Credit Suisse pone fin a su sangría en España y aumenta un 20% los depósitos
La filial de nuestro país, en manos de UBS tras la compra de la matriz, eleva a 423 millones las imposiciones
Credit Suisse ha puesto fin a su sangría en España al elevar en el segundo trimestre de año un 20% el volumen de depósitos de sus clientes, justo después de que su matriz helvética tuviera que ser rescatada y adquirida por su principal rival UBS. El banco para altos patrimonios, con este cambio de tendencia, emprende así la recuperación tras casi dos años muy complejos.
Según los datos recopilados por THE OBJECTIVE, los depósitos de la filial de Credit Suisse en nuestro país ascendieron a 423 millones de euros, frente a los 352 millones de marzo. En la primera parte de 2023 el banco sufrió una retirada de la mitad de las imposiciones de sus usuarios, coincidiendo con la caída del grupo tras las turbulencias financieras desatadas a raíz de la quiebra del estadounidense Silicon Valley.
Esta fuga, si bien se sucedía a otra de mucha más intensidad, ya que en el conjunto de 2022 la entidad en nuestro país registró una salida de depósitos del 87%. Por tanto, el importe que ahora tiene en balance apenas es una mínima parte del que disponía a finales de 2021, pero supone un punto de inflexión relevante.
Desempeño significativo de Credit Suisse
Este desempeño del negocio en España es significativo no solo por el cambio de tumbo, sino por varios motivos. Uno, porque se ha producido en plena huída de banqueros privados a la competencia, que han sido fichados por otras entidades aprovechando el revuelo originado y la suspensión de los bonus. Dos, porque UBS ha decidido mantener la actividad de banca privada en España, clave para la filial, pese a tener que enfrentarse a una posible indemnización a Singular Bank. Y tres, porque se da en plena competencia del sector de altos patrimonios por las imposiciones con la subidas de tipos de interés para retenerlos, algo que ahora empieza en el segmento de minoristas particulares por parte de los grandes grupos financieros..
UBS, actual dueño de Credit Suisse, decidió mantener su actividad de banca privada en nuestro país aunque tenga que enfrentarse, previsiblemente, al pago de unos 200 millones de euros a Singular Bank. Éste, según sus principales directivos, tiene previsto llevar a cabo dicha reclamación por las cláusulas de no competencia selladas hace un par de años cuando el grupo suizo le vendió el negocio al segundo. Dicho punto del contrato de la transacción impide al primero a llevar a cabo operaciones en este nicho de actividad en tres años.
En el momento de la caída del banco y posterior rescate en el sector se daba por hecho que UBS iba a tener que vender su filial española para no tener que afrontar dicha demanda. Pero, se ha decantado descartar la desinversión al observar la tendencia del negocio y comprobar que la franquicia de Credit Suisse está bien posicionada y es rentable. Además, considera que la adquisición de Credit Suisse es sobrevenida por la crisis y, por tanto, está excluida de las causas para tener que abonar dicha indemnización a Singular Bank.
En este escenario y ante la falta de entendimiento es previsible que el caso termine en los juzgados o en un tribunal arbitral para que determine si UBS tiene que abonar tal cantidad o no a su competidor, liderado por Javier Marín, ex consejero delegado del Santander.
Una parte de dicho negocio es la gestora de fondos de inversión, cuyos volúmenes de gestión siguen sufriendo fuertes descensos como en trimestres anteriores, aunque menores que en el mes de marzo. La compañía de Credit Suisse, a diferencia de la ganancia en depósitos, ha reducido el importe de estos productos un 18%, hasta 702 millones de euros en el segundo trimestre, según los datos de la patronal Inverco.
Al igual que la gestora, los resultados de Credit Suisse en España no terminan de remontar, según las últimas cifras del Banco de España de los balances individuales del sector. A cierre de junio, había elevado hasta los 17 millones de euros las pérdidas. Un agujero que es muy superior a los 1,5 millones de marzo y a los 10 millones de 2022. Por tanto, pese a que en parte la filial del grupo helvético ha dejado de sufrir una huída de dinero tradicional por parte de sus clientes, a UBS todavía le queda mucho trabajo para estabilizarla por completo.