Iberdrola: «Gestionamos hasta el 40% del autoconsumo en España»
Por otro lado, desde la energética se afirma que el crecimiento del autoconsumo se ha moderado con respecto al «abrupto» 2022
La comunidades solares y el autoconsumo colectivo siguen creciendo en nuestro país a pasos agigantados. Dos nuevos modelos energéticos que están en auge en Europa y que desde España intentan no desaprovechar. Vanessa Castro, responsable de tecnología de Smart Solar en Iberdrola (que reúne el autoconsumo, las comunidades solares y los modelos de PPA de hasta ocho megavatios), atiende a THE OBJECTIVE para explicar los retos de la energética en estas áreas. Así, y aunque reconoce que el autoconsumo se ha moderado con respecto al año 2022, asegura que hoy gestionan el 40% del autoconsumo en España y que el 25% de sus clientes son tecnológicos, es decir, que cuentan con instalación solar, aerotermia o puntos de recarga para vehículo eléctrico.
El bum del autoconsumo parece haberse frenado, comentan desde Iberdrola. «El año pasado, con la guerra en Ucrania y la subida de los precios del gas, las cifras no fueron, sobre todo en el autoconsumo, muy normales. Este año se han equilibrado un poco todas, seguimos haciendo instalaciones todos los meses, pero no con ese crecimiento tan abrupto y exponencial del año pasado. A esto hay que añadirle que durante el año 2022 tuvo lugar el mayor auge de los fondos Next Generation, tanto para baterías como de instalación solar», apunta Castro.
Hace unos días tuvo lugar uno de los mayores eventos de energía solar en Alemania. Ahí estuvo Iberdrola presente. «A medio plazo se espera un crecimiento de autoconsumo, pero más simétrico. En el sector no se espera que haya otra crisis energética igual que la del pasado año y se confía con que no suba el precio de la luz y del gas. Se mantendrán los precios en todo Europa, sobre todo en España y Portugal», añade Vanessa Castro.
Por otro lado, uno de los grandes problemas que surgen con respecto al consumo de la energía solar en los entornos urbanos está precisamente en las múltiples casuísticas que se dan a la hora de instalar placas solares en un edificio: la antigüedad del inmueble, unanimidad en el vecindario y la posibilidad de hacer la instalación.
«Nosotros estamos apostando tanto por las comunidades solares como por el autoconsumo colectivo. El autoconsumo colectivo consiste en que varios vecinos instalan conjuntamente placas solares y se benefician de la energía que producen escogiendo casa uno su ratio de porcentaje de autoconsumo. Pero para los clientes que no tienen acceso al autoconsumo, bien porque viven en edificios sin cubierta, porque no llegan a un acuerdo entre los vecinos o porque no pueden realizar la inversión, ofrecemos la solución de las Comunidades Solares», comentan desde la energética.
«Aquí es Iberdrola quien realiza la inversión total del montaje y la gestión de la instalación, mientras que los dueños de los edificios, que pueden ser colegios, iglesias, naves industriales, incluso viviendas con gran extensión de tejado, son los que ceden la cubierta. De este modo, siempre que las placas se encuentren, como máximo, a dos kilómetros de distancia cualquier vecino puede disfrutar de todas las ventajas del autoconsumo sin necesidad de contar con una infraestructura propia ni de realizar inversiones», sentencian.
La compañía subraya la importancia que han tenido los incentivos económicos en la puesta en marcha del autoconsumo colectivo. «Los fondos Next Generation y las reducciones del IBI han hecho que los clientes intenten convencer a sus vecinos para desplegar el autoconsumo».
Una realidad a la que se enfrentan los primeros clientes que se adentran en la energía solar es que las placas solo suministran electricidad pero no calefacción. Si uno quiere introducir esto último necesita aumentar la inversión e introducir una aerotermia. Una vía que puede suponerle al cliente un aumento del coste de hasta un 35% más. Iberdrola reconoce este incremento del coste, pero añade que «la aerotermia es cuatro veces más eficiente que una caldera de gas convencional con ahorros de energía de hasta el 70%. Esta, junto con la instalación solar, es el match perfecto. Acabará pasando como con la energía fósil, que se acabará sustituyendo. Al final, estamos en una transición energética».
La agrovoltaica
El sector agrícola representa un 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero y, desde la energética, apuestan de forma firme por el despliegue de las instalaciones de autoconsumo solar para combatir estos efectos perniciosos. Sin embargo, uno de los puntos calientes para la opinión pública es, precisamente, la convivencia entre la energía renovable y la agricultura y ganadería.
Una crítica a la que Iberdrola da respuesta: «Lo más importante antes de instalar la placa fotovoltaica es hacer un estudio de impacto ambiental. No solo usamos el suelo para invadirlo y colocar la instalación, sino que, a su vez, estas instalaciones agrícolas se aprovechan de la existencia de los paneles para mejorar la vida agrícola, disminuye la temperatura, mejora la calidad del suelo… Al final se genera un ecosistema para que conviva la naturaleza con energía. En Francia tenemos un proyecto donde las vacas pueden pastar debajo de las placas de forma que en verano, con las altas temperaturas, estas tengan sombra, además de rociadores para refrescarlos«.