La inversión extranjera neta cae un 23% en comparación con el último trimestre de 2022
Más del 70% de los flujos de capital que han llegado a nuestro país en la primera parte del año tienen como origen Luxemburgo
La inversión extranjera en España se ralentizó de manera significativa respecto al último trimestre del año pasado. Las cifras publicadas por la Secretaría de Estado de Comercio y cribadas por THE OBJECTIVE indican que, entre enero y marzo, el flujo de capital foráneo que llegó a nuestro país se situó en los 9.912 millones de euros en términos brutos, lo que supuso un retroceso del 6% respecto de los 10.543 millones registrados entre octubre y diciembre de 2022, el periodo inmediatamente anterior.
Un retroceso que se hace más acusado si se analizan las cifras en términos netos y que excluyen desinversiones de las compañías extranjeras equivalentes a 3.537 millones. En este sentido, en el primer trimestre de este 2o23 se llegó a los 6.375 millones, un dato que se queda un 23,3% por debajo de los 8.319 millones del cuarto trimestre de 2022. El registro neto es un mejor reflejo del comportamiento de los flujos de capital según los estándares internacionales.
De esta manera, la inversión extranjera no está teniendo un comportamiento espectacular e «histórico», como lleva semanas diciendo el Gobierno y el presidente Pedro Sánchez. De hecho, de los últimos cinco trimestres solo entre octubre y diciembre del año pasado se registraron mejores datos de inversión extranjera bruta que en los tres meses anteriores. Un trimestre en el que además se produjo una reducción del 32% respecto de igual periodo de 2021.
Datos interanuales
El Gobierno publicó este martes las cifras de inversión destacando un importante crecimiento, lo cual es cierto, pero esto no significa que la fotografía sea del todo positiva. Los datos que se destacaron dicen que la inversión extranjera bruta en España creció un 20,3% en términos interanuales y un 17,3% en el registro neto. Pero hay claroscuros que demuestran una irregularidad en el comportamiento de los flujos de capital foráneo desde mediados del año pasado. Como, por ejemplo, en la comparativa con el último trimestre del año pasado.
Inversores, analistas y asesores de grandes capitales ya habían anticipado a este diario una ralentización en los flujos de inversión extranjera en España durante la primera parte de este 2023. Las fuentes consultadas indicaron que este movimiento se podía producir por tres motivos: la elevada base comparativa del año 2022, el contexto internacional con unos tipos de interés al alza y una pérdida de la confianza de los inversores ante movimientos del Gobierno como los impuestos a la banca y las energéticas.
Pese a esa percepción generalizada, para el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, "la política económica del Gobierno está siendo clave para generar confianza en el exterior. Seguridad jurídica y crecimiento económico que reflejan el buen momento que vive España y el deseo de invertir en nuestro país, con la industria como principal sector receptor de inversiones".
Inversión excepcional
Frente a estas declaraciones, analistas e inversores consultados advierten de la calidad de la inversión que ha llegado a España en este periodo: unos flujos puntuales y principalmente desde fondos de inversión con poca vocación de permanencia en el país. En este trimestre se ha recogido un impacto de inversiones excepcionales, que no se habían producido en la historia y que además ha estado influido por el desembarco de fondos que utilizan a Luxemburgo como último destino antes de llegar a España.
Las cifras de este primer trimestre reflejan una inversión de 3.400 millones de euros en la industria de 'extracción de petróleo'. Si se analiza la serie histórica se refleja la excepcionalidad de este flujo de capital: en los últimos 20 años lo más cerca que se ha estado de este dato fueron los 883,2 millones en 2014; y si sumamos todo el importe recogido en este apartado desde 1993, el total llega a los 5.216 millones. Esto supone que entre enero y marzo ha llegado el 65% de toda la inversión histórica del sector de extracción de crudo y gas natural.
Si no se incluye este dato -que además se ha computado en términos netos ya que no incluye desinversiones-, el total de inversión extranjera bruta entre enero y marzo se hubiese reducido a 6.512 millones, una cifra que no solo está por debajo del último trimestre del año pasado sino que representa un retroceso interanual del 21% en cifras brutas y del 45% en términos netos.
Luxemburgo a la cabeza
En segundo lugar, se advierte un fuerte peso de las inversiones extranjeras originadas en Luxemburgo. Los datos difundidos por el Gobierno el martes indicaban que Estados Unidos fue el primer inversor en España en este periodo con el 58,1% de los flujos de inversión. El Ejecutivo se refiere al "país último" de destino, que es donde se encuentra la sede última de la empresa que invierte.
No obstante, los estándares internacionales prefieren el dato de "país inmediato» que donde está domiciliada realmente la empresa que invierte. En el caso español, el primer origen de la inversión de "país inmediato" es Luxemburgo con el 73% e los flujos brutos y el 79% con el cálculo neto. Esto significa que la gran mayoría de los inversores que desembarcaron en España este primer trimestre lo hicieron desde un país donde la fiscalidad es más baja, generalmente fondos de inversión que tienen su sede final en Estados Unidos.
Para los expertos consultados esto es un síntoma de que la inversión que llegó a España en este primer trimestre es más especulativa que industrial: buscan quedarse un tiempo limitado, sacar rentabilidad a su capital invertido y marcharse. Como ya ha contado este diario, los fondos oportunistas suelen destinar sus recursos a economías con mayores turbulencias donde sus tasas de retorno (asociadas al riesgo) pueden ser mucho mayores.
