El repunte de deuda pública y de los intereses detraerá 44.000 millones a las arcas del Estado
Los economistas mantienen que el alto nivel de esta variable macroeconómica dañará al crecimiento a largo plazo de no reducir ahora el gasto estructural
Según los últimos datos publicados por el Banco de España, la deuda de las Administraciones Públicas (AAPP) según el Protocolo de Déficit Excesivo (PDE) alcanzó a finales de marzo de 2023 un saldo de 1.535 miles de millones de euros.
De este modo, y utilizando el PIB nominal acumulado de los últimos cuatro trimestres, la ratio deuda/PIB se sitúa en el 113% en el primer trimestre de 2023. Eso quiere decir que desde finales de diciembre de 2022, España solo ha logrado reducir la deuda en 0,2%.
Una reducción demasiado nimia, si se tiene en cuenta que la pequeña caída de la deuda se debe sobre todo a la inflación. De hecho, la subida de la deuda pública y los tipos de interés obligará a destinar hasta 4 puntos de PIB al pago de intereses de la deuda para 2024; es decir, su repunte más el incremento de los intereses detraerán 44.000 millones de euros a las arcas del Estado, explica a THE OBJECTIVE el economista y profesor universitario, Javier Santacruz.
El análisis por sectores del Banco de España pone de manifiesto que es la Administración Central donde más se concentra la deuda pública. Y así, en la evolución de la actual cifra del 113% del PIB, un 102% corresponde directamente a esta administración, frente al 23% de las administraciones autonomías, el 7,8% a la Seguridad Social y el 1,7% a las entidades locales.
Las consecuencias de la deuda sobre la economía
El alto nivel de la deuda pública recogido en la nota estadística del Banco de España, sobre la Deuda trimestral de las AAPP, según la metodología del Protocolo de Déficit Excesivo, ha suscitado el interés y el debate de los economistas del más amplio espectro. Es el caso de José Carlos Díez, próximo al entorno del Partido Socialista y quien este jueves reflexionaba en las redes sociales advirtiendo de la elevada deuda que soportan las cuentas públicas. Díez mantiene que el nuevo gobierno que salga de las urnas se verá obligado a aprobar unos presupuestos con ajuste de déficit, y que según defiende Díez, no tendrá otra salida que hacerlo con reducción del gasto estructural y con más impuestos.
Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos (IEE), pone el acento en las consecuencias negativas que tiene para la economía una deuda pública de este nivel. El que fuera presidente del Instituto Nacional de Estadística aclara al respecto, que la reducción del ratio de la deuda pública en España de este año «se explica ante todo por el aumento del PIB nominal, ya que el flujo de déficit, espoleado por el gasto público estructural, ha seguido alimentando procíclicamente el stock de deuda situándolo en máximos».
«El excesivo nivel de deuda pública -sostiene- afecta negativamente al crecimiento a largo plazo, y más aún en un contexto de subidas de tipos de interés y de normalización de las reglas fiscales. La acumulación de deuda -añade Izquierdo a THE OBJECTIVE– encarece y restringe la financiación del sector privado, genera desconfianza en los agentes ante el aumento de riesgo de futuras subidas impositivas y compromete seriamente la capacidad estabilizadora de nuestra política fiscal con el consiguiente aumento de nuestra vulnerabilidad ante situaciones de crisis».
Lejos del optimismo del Gobierno con sus cifras macroeconómicas, José María Rotellar, director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria, opina que «la situación económica que dejará el actual presidente del Gobierno será muy mala, con una de las situaciones estructurales más complicadas de las últimas décadas, donde el gasto y déficit estructurales siguen aumentando y la deuda se eleva exponencialmente, con la presión que imprime en su coste el aumento de tipos, que drenará recursos para servicios esenciales o incrementará, aún más, déficit y deuda, haciéndolo insostenible». «Es imprescindible -defiende- abordar el problema sobre la base de un presupuesto base cero, donde todo se cuestione, para poder eliminar el gasto improductivo y concentrarlo en los servicios esenciales y poder cumplir con los objetivos de estabilidad, que permitan a la economía avanzar de nuevo hacia la prosperidad».
Sánchez quiere flexibilizar la rebaja de la deuda
Este viernes, las peticiones de Alemania para introducir requisitos más estrictos en la revisión de las reglas fiscales, como la reducción mínima de la deuda del 1% del PIB anual, enfrentó a los Veintisiete en su primer debate sobre la propuesta de la Comisión Europea para reformar un marco fiscal que, tras cuatro años congelado por al pandemia, volverá a exigir una reducción del déficit público por debajo del 3% del PIB y una deuda pública por debajo del 60%.
Para tal fin, Bruselas quiere otorgar un mayor poder a los gobiernos para decidir cómo cumplir estos objetivos, aunque exige un ajuste anual mínimo de déficit del 0,5% del PIB hasta llegar al 3%, mientras que plantea una reducción gradual de la deuda a lo largo de cuatro años, prorrogable hasta siete.
España se encuentra entre los países que se han mostrado más partidarios del planteamiento de flexibilización de la Comisión en la discusión de este viernes en el Consejo de Economía y Finanzas celebrado en Luxemburgo, aunque la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, subrayó la actitud «constructiva» de Alemania a pesar de sus demandas de un marco fiscal más estricto para aquellos países con una deuda excesiva.