El PIB real de España apenas ha crecido el 0,4% desde 2019, el segundo peor dato de toda la UE
Las cifras de Eurostat quitan la razón a Pedro Sánchez y niegan que España lidere el crecimiento económico
La economía española ha aguantado mejor de lo esperado, desterrando la hipótesis de una posible recesión como hacían prever algunos indicadores económicos, que no descartan todavía una estanflación para final de año. Este miércoles, el IPC del mes de junio experimentaba un crecimiento del 1,9% -cifras menos elevadas que meses anteriores-, con porcentajes en la variable subyacente todavía muy altos, del 5,9%. Una circunstancia debida fundamentalmente a la caída de los precios de la energía, reduciendo el shock externo hasta en un 40% desde el pico máximo alcanzado en el segundo semestre de 2022.
Con todo ello, según recalca el último estudio de Fedea, el crecimiento del PIB en España, especialmente en la parte final de 2022 y comienzos de 2023, ha permitido a la economía recuperar los niveles de actividad prepandemia. Sin embargo -señala la Fundación que dirige Ángel de la Fuente-, España no lidera el crecimiento económico de Europa, argumento utilizado por Pedro Sánchez, algo que queda de manifiesto cuando observamos los datos del crecimiento del PIB real acumulado, que es el que toma como base los precios de un año y permite hacer una comparación de la producción de un determinado país en periodos de tiempo diferentes, ya que aísla el cambio en los precios, y por tanto, refleja perfectamente el poder adquisitivo neto, sin importar los cambios de precios a lo largo del tiempo.
Así lo defiende el último informe Situación Económica y respuesta a la crisis de Ucrania, de Fedea, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. En efecto, España ocupa la penúltima posición de la UE en términos de PIB real acumulado entre el primer trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2023, solo por delante de Alemania, que ha entrado en recesión en los últimos meses, entre otras razones por su fuerte dependencia del gas. En sí, se trata de unos datos valorados por la estadística de Eurostat. El departamento de Economía, Finanzas y Cuentas Nacionales ha omitido los datos de los países de menor tamaño, como Irlanda, por los problemas que plantean sus estadísticas de PIB debido a la fuerte presencia de multinacionales.
Frente a este escenario, el economista y presidente de la consultora Freemarket Corporate Intelligence, Lorenzo Bernaldo de Quirós, precisa y cifra el crecimiento real en todo ese periodo de tiempo, hasta el día de hoy, en un 0,4%, lo que en su opinión es un balance más que negativo, porque «seguimos entre las economías con menor tasa de crecimiento de los países de la eurozona y de la Zona Euro», lo que en su opinión hace que «la economía nacional esté prácticamente estancada». Y de un agregado grande, como es el PIB, a un dato que también describe cómo es la situación, y que no es otro que el PIB real per cápita, que según la valoración macroeconómica de Bernaldo de Quirós, se encuentra en el 6,6%, lo que quiere decir que «los españoles han visto reducido su nivel de vida en el 6,5%; es decir, la mayor tasa de caída producida de toda la UE y de toda la eurozona», afirma.
Un PIB en el furgón de cola
Como Fedea y Bernaldo de Quirós, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, mantiene para THE OBJECTIVE que el crecimiento acumulado de España desde 2019 hasta ahora, ha sido nulo, prácticamente cero. «No hemos crecido nada en ese periodo. De hecho, nuestro crecimiento es el más bajo de la UE. Ademas -continúa-, tenemos 79.800 millones de incremento artificial, y eso incluye los fondos europeos. Pero es que a esto -apunta- hay que añadir que no solo somos los últimos, sino que encima hemos tenido el estímulo fiscal de todos los países europeos, porque hemos sido de los países que más dinero han recibido, y sin embargo, su crecimiento no es acorde».
Y todo ello, mantiene Lacalle, «con un enorme viento de cola, no solamente de los 79.000 millones de fondos europeos, sino con el impacto positivo que generan menores importaciones para la aportación al sector exterior por la enorme bajada de las materias primas, y también, por el impacto positivo que tiene en el PIB al aumentar el gasto público, financiado con deuda».
Por tanto, concluye, «a pesar de un gasto público financiado con deuda, a pesar de la caída de las materias primas a niveles inferiores de antes de la invasión de Ucrania y, a pesar de los fondos europeos, España cierra el segundo trimestre de 2023 con el peor desempeño de la economía entre 2019 y 2023».
Evitar lecturas triunfalistas
En este último boletín, Fedea examina otra variable macroeconómica, como es la evolución del empleo, y reconoce de origen que está siendo también mejor de lo esperado. Claro que pide una lectura cuidadosa de los indicadores disponibles y las limitaciones de los datos existentes, especialmente sobre los trabajadores con contratos fijos discontinuos. Así, el estudio señala cómo «mientras que el número de afiliaciones a la Seguridad Social se sitúa en torno al 8% por encima del nivel prepandemia, las horas trabajadas siguen ligeramente por debajo de esta referencia. Y en la misma línea -apostilla el informe de Fedea-, mientras que el paro registrado se situaba en 2022 claramente por debajo de su nivel de 2019 y ha continuado reduciéndose a buen ritmo en 2023, el paro efectivo (en el que se incluyen los trabajadores con contrato fijo discontinuo que se han inscrito en el SEPE como demandantes de empleo) registra una evolución muy diferente».
Fedea presta atención, en este sentido, a la diferencia en la evolución del paro registrado y el paro efectivo, algo que se puede ver en el último cuatrimestre de 2022, donde, mientras el paro registrado se reduce y se aleja cada vez más del nivel observado en el mismo mes de 2019, el paro efectivo, por el contrario, aumenta rápidamente y vuelve a su nivel prepandemia a finales de 2022 debido al fuerte crecimiento del colectivo de demandantes con relación laboral (presumiblemente dominado por fijos discontinuos que no están trabajando).