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Economía

Crece la superficie de cultivo de plantas para cosmética, pero la agricultura no ve beneficios

La industria cosmética sigue creciendo, pero los agricultores aseguran que las ventas están casi paradas

Crece la superficie de cultivo de plantas para cosmética, pero la agricultura no ve beneficios

Plantas como la jara se usan exclusivamente en el sector de la cosmética y la higiene. | Stanpa

Las plantas aromáticas, como la lavanda o la jara, cuyas ventas van destinadas a la industria cosmética y de la higiene, continúan su tendencia al alza desde el año 2018 y la superficie dedicada a su producción ha crecido un 35% en el último año, según los datos de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa). 

Un crecimiento que contrasta con las cifras de la superficie de cultivo en general que, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2022 se redujeron un 0,42%, un dato que no es preocupante pero que nada tiene que ver con el aumento en las plantas aromáticas. 

Desde Stanpa consideran algo positivo el crecimiento de esta superficie de cultivo, pero no lo ven de la misma forma los agricultores. Desde la Asociación Nacional Interprofesional de Plantas Aromáticas y Medicinales (Anipam) aseguran a THE OBJECTIVE que este aumento de superficie de cultivo no se ha traducido en mayores beneficios para los productores ni en un aumento de las transacciones con la industria cosmética. 

Desde Stanpa aseguran que «plantas como la lavanda, el limón, el tomillo o la jara silvestre subsisten a lo largo de la geografía española gracias a su producción y recolección única para la industria cosmética». 

Según los últimos datos, ya son 18.000 hectáreas de plantas aromáticas cultivadas, una cifra que aumenta hasta las 72.000 hectáreas si se tienen en cuenta todos los cultivos para aceites esenciales, como el limón, que también tiene un gran peso en este mercado. 

La asociación de perfumería destaca la relevancia de cultivos y plantaciones como el limón en Murcia, la lavanda en Castilla-La Mancha y la jara de Andalucía, «cuya subsistencia supone un impacto positivo en las zonas rurales de la España despoblada, ya que permite a la industria utilizar estas materias primas para los ingredientes naturales de perfumes y cosméticos». 

Sin embargo, el presidente de Anipam, Abelardo Carrillo, afirma en una conversación con este periódico que «por ahora no es nada positivo en lo que se refiere a convertir ese dato en una mejora de renta de los agricultores». 

«No se realizan casi transacciones»

Carrillo afirma que no entiende este optimismo del sector cosmético, puesto que asegura que las transacciones con esta industria, principal compradora de estas plantas en origen, están prácticamente paradas. 

«Hay una contradicción evidente entre la evolución de la industria de la cosmética y la de la producción agraria», dice Carrillo, que asegura que las ventas no se han incrementado a pesar del aumento de la superficie de cultivo. 

Sobre los buenos datos de la industria cosmética y de perfumería en España, el segundo exportador mundial de perfume, afirma que no cuadran con las pocas transacciones que se están haciendo con los productores. «No hay prácticamente y, además, si se vendiera a los precios de ahora, se estarían acumulando pérdidas de una manera muy importante». 

«Estamos en volúmenes de sobreproducción», añade, y explica que en el caso de algunas plantas aromáticas esto no es algo que se pueda controlar, puesto que lo que se hace no es cultivarlas, sino cosechar una producción natural, como es en el caso de la jara. En otras, como la lavanda y el lavandín, sí ha habido «un crecimiento significativo», pero insisten en que a pesar de esto, «los agricultores han visto reducir su renta de manera espectacular, incluso crítica».

La sequía afecta menos, pero sí causa daños

La sequía ha causado serios estragos en cultivos de todo tipo en España, con zonas donde se ha perdido casi la totalidad de la cosecha, como la del cereal en Andalucía. Sin embargo, las plantas aromáticas han sufrido algo menos los efectos de este fenómeno climático gracias a su capacidad de aguantar la escasez de lluvia durante un periodo más largo. 

«Las plantas aromáticas son más productivas que los cereales y, al ser de secano, no requieren regadío. En su cultivo tampoco se emplean pesticidas ni fertilizantes», dicen desde Stanpa, que destaca además que «se trata de plantas autóctonas que contribuyen a la biodiversidad». 

Sin embargo, Carrillo puntualiza que efectivamente son plantas resistentes a la sequía, pero «sensibles a la falta de agua en una época concreta del año, que es la primavera». «La planta puede vivir sin mucha agua durante casi todo el año, pero hay dos meses en los que necesita humedad, que haya llovido o que llueva, que suelen ser en abril, mayo o junio, dependiendo de la zona», explica. 

Las lluvias de mayo han hecho posible que haya algunos brotes al final de esta estación tan crítica y se pueda aprovechar la cosecha, añade el presidente de Anipam, pero la sequía ha tenido un efecto importante en las plantas maduras, que son las que más notan la falta de agua en la época primaveral. 

En cuanto a las ayudas recibidas por la sequía, desde Anipam esperan que los productores sean compensados «como cualquier cultivo que ha sido sensible a la sequía». Pero Carrillo insiste en que la solución no son las ayudas: «No queremos vivir de subvenciones, queremos vivir de que los precios de nuestros productos sean justos, sean suficientes».

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