Renfe rompe con Grand Union y se frustra su intento de irrumpir en el mercado británico
Desde la compañía pública afirman que están prestando atención a cualquier otra oportunidad que pueda surgir en el país
La compañía pública de transporte ferroviario, Renfe, rompe con su socio Grand Union Trains (GUT) en su intento de irrumpir por primera vez en el mercado británico. Hace casi un año la empresa hizo público su interés, sin embargo las negociaciones se han ido dilatando y estancando hasta que hace unos meses se interrumpieron los contactos. Desde Renfe han pasado página y fuentes de la compañía aseguran que «ya está prestando atención a cualquier otra oportunidad que pueda surgir en Reino Unido».
El pasado mes de abril, fuentes financieras comenzaron a mostrarse escépticos con el proyecto y muchas voces ya aseguraban de forma abierta que estaba acabado. Renfe, no obstante, rechazó que las conversaciones estuviesen rotas y aseguró de forma tajante que «las relaciones continuaban, que se estaba incluso viendo la posibilidad de ampliar la actividad, aunque reconocía que las negociaciones no pasaban por su mejor momento». Sin embargo, dejaron claro que estas «se mantenían vivas».
La entrada en el mercado británico por parte de Renfe es uno de sus grandes objetivos del ente público. Hace cinco años -en concreto en 2018- la compañía pública logró el ‘PQQ Passport’, que es un documento necesario para poder participar en los concursos que lanza el país británico. Fue todo un hito para la compañía y que se logró en los últimos meses del ministro popular Íñigo de la Serna al frente del Ministerio de Fomento. Para ello, había que demostrar entre otros aspectos, calidad en los servicios, incremento de los ingresos y seguridad de los viajeros.
La intención de Renfe era participar en el plan a través de la firma Serena Industrial Partners. Sería esta, especialista en el desarrollo de infraestructuras sostenibles en Reino Unido, la que se encargaría de irrumpir con el capital privado. Fuentes de la compañía Grand Union han rechazado comentar la frustrada operación. Por otro lado, desde Serena Industrial Partners también han desestimado aclarar las razones del fin del proyecto.
Fuentes cercanas a la operación relatan que para que la compañía pública participase en la operación era necesario que depositara una cantidad específica de dinero, y que lo haría a través de la firma antes mencionada. De esta forma, se aseguraban un porcentaje dentro del negocio. Pero esto no llegó a producirse. Por otro lado, las mismas fuentes sostienen que a la empresa británica «no le gustó» lo que observó durante su visita a España para reunirse con Renfe.
Hace un mes se eligió al nuevo consejo de administración de la filial internacional de Renfe. La sociedad se constituyó el 31 de julio de 2023 con un capital social de 2,3 millones de euros y destaca como perfil fuerte de esta a Inmaculada Gutiérrez, responsable de proyectos del grupo, y al presidente de la compañía pública, Raül Blanco. Según se detalló en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), el objetivo de la compañía es «la búsqueda de negocios o proyectos en el extranjero vinculados a la prestación de servicios de transporte, tanto de viajeros como de mercancías, pudiendo incluir la planificación, consultoría, asesoría, formación, operación, explotación, suministro y mantenimiento de material rodante».
Renfe hasta ahora se encuentra presente en muchos proyectos que se limitan al asesoramiento, como ocurre en ‘Rail Baltica’ -un plan promovido por Estonia, Letonia y Lituania que unirá las principales ciudades de los tres países mediante un tren de alta velocidad que comenzará a funcionar en 2026- o en otros, como, por ejemplo, en el proyecto Tren Maya de México.
De Londres a Gales
Una vez que se hizo pública la alianza entre el ente público español y la empresa británica, Grand Union Trains dio un paso más y presentó de manera formal su solicitud a la Oficina de Ferrocarriles y Carreteras (ORR) para obtener el derecho a operar el nuevo servicio de trenes interurbanos entre Carmarthen y London Paddington, operando cinco servicios de ida y vuelta todos los días. El regulador británico dio luz verde a la operación a finales del pasado año.
El nuevo servicio que preparaba Grand Union se iniciaría desde Londres, la capital de Inglaterra, hasta Cardiff, capital de Gales, con paradas intermedias en Bristol Parkway, Severn Tunnel Junction y Newport. Más adelante, se prolongará hasta las ciudades del sur de Gales: Felindre, Llanelli y Carmarthen. Esta última sería la parada final. Una de las principales características del proyecto iba a ser su diseño de alta calidad, que pretendía incluir una mayor comodidad a bordo -asientos más grandes, con más espacio para las piernas y para el equipaje-, así como un vagón con cafetería disponible en cada servicio.