España ha perdido 19 puntos respecto a la renta media de la UE desde la crisis de 2007
Nuestro país ha pasado de superar el PIB de Italia en 2007 y aspirar al G8 a verse por detrás de varios países del Este
De superar a Italia en renta per cápita al final del primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero a quedar 15 años después por detrás de países del Este como Eslovenia, Lituania o Estonia. El declive económico de España frente a otros socios europeos se sintetiza en un dato: ha perdido 19 puntos respecto a la renta media de la UE desde la crisis financiera de 2007 en la que se pinchó la burbuja inmobiliaria.
El que fuera embajador ante la UE entre 1995 y 2000, Francisco Javier Elorza, narra en su reciente libro Una pica en Flandes. La huella de España en la Unión Europea (Ed. Debate) cómo se ha pasado «del éxito al desastre» en el terreno de la convergencia real con Europa, una de las obsesiones españoles en las primeras décadas de democracia.
Cuando se produjo la adhesión de España a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986, el sector exterior de la economía española sufrió «un cambio radical», en palabras de Elorza. La balanza por cuenta corriente -bienes y servicios, remesas y rentas- pasó de un saldo positivo del 1,6% del PNB a un déficit del 3,4%. Pero el sector exterior subió del 37,6% del PNB al 49,7%, de ahí que la economía española se liberalizase «sin grandes traumas».
El ‘sorpasso’ español a Italia
La acumulación de crecimientos positivos del PIB de 1986 a 1991, todos ellos por encima del 4%, provocó que la renta per cápita española respecto a la media europea pasase del 73% en 1985 al 79% en el año previo a los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo Universal de Sevilla, siendo siempre 100 la media. Esa evolución positiva continuó en los años siguientes hasta alcanzarse el techo en 2007 con el 103%. Fue el día que Zapatero anunció el sorpasso a Italia: España se convertía -tras Alemania, Francia y el Reino Unido- en la cuarta economía europea y el Gobierno español barruntó la idea de pedir un asiento en el G-8 de las principales economías del mundo.
Sin embargo, Eurostat -la agencia europea de estadísticas- corrigió al alza el dato de Italia hasta el 107% tras las quejas de Roma y el sueño español se disipó. Sobre todo, tras las turbulencias financieras provocadas por la caída del banco Lehman Brothers en Estados Unidos.
Aquella crisis financiera torpedeó la racha alcista de España y la renta per cápita se contrajo rápidamente. En 2011 cayó al 92% y en 2019, ya con Pedro Sánchez en el poder, se quedó en el 90,7%. Nuestro país se quedaba, por tanto, al borde de volver a ser elegible para el fondo europeo de cohesión, que permite a los países de la UE acceder a sus recursos que están por debajo del 90%… y que Madrid impulsó en 1991 para ayudar a la convergencia real mientras que los países del Este que llamaban a la puerta de la UE se quedarían con los fondos de desarrollo para los más pobres, los del furgón de cola.
La crisis económica originada por la pandemia del coronavirus en 2020 provocó un vuelco económico en Europa. España sufrió una histórica caída del 11,3% de su PIB, mientras que la media europea registró un descenso más moderado, del 6,4%. Ello dio lugar a que la renta per cápita española bajara al 84,4%. Se había perdido 19 puntos sobre la media de la UE en apenas 13 años. O si se quiere ver desde otro prisma, España está a solo diez puntos de volver a la casilla de salida de 1985 (73%).
«Un desastre», en opinión de Elorza, del que nuestro país no se ha recuperado aunque tenga un pequeño premio de consolación. «Ese revés tiene, sin embargo, un efecto positivo, pues nos hace nuevamente elegibles para el Fondo de Cohesión», constata el exembajador.
A España ya le adelantaron en 2017 tres países que venían del otro lado del Telón de Acero: Eslovenia (92%), República Checa (91%) y Lituania (89%). En 2022 hubo otro país báltico, Estonia (87%), que superó a nuestro país en el ránking de Eurostat. Y acechan por detrás Polonia (80%), Hungría y la vecina Portugal, ambas con el 77%. Un eventual sorpasso luso a la economía española sería histórico.
«Ya no se habla de superar a Italia o a Francia como en la época del presidente Zapatero. El sueño de la convergencia real que planeaba a principios del siglo XXI desgraciadamente se ha venido abajo, por ahora», constata el autor del libro. El hecho de que España aumentase 17 puntos en la renta per cápita media europea fue «sin duda un éxito notable no solo cuantitativa sino también cualitativamente», pero la entrada de los diez países del Este «segó ese porcentaje» al bajar «de manera significativa». Y ahora España se encuentra entre los rezagados.