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Targobank costará 120 millones a Abanca

La compra de la filial española del francés Credit Mutuel supondrá una merma del capital del grupo gallego de apenas 40 puntos básicos

Targobank costará 120 millones a Abanca

El CEO de Abanca, Francisco Botas, y su presidente, Juan Carlos Escotet. | Abanca

La compra de Targobank costará a Abanca en torno a 120 millones de euros. Esta factura es perfectamente asumible por el grupo gallego propiedad del banquero venezolano Juan Carlos Escotet, ya que cuenta con un amplio exceso de solvencia para agrandar su proyecto en España.

Abanca calcula que la operación, que será su séptima adquisición, conllevará una merma de su capital principal de entre un 35 y 40 puntos básicos 0,5%, según desvela en una comunicación a la CNMV a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Es decir, que sus recursos propios descenderán de los 3.941 millones hasta los 3.821 millones de euros y su ratio CET1 descenderá al 12,8%.

La adquisición, que aún está en negociaciones exclusivas, permitirá a Abanca ampliar su presencia en España, uno de los objetivos prioritarios desde que Escotet se hiciera con las antiguas cajas de ahorros de Galicia y creara Abanca. El coste de esta nueva compra incluye no solo el dinero que abonará al francés Credit Mutuel por Targobank, sino también el importe que asumirá por una eventual reestructuración de plantillas y oficinas por solapamientos y el impacto del aumento de los activos.

La semana pasada ambos grupos anunciaron que comenzaban las conversaciones para poder culminar el proceso el próximo año, dando así por culminada la aventura de Credit Mutuel en territorio español con pérdidas significativas. El conglomerado francés también se encuentra en un proceso similar con Axa para deshacerse del negocio asegurador en nuestro país.

Refuerzo de Abanca en el Mediterráneo con la adquisición

Abanca explica que la inversión que realizará es «muy pequeña» teniendo en cuenta los niveles de capital que tiene en la actualidad, que sobrepasan con creces las exigencias regulatorias, y le permitirá reforzar su influencia en el arco Mediterráneo dando otro paso en su plan estratégico de crecimiento.

Targobank opera en España con 541 trabajadores que prestan servicio a cerca de 150.000 clientes. Tiene una red compuesta de 51 oficinas, ubicadas principalmente en Cataluña, Madrid, Andalucía y Baleares. Su modelo de negocio está centrado en hipotecas y empresas. La cartera de préstamos alcanza los 3.175 millones y el volumen de recursos de clientes que gestiona ascienden a 2.369 millones. Unos activos que serán traspasados a Abanca si las negociación culminan con éxito.

La operación supone para Credit Mutuel el fracaso de su aventura española, que comenzó en 2010, cuando alcanzó un acuerdo con el extinto Banco Popular para intentar ser una referencia del sector financiero. Entonces, tomó la mitad del capital de la división regional de la entonces entidad presidida por Ángel Ron, comprometiéndose a desembolsar 312 millones. Esta alianza iba más allá, ya que al margen el francés adquirió un 5% de las acciones del Popular.

Ya en 2017, en plena quiebra de éste, Credit Mutuel abonó 65 millones por la toma completa de Targobank con el objetivo de rentabilizarlo. Algo que no ha logrado pese a los diferentes planes y proyectos para reflotarlo. Los ingresos que obtendrá ahora por la venta a Abanca serán, tendiendo el cuenta el coste para el grupo gallego, ni la mitad de los fondos propios que tiene en la actualidad, que ascienden a 239 millones tras la última inyección de capital de este verano.

Credit Mutuel llegó a aspirar a ser grande, pero se quedó en el camino. A lo largo de los últimos años, intentó hacerse con algunas entidades para engordar Targobank. Se interesó, entre otros, por Evo Banco, a día de hoy en manos de Bankinter, y sonó incluso en las quinielas para tomar el Popular cuando éste estaba en caída libre. Ahora se irá de España con una pérdidas cercanas a los 500 millones, sin incluir el agujero de la participación que tomó en el Popular.

Abanca, por su parte, sí ha dado pasos firmes para hacerse mayor. Ha sido uno de los bancos que más operaciones corporativas ha llevado a cabo desde la pasada crisis financiera. En primer momento, integró Banco Etcheverría, que ya era propiedad de Escotet. Posteriormente, absorbió la financiera del Popular, los negocios en Portugal de Deutsche Bank, las filiales españolas de Caixa Geral y Novo Banco, y también se hizo con Bankoa.

Con estas transacciones y si finalmente compra Targobank, Abanca alcanzará un volumen de negocio de 112.544 millones de euros. Es decir, más del doble que en sus inicios, cuando en 2014 comenzó su andadura tras ser adjudicadas las cajas gallegas a Escotet en una subasta pública llevada a cabo por el Gobierno de entonces.

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