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Economía

El Banco de España detecta señales de debilidad en el empleo y en la confianza

El órgano regulador detecta desaceleración económica y advierte de la tensión que soportan familias y empresas, y de la necesidad de un plan fiscal

El Banco de España detecta señales de debilidad en el empleo y en la confianza

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. | Europa Press

Este lunes, el Banco de España hizo una revisión al alza de las previsiones macroeconómicas para 2023, elevando la tasa del PIB hasta el 2,3%, es decir, 0,7 puntos porcentuales más que en las previsiones realizadas en el mes de marzo.

El elevado dinamismo mostrado por la actividad ha sido una de las razones de este repunte del crecimiento económico. Sin embargo, el órgano regulador reconoció ayer que en las ultimas semanas y en los últimos días se están detectando señales de debilidad en indicadores tan importantes como el empleo y el índice de confianza empresarial, sin olvidar el contexto exterior y la política monetaria y, recordando los altos niveles de endeudamiento de la economía española, y por tanto, la necesidad perentoria de establecer un proceso de consolidación fiscal.

El órgano regulador, que admite un efecto arrastre del último trimestre de 2022 y una revisión al alza, tras la corrección también al alza de la Contabilidad Nacional por parte del Instituto Nacional de Estadística, señala que los mercados de trabajo están muy tensionados, y que habiendo recuperado ya prácticamente los niveles prepandemia de nuestro mercado laboral, no se ha conseguido, sin embargo, superar el número de horas trabajadas.

Además -añaden las previsiones de la institución presidida por Pablo Hernández de Cos-, esos indicadores que apuntan a cierta moderación de la actividad en el tramo final del trimestre, se han visto reflejado, en cierta medida, en la evolución de las previsiones de crecimiento del PIB en tiempo real para el trimestre en curso, según la monitorización diaria del Banco de España.

El Banco de España analiza los efectos de la política monetaria

En el contexto mundial, según afirmó Ángel Gavilán, director general de Economía del Banco de España y de las proyecciones macroeconómicas de España 2023-2026, también se han apreciado algunas señales de debilidad, especialmente en el periodo más reciente en el área euro y también en China, al tiempo que ramas de actividad como las manufacturas están experimentando evidencias de esa debilidad, que parece que también se está extendiendo a los servicios.

En su opinión, estas apreciaciones sobre la economía mundial, europea y nacional, podrían ser los primeros efectos del tensionamiento de la política monetaria con el subida de los tipos de interés con la finalidad de aplacar la inflación. De hecho, las últimas proyecciones del Eurosistema contemplan una revisión a la baja del crecimiento del PIB en la Unión Europea en el periodo de 2023-2025 y un alza en la inflación, especialmente en la subyacente.

Esas señales de debilidad -recogidas por THE OBJECTIVE– podrían explicar por otra parte, y en el caso de España, la caída de las operaciones financieras y el decrecimiento de los préstamos para la vivienda, la reducción del consumo interno y la manifestación, como así subraya la encuesta del SAFE (Encuesta sobre el Acceso de las Empresas a la Financiación) de las dificultades que están encontrando las pymes para el crédito bancario.

A propósito del efecto de la política monetaria, y de los aspectos adversos, el Banco de España estima que el PIB se habría contraído hasta ahora, por este motivo, hasta un 0,2% del PIB.

Un crecimiento mayor de lo esperado

Lo cierto es que mientras se confirma esa tendencia de debilitamiento en las últimas semanas y días, y se verifica el posible efecto de una nueva subida de los tipos de interés, por parte del Banco Central Europeo en el mes de julio -y no se descarta en septiembre-, el Banco de España sostiene que la demanda exterior neta ha sido el principal motor de este crecimiento (previsiones al alza del 2,3% del PIB para 2023, con un 0,6% para el II trimestre) que, sin embargo, se ha visto lastrado por el retroceso del consumo privado. Una variable -señala el Banco de España- que podría repuntar en lo sucesivo, ya que habríamos «hecho suelo», explicó Ángel Gavilán.

Los indicadores coyunturales disponibles para el segundo trimestre del año también apuntan que el crecimiento del PIB del 0,6% se debe a la evolución de la afiliación de la Seguridad Social en el conjunto del trimestre, al comportamiento de los indicadores de confianza y a los resultados de la última edición de la Encuesta del Banco de España sobre Actividad Empresarial (EBAE).

No en vano, y aunque la economía española está experimentando un crecimiento, el director general de Economía y Estadística evitó la expresión «la economía española va como una moto», como dijo recientemente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Si bien nuestro PIB crecerá más que el promedio de la zona euro, aún nos queda para cerrar esa brecha de crecimiento con los países de nuestro entorno, y hay margen para acelerar más. Por lo tanto -mantuvo Gavilán-, «eso no quiere decir que estemos contentos» con estos datos de PIB, puesto que «España dejó de converger en renta per cápita con la zona euro desde 2008».

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