El venezolano Escotet mete a sus hijos en la patrimonial con la que controla Abanca
El banquero incorpora como consejeros de su ‘family office’ a sus herederos Alberto y Eduardo
El banquero hispano venezolano Juan Carlos Escotet ha realizado recientemente una reordenación en su sociedad patrimonial con que controla Abanca. El empresario ha dejado de ser el administrador único de Escotet Family Office y ha nombrado consejeros de la misma a dos de sus herederos, Alberto y Eduardo.
Según ha podido saber THE OBJECTIVE, además de incluir en este holding a sus hijos, también ha decidido nombrar vocal de la firma a Daniele Pellicano, el director financiero de Banesco Internacional, la filial con la que opera en diferentes mercados latinoamericanos y Estados Unidos. De igual manera, ha colocado como secretaria de la compañía a María Consolación Borrás, actual vicesecretaria de Abanca. Fuentes oficiales de la entidad no quisieron hacer comentarios al respecto.
Escotet creó a mediados de 2020, en plena pandemia, esta sociedad patrimonial para gestionar parte de sus posesiones. Entre ellas, parte de su participación en el accionariado de Abanca. A finales de 2022, a través de este vehículo patrimonial, el banquero tiene el 41,28% del capital de la entidad de origen gallego, es decir, casi la mitad del 84,748% que ostenta. El resto pertenece a otros socios minoritarios, entre ello el Tesoro Público, que conserva un 0,4%.
Los hijos del dueño de Abanca trabajan para el emporio financiero que a lo largo de las últimas décadas el empresario venezolano ha ido construyendo a partir de Banesco. Eduardo es gerente de nuevos productos de la entidad en Venezuela, mientras que Alberto lidera las operaciones en los países de América donde el grupo está presente, como son Panamá, República Dominicana, Venezuela y Estados Unidos. Según el registro mercantil, ambos ya figuraban como apoderados del holding patrimonial.
Quinta fortuna española gracias a Abanca
Escotet, de padres españoles y considerada la quinta mayor fortuna española con un patrimonio superior a los 4.000 millones de euros, decidió trasladar a nuestro país parte de sus negocios en 2007, cuando Venezuela comenzó su etapa de declive bajo el mandato Hugo Chávez. Entonces Banesco, el banco que fundó en la década de los 90 a partir de una agencia de valores, se había convertido ya en la entidad privada más relevante del país suramericano. Su objetivo era encontrar oportunidades de compra y éstas llegaron con la crisis financiera que arrancó en 2008.
Tuvo que esperar hasta 2012, cuando adquirió el gallego Banco Etcheverría para dar su primer golpe y poner en marcha un proceso de adquisiciones que no ha tenido fin hasta la fecha. Meses después se adjudicó el grupo resultante de la fusión de las antiguas cajas de ahorros que promovió el actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo que supuso un salto de gigante.
La ambición del dueño de Abanca, que es como renombró a la extinta Novacaixagalicia, no ha tenido límites, ya que ha ido aprovechando diferentes oportunidades que se le han presentado en el camino, aunque no pudo culminar con éxito su interés tanto por Deutsche Bank en España como por Liberbank.
Eso sí, ha podido incorporar a Abanca distintas entidades de pequeño tamaño, como son la división de consumo del antiguo Banco Pastor; la red minorista de Deutsche Bank en Portugal; las filiales españolas de Caixa Geral de Depósitos y Novo Banco; y la vasca Bankoa. En la actualidad se encuentra en el proceso de fusión de su última compra, Targobank, tras el acuerdo sellado a finales del año pasado.
Hace unos meses, Escotet informó que Abanca había decidido reducir el dividendo a repartir con los beneficios de 2022 para fortalecerse ante nuevas oportunidades para aumentar su tamaño, reduciendo la distribución de las ganancias del 40 al 25% del total. El año pasado la entidad obtuvo un beneficio de 217 millones de euros y acumula un exceso de capital de unos 1.400 millones para llevar a cabo más transacciones corporativas.
El banquero de origen venezolano, tras ese rally de compras, se ha convertido en una figura imprescindible del mundo financiero de nuestro país. Con el fin de mejorar el gobierno corporativo de Abanca, la junta general de accionistas de la entidad ha decidido ampliar el consejo de administración de doce a quince miembros esta misma semana, con el fin de adaptarse a las recomendación de los reguladoras, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).