Buscan variedades de lúpulo resistentes a la sequía para mantener la producción de cerveza
La reducción de la cosecha obligaría al sector cervecero a importar más de esta planta para garantizar la producción
La sequía que lleva dos campañas afectando a prácticamente todos los cultivos también puede afectar a la producción de cerveza. Y es que el lúpulo, aunque ha sufrido menos que otras plantas, también ha sentido los efectos de este cambio de clima. Por eso, la industria está empezando a buscar variedades que resistan mejor la escasez de agua, con el fin de poder mantener la producción de un producto que se destina casi en su totalidad al sector cervecero.
En un sector en el que se busca a menudo la innovación en cuanto a las variedades que se plantan, tanto para adaptarse al mercado como para tratar de evitar los efectos de las plagas, uno de los focos está puesto ahora en buscar variedades resistentes a la sequía para tratar de conseguir que la producción no se reduzca notablemente.
Así lo explica Alfredo Docal, director técnico de producción de Hopsteiner, en un encuentro con los medios de comunicación, entre los que estaba THE OBJECTIVE, en los campos de lúpulo de la empresa en Villanueva del Carrizo, en León. «Actualmente estamos introduciendo otras variedades experimentales», cuenta el experto en el encuentro organizado por la Asociación de Cerveceros de España, aunque advierte de que aquellas resistentes a la escasez de agua todavía tardarán en desarrollarse.
Y es que, explica, la creación de una nueva variedad es algo que lleva bastante tiempo. «Es un proceso de mejora natural, no se puede hacer edición genética, y eso requiere unos años», señala Docal.
Es por este motivo por el que muchas veces es complicado trabajar en variedades que satisfagan los gustos del mercado, como el grado de amargor o aroma, puesto que a menudo las tendencias han cambiado cuando se logra utilizar la nueva variedad creada. «Tú puedes haber desarrollado una investigación por ese lado, pero el mercado de repente quiere ir por otro, ya no le gusta».
Distinto es el caso de la sequía, explica Docal, puesto que el cambio climático no es algo que vaya a solucionarse antes de que se desarrollen estas nuevas plantas. «La situación no va a ir a mejor», lamenta.
Es por eso que, a pesar de que su creación sea un proceso largo, desde Hopsteiner, empresa especializada el cultivo y la comercialización de productos de lúpulo con una gran cuota de mercado en España, se investiga para buscar nuevas variedades que puedan sobrevivir con menos agua y permitan así mantener el ritmo de producción que demanda el sector cervecero.
Variedades resistentes a hongos
Además de variedades que sean más viables de producir en épocas de sequía, la innovación se centra también en la búsqueda de plantas que sean más resistentes a las plagas que afectan a este cultivo y que reducen notablemente la producción.
Este mismo año se espera que esta se reduzca en un 15% por el hongo oídio, según explica el vicepresidente de la Asociación Lúpulos de España, Juan José Miguélez, que lamenta que este año está siendo «complicado», en gran parte por la falta de fitosanitarios aprobados que sean eficaces contra este tipo de plagas.
La normativa apunta hacia una reducción progresiva del uso de fitosanitarios, algo que los agricultores llevan denunciando tiempo, puesto que aseguran que reducirá la producción ante la falta de alternativas eficaces y seguras. Por eso, Miguélez aprovechó la ocasión para pedir de nuevo ayuda a «la empresa transformadora y a los cerveceros, que nos tienen que echar un cable, apostar por el lúpulo español y mejorar los precio».
A la administración pública, el vicepresidente de la Asociación Lúpulos de España le pide «líneas de ayudas para hacer un cambio varietal y seguir avanzando», es decir, un apoyo a la investigación para lograr variedades resistentes a este tipo de hongos y otras plagas.
La industria se abastece de lúpulo español
Evitar que se reduzca la producción de lúpulo en los próximos años, tanto por las plagas como por la sequía, supondría también asegurar que la importación de productos para la industria cervecera de España sigue siendo la mínima posible.
Y es que, según explica José Antonio Magadán, director general de Hopsteiner España, la totalidad del lúpulo español, que se cultiva en su gran mayoría en Castilla y León, además de algunas plantaciones en zonas como Galicia y La Rioja, se dirige a abastecer al sector cervecero nacional.
Así, apunta Magadán, solo se importa lo que no se puede conseguir aquí, aromas o variedades que no es posible producir en España, o cuando la cantidad necesaria no está disponible. Por eso, lograr una producción constante o incluso mayor de la actual supondría que la cerveza española siguiera contando con la mayor cantidad posible de lúpulo español.
En este sentido, el director general del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, Rafael Sáez, garantizó el apoyo de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural a los agricultores que se dedican al lúpulo, que considera que «sigue teniendo que ser un cultivo propio, nuestro, y mejorar sus condiciones para poder incrementar la superficie de cultivo, tanto para cerveza como para otras orientaciones en las que estamos trabajando».
Por eso, anunció la creación de un laboratorio de innovación sobre el cultivo del lúpulo, pues asegura que la Junta de Castilla y León quiere seguir potenciando la innovación en este sector.