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Economía

Un tercio de la inversión extranjera que llegó a España en 2022 procedió de Luxemburgo

El 40% de todo el flujo de capital foráneo bruto que llegó a nuestro país el año pasado se hizo a través de países con una baja fiscalidad

Un tercio de la inversión extranjera que llegó a España en 2022 procedió de Luxemburgo

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a la reunión del Consejo Europeo, este jueves. | Agencias

La inversión en España de empresas radicadas en Luxemburgo se disparó durante el año 2022 hasta los 11.773 millones de euros, un 29,8% más que un año antes, según las cifras del Ministerio de Industria y Comercio y cribadas por THE OBJECTIVE. Estamos ante el segundo dato más alto en una década y que consolida a esta economía -caracterizada por tener bajos impuestos- como el primer país de origen de las inversiones extranjeras que llegan a nuestro país y con un porcentaje creciente de participación sobre el total de los flujos de capital foráneo.

Durante el año pasado, el 34% de los 34.178 millones de euros de inversión extranjera directa bruta que llegaron a España (más de tres de cada 10 euros), lo hicieron a través de Luxemburgo. El dato se conoce pocas semanas después de la polémica por el cambio de sede social de Ferrovial a Países Bajos, una situación que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha aprovechado para cargar contra las empresas españolas que buscan mejores ventajas fiscales fuera de nuestras fronteras.

El propio presidente de Gobierno y sus principales ministras llegaron a poner en duda el «patriotismo» de Rafael del Pino (dueño de Ferrovial) por llevarse a su empresa fuera de España y pidieron una homologación europea de las condiciones fiscales para evitar estas fugas de empresas. Sin embargo, el Ejecutivo no parece tener problemas con recibir un tercio de su inversión extranjera directa bruta desde un país como Luxemburgo, con impuestos bajos que hacen que una parte importante del tejido empresarial de fuera de la Unión Europea, lo utilice como plataforma para desembarcar en otros países del continente.

Inversión desde Países Bajos

Y -siguiendo con las críticas a Ferrovial-Sánchez tampoco parece tener reparos con la inversión que llega desde Países Bajos: 1.437 millones en 2022, convirtiéndose en el sexto país de origen de la inversión extranjera directa bruta en España y utilizando el mismo sistema para canalizar los flujos de capital: invertir en otros países de la Unión Europea, como España, a través de sus ventajas fiscales para constituir negocios.

Dicho de otra manera, España es uno de los miembros de la UE que más se beneficia de las economías con bajos impuestos como Luxemburgo o Países Bajos. En 2022 recibió 13.209 millones de inversión a través de estos dos países (el 39% del total), recursos que quizás con otras condiciones no hubiesen llegado. Una cifra que está muy por encima de los 5.072 millones de euros que llegaron desde Alemania, los 4.466 millones de Reino Unido, los 2.887 millones de Estados Unidos y los 1.848 millones de Francia. Estos seis países reunieron el 82% de toda la inversión extranjera directa bruta.

Volviendo a Luxemburgo, en 2022 la inversión llegada desde este país creció más del doble que el 14% que lo hizo el acumulado de todos los países y su porcentaje sobre el total ha crecido de manera importante desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Ello, pese a que en la época del Gobierno de Mariano Rajoy desde la oposición socialista se le criticó esta dependencia de inversiones desde países con baja carga fiscal.

Origen último de la inversión

En 2017 las inversiones de Luxemburgo representaban el 25% del total y en 2018, con Sánchez en el Ejecutivo, crecieron hasta el 30%. En toda la actual legislatura esta cifra ha vuelto a aumentar en más de cuatro puntos, la mayor cifra desde el año 2016. No parece que en cuatro años el actual Ejecutivo haya hecho nada por mitigar este mix inversor más allá de intentar amoldar los datos para excluir a los países con bajos impuestos de la estadística oficial.

El 21 de marzo, el Ministerio de Industria difundió los datos de inversión extrajera -sin las cifras trimestrales que publicó THE OBJECTIVE y que representaron un duro retroceso del 32% entre octubre y diciembre- aunque sin ninguna referencia a Luxemburgo. La clave está en que el Ejecutivo sólo mencionó las cifras por país de "origen último" de inversión, esto es, refiriéndose al país de residencia del titular último de la inversión, en el que se agota la cadena de titularidad.

Esta cifra deja a Estados Unidos como primer inversor con 9.453 millones (27,7% del total), Reino Unido con 6.097 millones de euros (17,8%), Alemania con 4.790 millones (14%), Francia con 3.410 millones (10%), Australia con 1.345 millones (4%) y Países Bajos con 1.012 millones (3%). Una lista radicalmente diferente a la que recoge los datos reconocidos internacionalmente, los de "país inmediato", es decir el país donde reside el titular directo de la inversión y en los que Luxemburgo es, de lejos, el principal inversor.

Régimen fiscal atractivo

¿Por qué la diferencia? Los expertos consultados por este diario indican que tanto Luxemburgo como Países Bajos son economías con sistemas tributarios muy atractivos para holdings extranjeros. De hecho, en estos países se concentra el grueso de la inversión de las grandes multinacionales estadounidenses en Europa, lo que en el caso español explica que el país de destino "final" sea EEUU (donde está el dueño) y el país "inmediato" (desde donde se hace la inversión directa) sea uno con cargas tributarias más bajas. En cualquier caso, coinciden en señalar que el segundo es el dato que debe ser utilizado como referencia del origen de las inversiones.

Estos mismos expertos indican además que Luxemburgo ha desarrollado un régimen fiscal muy atractivo que permite que la inversión se desarrolle desde plataformas societarias en ese país. Es así como actúa como una plataforma de inversión muy favorable desde la que desembarcar en el resto del continente, como es el caso de España. Una situación que actúa como catalizador de los flujos de capital extranjero hacia países menos atractivos fiscalmente como el nuestro y permite la llegada de capitales que no desembarcaría de otra manera en nuestro territorio.

Es por ello que empresas y economistas critican la sobrerreacción del Sánchez y sus ministras ante el caso Ferrovial demonizando la decisión de la constructora. Una decisión meramente empresarial aprovechando unas ventajas fiscales de las que el Ejecutivo también se beneficia para aumentar la inversión extranjera al país, pero a la que no hace referencia en ningún foro público y que además ocultan de sus comunicaciones oficiales.

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