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Caixabank se anota un agujero de 34 millones por su financiera Credifimo

La filial de préstamos para hipotecas, heredada de Cajasol, reduce dos tercios su capital para equilibrar el balance

Caixabank se anota un agujero de 34 millones por su financiera Credifimo

Sede de Caixabank en Barcelona | Europa Press

Caixabank ha asumido un agujero de 34 millones de euros por su financiera Credifimo, una compañía que heredó de la antigua Cajasol. Este filial acaba de aprobar una reducción de capital por dicho importe para enjugar pérdidas acumuladas y equilibrar de nuevo su patrimonio.

Tras esta operación esta división de Caixabank mantiene un capital social de 19 millones, según el registro mercantil. Con dicho dinero pretende hacer frente a sus obligación y situación de solvencia, ya que, según señalan fuentes de la entidad a THE OBJECTIVE, Credifimo está inactiva en estos momentos y solo gestiona desde hace tiempo los préstamos que fueron otorgados en el pasado.

La reducción realizada alcanza por tanto a dos tercios del capital que tenía la financiera después de que desde hace una década se haya encontrado como todo el sector con condenas judiciales por las cláusulas suelo hipotecarias. Uno de los negocios principales de Credifimo eran los créditos para la adquisición de la vivienda. En sus mejores momentos la compañías llegó a contar con unos 20.000 clientes.

Caixabank tuvo que rescatar Credifimo en 2013 con una inyección de 85 millones de euros. Hasta 2019 no asumió pérdidas acumuladas. Entonces, se anotó un roto de 17 millones de euros, de acuerdo con los datos del registro mercantil, una cantidad que por tanto es mucho más inferior al de ahora.

La filial de Caixabank disparó las pérdidas en 2022

La financiera representa una mínima parte del balance de Caixabank. Sus activos apenas pesan sobre el global. El grupo catalán es la entidad con la mayor cuota en hipotecas en nuestro país, con un porcentaje cercano al 25%, aunque en los últimos años ha perdido influencia.

El año pasado, según las cuentas auditadas de Caixabank, registró unos resultados negativos de algo más de 38 millones de euros, frente a los 1,8 millones de 2021. Una subida que podría haber venido impulsada por el aumento de la morosidad ante la escalada del euríbor y de los tipos de interés oficiales, además de una caída en los saldos de los préstamos ante las amortizaciones ordinarias y anticipadas de los mismos.

Hay que tener en cuenta que el alza de los tipos oficiales está disparando las cuotas de las hipotecas, algo que podría haber afectado a Credifimo, y que desde hace tiempo las cancelaciones de los créditos inmobiliarios están creciendo con fuerza. Para este ejercicio se espera que las anulaciones sean superiores a las nuevas operaciones ante el encarecimiento de la financiación y la incertidumbre económica.

Por ahora, eso sí, en el sector financiero la remontada del euríbor no se está traduciendo en un incremento de los impagos. La morosidad, en general. está controlada y se mantiene a la baja. Los banqueros esperan que la situación cambie pronto y que las insolvencia inicien su ascenso. Los primeros efectos se verán, previsiblemente, en el dinero otorgado para la adquisición de la vivienda.

Caixabank, tras haber cedido terreno en hipotecas como consecuencia de la absorción de Bankia, pretende impulsar la actividad con una mayor concesión, aunque la subida de tipos está teniendo incidencia en el sistema. La intención del banco era multiplicar por 1,5 la producción entre 2022 y 2024 con respecto a 2019-2021, según su plan estratégico.

En el primer semestre de este ejercicio, la concesión de préstamos para la vivienda de Caixabank descendió un 21%, hasta los 4.700 millones de euros. Las previsiones para el conjunto del año no son nada halagüeñas, ya que no espera una remontada durante este otoño y sus estimaciones pasan por un descenso anual de más del 20%.

En este entorno, no solo Caixabank sino que todo el sector se está viendo afectado y el volumen de préstamos en balance para la vivienda, que incluyen tanto compra como rehabilitación, se situaron en julio en 499.922 millones de eurostras descender en 12 meses un 3,16%. Por primera vez desde 2026 el importe ha bajado del medio billón.

Para mediados del próximo ejercicio se prevé que el BCE empiece a reducir los tipos oficiales para reanimar la economía, una vez la inflación haya bajado al entorno del 2%. A partir de entonces, la nueva producción de hipotecas volverá a crecer, animada por unos precios más bajos a los de ahora. No se descarta que para finales de 2024 el euríbor esté por debajo del 3%. hace unos días, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, anticipó que las bajadas podrían acometerse a partir de junio.

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