Los economistas prevén que España no crecerá al menos hasta la mitad de 2024
Los expertos coinciden en el exceso de fiscalidad hacia la empresa y del lastre para el crecimiento del PIB
Mesa Redonda de las Perspectivas Empresariales en el XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, celebrado del 22 al 24 de octubre en Bilbao. | THE OBJECTIVE
La economía española podría estancarse en este último trimestre del año. Así lo mantiene la mayoría de economistas e instituciones de análisis en un entorno de enorme incertidumbre tanto política como económica. Tanto que los expertos vislumbran un parón del crecimiento económico y a la postre un frenazo en el empleo, incluso más allá de la mitad 2024.
Esta semana pasada, con motivo del XXVI Congreso de Empresas Familiares, Manuel Pérez-Salas, presidente del Círculo de Empresarios, hacía este presagio compartido por otros analistas en el transcurso de la Mesa Redonda, moderada por Ángel Rivera, consejero delegado de Santander España, en la que se debatieron las perspectivas empresariales de España. Allí, Pérez-Sala, ingeniero de Caminos y también miembro del Consejo Asesor y del Comité de Dirección de Zelenza S.L. (ingeniería, instalación, mantenimiento y gestión de redes de comunicaciones), afirmó que el crecimiento del año 2024 será prácticamente inexistente, y de hecho, ya se contempla que sea nulo prácticamente en el último trimestre de 2023, y eso mismo se extienda a dos siguientes trimestres del próximo año. De modo que España no empezará crecer hasta bien entrado el tercer trimestre de este año.
Con esos datos, el presidente del Círculo de Empresarios no se plantea mayor crecimiento para 2024 que un 1,5% del PIB; es decir, dos décimas menos que las previsiones de Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que en la última revisión presentada este pasado jueves, se queda, en efecto, en un 1,7%; eso, con riesgos a la baja y una serie de recomendaciones. Pérez-Salas sostiene al respecto que «el crecimiento de 2023 está prácticamente hecho» y se debe en buena parte a las exportaciones y al turismo. Y aun reconociendo que hasta ahora 2023 ha sido «un buen año», «no podía ser de otra manera, porque íbamos los últimos», apostilló. Finalmente, y desde un punto de vista fiscal, Manuel Pérez Salas manifestó que en España «la fiscalidad es depredadora y no sabe gestionar la eficacia de lo que recauda».
Entretanto, la Contabilidad Nacional Trimestral -recogida por THE OBJECTIVE– registró este viernes un crecimiento del Producto Interior Bruto en el tercer trimestre del año, del 0,3% del PIB, justo un punto menos que el IIT, y tres menos que en el primero, dando así también signos de desaceleración en la economía.
El uso de los sueldos para reducir deuda
Iñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de CEOE y presidente del Instituto de Estudios Económicos, también anticipó que «2024 será peor año que 2023», y mientras la economía de Estados Unidos se porta mejor, Europa no solo no va igual de bien, es que hasta incluso hay economías como las de Alemania e Italia que están en recesión.
En ese sentido, Fernández de Mesa señala el error que está cometiendo Europa al no acordar del todo las reglas fiscales, destacando «la dependencia que España tiene de la demanda externa, las exportaciones», y dando por hecho que «no podemos esperar gran cosa de la demanda interna, porque las familias van a utilizar sus sueldos para reducir deuda, de manera que, una vez más, la empresa exportadora va a ser la clave».
Por otra parte, Iñigo Fernández de Mesa relacionó el talento con la fiscalidad, en concreto sobre tipos marginales altos, afirmando que «la fiscalidad española es dañina para la atracción del talento, máxime cuando tenemos los impuestos de renta y de patrimonio más altos de Europa».
En este punto, el también presidente del IEE recomienda que el Estado haga sus deberes, pues las empresas ya lo han hecho. Y por tanto que haga un ajuste, pero no por la vía de los impuestos, sino de los gastos, porque, perjudicar la fiscalidad, perjudica el talento. Finalmente subrayó la importancia del tamaño de las empresas, «uno de los principales problemas de España», así como el de la sobrerregulación, lo que según los estudios del IEE llega a restar hasta un 2% de PIB a nuestra economía, lo que se distingue en la pérdida de productividad y de número de horas trabajadas. Algo inconcebible -recordó-, «cuando somos el único país de la UE que con el covid ha subido los impuestos».
Sobrerregulación, tamaño y tecnología
Jaume Guardiola, presidente del Cercle de Economía, añadió por su parte la necesidad que tiene España de acometer reformas «donde el componente ideológico no tenga importancia». Asimismo defendió ante los más de 600 empresarios venidos de toda España que «sin crecimiento no hay riqueza», advirtiendo de los peligros de la sobreregulación de la normativa española y, apuntando que «si hay que regular, esto se ha de hacer de manera acompasada con el crecimiento».
Andrés Arizkorreta García, presidente del Círculo de Empresarios Vascos, abordó las perspectivas de la empresas española desde un prisma educativo, concediendo a este factor una importancia extraordinaria. Licenciado en Economía por la Universidad Comercial de Deusto, Arizkorreta insiste en que «nuestro país tiene que hacer un plan global para atraer al empleo a la gente del futuro, porque, cómo vamos a traer gente si no la hay». Entre otras razones, porque en su opinión, la fiscalidad es un elemento de rechazo para ese gente, no sin redundar, como Iñigo Fernández de Mesa, que otro de los problemas de nuestras empresas es el tamaño de éstas, partiendo de la base que una pyme española no es como una pyme alemana.
Y además del tamaño -sostuvo el también presidente de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles S.A (CAF)-, España tiene el problema de la tecnología y el impulso a la internacionalización, que por cierto no ha ido aparejado al tamaño. De ahí la importancia del apoyo a la tecnología, «lo que aquí no se ha tomado en serio», apuntó.
