Un tercio de los graduados trabaja en un puesto que no precisa una titulación superior
España presenta la mayor tasa de sobrecualificación de toda la UE, afectando casi a un 36% de los trabajadores
España no es sólo el país de la Unión Europea (UE) con mayor tasa de paro, de paro juvenil y de precariedad. Es, además, el país de los Veintisiete que presenta una mayor tasa de sobrecualificación, lo que supone que un 36% de la población activa que tiene un grado universitario trabaja en un puesto para el que no es necesaria una titulación superior.
Son las conclusiones del último informe ‘Observatorio trimestral del mercado de trabajo’, elaborado conjuntamente por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) y BBVA Research. El documento coloca a España como el país de la UE donde más se da el fenómeno de la sobrecualificación, un 35,9%, casi cuatro puntos por encima de Grecia (32,4%) y más de 13 puntos por encima de la media de la Unión (22,2%).
Para más inri, este indicador apenas ha experimentado cambios en las últimas tres décadas, por lo que puede afirmarse que el problema se ha hecho crónico y que ya es una característica consolidada del mercado laboral español. Es más, la actual tasa de sobrecualificación sólo es mejor ahora que en el periodo 2014-2018, marcado por las consecuencias de la crisis económica. En 1995, la tasa era casi tres puntos inferior a la presente.
Según los responsables del informe, el desajuste ocupacional de los titulados universitarios se asocia con un desplazamiento de trabajadores con educación secundaria hacia ocupaciones menos cualificadas. Es decir, aquellos que tienen la ESO, el Bachillerato o tal vez un grado medio de Formación Profesional ocupan con demasiada frecuencia puestos para los que ese nivel de educación no es necesario. Esto provoca que una parte de los que tienen un grado superior o un título universitario pasen a ocupar puestos que asimismo están por debajo de su cualificación.
El documento de FEDEA y BBVA Research detalla algunas de estas ‘desviaciones’ en el mercado laboral. Por ejemplo, el 7,2% de los graduados en la universidad son trabajadores de los servicios de restauración, personales, de protección y vendedores, todos ellos puestos en los que generalmente no es necesaria una educación superior. De igual forma, el 11,7% de los salidos de la universidad cumple funciones contables, administrativas y de oficinista, para las que en algunos casos tampoco se precisa una formación tan elevada.
Uno de los problemas de la sobrecualificación tiene que ver con la incapacidad de retener talento por parte de las empresas. Cuando un graduado universitario acepta un puesto de trabajo para el que no se necesita un título de esas características, normalmente eso se ve reflejado en un menor sueldo. Ese trabajador, por tanto, busca en muchos casos crecer profesional y salarialmente cuando se presente la oportunidad. Así, la empresa que ha contratado a ese trabajador sabe que puede perderlo en cualquier momento.
Los universitarios recién titulados cobran cada vez menos
Paralelamente, los recién titulados en grado, incluso hasta dos años después de terminar la carrera, cobran cada vez menos. Así lo atestiguan los datos de la Estadística de afiliación a la Seguridad Social de los egresados universitarios, publicada por el Ministerio de Universidades y recogida en el informe ‘Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español’, elaborado por la Fundación Ramón Areces y la Fundación Europea Sociedad y Educación.
Según estas cifras, los recién graduados en el curso 2009-2010 cobraban en torno a los 22.981 euros anuales. Ese valor ha ido decreciendo progresivamente hasta los 19.966 euros de los egresados el curso 2015-2016. Algo parecido ocurre cuando han transcurrido dos años desde la salida de la universidad: los que se encontraban en esa situación en 2010 percibían 23.124 euros al año, por los 22.082 de 2016.