La población activa mayor de 55 años se dispara un 147% en dos décadas
Las personas que trabajan o buscan trabajo de esta edad han pasado de 1,9 millones a 4,8 millones en 20 años
La mano de obra española está envejeciendo de manera acelerada. | Alex Raths
El aumento de la longevidad y la caída de la natalidad nos arrastran a un invierno demográfico que está teniendo su reflejo en todos los aspectos de la vida, también en el laboral. La mano de obra española está envejeciendo de manera acelerada. El número de personas activas mayores de 55 años ha experimentado un crecimiento del 62% en la última década (en 2013 se contabilizaban 3.002.300) y del 147% en los últimos 20 años (en 2003 había 1.965.500 personas mayores de 55 años en activo).
En la actualidad, este colectivo alcanza casi 5 millones (4.853.400 personas activas mayores de 55 años), según un informe de Adecco, que utiliza datos de la última Encuesta de Población Activa, recogido por THE OBJECTIVE. Así las cosas, las personas denominadas sénior que tienen trabajo o lo buscan en España suponen ya el 20% del total de la fuerza laboral (hace 10 años representaban apenas el 13%).
Concretamente en España se contabilizan 133 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, una proporción que crece a un ritmo desbocado. Al tiempo que la esperanza de vida se sitúa en máximos históricos la caída de la natalidad sitúa a España como el segundo país de la UE con menor número de nacimientos.
Riesgo en la España vaciada
Por comunidades autónomas, Castilla y León (24,9%), Asturias (23,7%) y Euskadi (23,1%) son las regiones con una mayor proporción de personas sénior (mayores de 55 años) entre el total de la población activa. En el lado contrario se sitúan Baleares (18,8%), Murcia (18,9%) y Andalucía (19,1%). En cualquier caso, en todas las comunidades autónomas la proporción de fuerza laboral de esta franja de edad va en aumento ya roza el 20%.
De hecho, a la vista de las diferencias entre regiones, uno de los temas que mas preocupación genera, según la empresa de trabajo temporal, es la falta de relevo generacional en una España vaciada cuya población activa tiene una media de edad cada vez mayor. En concreto, el 35,7% del tejido empresarial cree que tendrá problemas para sustituir a los empleados que se jubilen por falta de personal formado en su área de negocio, especialmente en algunos sectores como la construcción, el transporte, la industria o la hostelería, según un informe de Infoempleo y el grupo Adecco.
Problemas de acceso laboral
A pesar de esta situación y de que cada vez esta fuerza laboral tiene más peso dentro del total de activos, el mercado laboral presenta una gran contradicción. La inclusión de las personas sénior en el mercado laboral se ha convertido en un asunto estratégico para la economía ya que «siguen experimentando discriminación laboral por motivos de edad», tal y como reconoce Irene Gil, responsable del Observatorio de la Vulnerabilidad y Empleo Fundación Adecco, en conversación con THE OBJECTIVE.
«Al final las empresas se están quedando con el talento que hay de los 30 a los 45 años, porque todo lo que hay por encima lo consideran muy mayor y por debajo muy joven», explica Gil. Esto lo que supone es que estamos reduciendo la franja de edad disponible para trabajar a un nivel muy ajustado algo que «no es sostenible» teniendo en cuenta la realidad demográfica de nuestro país.
Por ello, la experta laboral considera que «es necesario apostar por la fuerza laboral sénior y erradicar todos esos clichés y estereotipos que siguen acompañando a la edad, que son menos flexibles, que no tienen competencias digitales y que van a pedir más dinero». La experta laboral asegura que es necesario que las empresas se centren en poner el foco en los valores que pueden aportar así como sus actitudes: experiencia, madurez, pensamiento crítico o templanza.
Por otro lado, es importante que desde la Administración «se apueste por el talento sénior como asunto de estado». Para ello es fundamental promover políticas activas de empleo con foco en la formación a los profesionales de estas edades en los sectores emergentes que están tirando del empleo y se les ofrezcan competencias estratégicas.
«Es clave que se les ofrezcan de tal modo que si un trabajador mayor de 55 años pierde su empleo, y empieza a percibir un subsidio, no piense que su única opción es enganchar con la jubilación sino que tiene aún mucho que aportar al mercado laboral», añade.
