peninsular. El proceso de transportar hidrógeno a través de buques es más complejo porque se introducen compuestos químicos, como el amoniaco. Así, una vez se obtiene el hidrógeno a través de la electrólisis (donde se separa la molécula de hidrógeno de la de oxígeno) se introduce el amoniaco en la molécula de hidrógeno para poder transportarlo por barco. Así, y una vez llega al puerto de destino, se revierte el proceso y se vuelve a separar el hidrógeno, pero esta vez del amoníaco.
