Las horas trabajadas se desploman pese al alza del empleo y con las 37,5 semanales de fondo
El tiempo efectivo de trabajo de los funcionarios cae a 23,3 horas, 5,6 menos que en el sector privado
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. | Europa Press
Las horas trabajadas por los asalariados continúan desplomándose, una tendencia que tomó fuerza durante la pandemia y que no se ha conseguido modificar. Con el debate de la jornada laboral de 37,5 horas semanales de fondo y con más empleo, aunque de peor calidad, la caída de la productividad y del tiempo efectivo de trabajo es cada vez más patente.
Los datos cruzados de diferentes estadísticas que publica de forma periódica el Instituto Nacional de Estadística (INE) analizados por THE OBJECTIVE muestran que en el tercer trimestre de 2023 las horas efectivas trabajadas por los asalariados suponen 27,85 semanales. Estas son casi cuatro menos que las que se registraron en los tres últimos meses de 2019.
Las diferencias cada vez son más notables entre los asalariados del sector privado y el público. Las horas semanales reales de los funcionarios son apenas 23,3 frente a las casi 29 del sector privado. Las jornadas de trabajo en las administraciones son menores que en las empresas y seguirán reduciéndose. Los representantes sindicales reclamarán de cara durante la legislatura las 35 horas semanales. Es una de sus metas, como lo es mantener el teletrabajo, negociar un nuevo acuerdo salarial y eliminar la tasa de reposición. Uno de cada cuatro funcionarios de la Administración del Estado trabaja en su domicilio. Esto supone 55.000 trabajadores, 10.000 más que a mediados del año pasado.
El número total de horas efectivas trabajadas por asalariados en las empresas privadas -14,58 millones- sumaron 422,2 millones en el tercer trimestre de 2023. Esto supone casi 10 millones menos que en los últimos tres meses de 2019, el año anterior a la pandemia.
La irrupción de los fijos discontinuos en el mercado laboral y los contratos parciales son responsables en parte de la caída de las horas trabajadas. Seis de cada diez contratos indefinidos no lo son a tiempo completo. Según los datos del Servicio Público de Empleo (SEPE), el 38,9% de los contratos indefinidos del pasado mes de julio lo fueron a tiempo completo. Mientras, el 22% fue a tiempo parcial y el 39%, fijos discontinuos.
Tras esta situación, está sin duda la irrupción del empleo parcial -sucede en la mayoría de los países europeos-, la incorporación de las mujeres al mercado laboral -con jornadas más cortas- y de la tecnología en muchos trabajos. Sin embargo, el efecto negativo es que hay más gente trabajando pero durante menos tiempo, con efecto en los sueldos, las cotizaciones y, consecuentemente, en las pensiones.
Mientras, los empleados públicos -3,54 millones- trabajaron, de media, 82,4 millones de horas efectivas. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), a finales de 2019 había 3,25 millones de empleados públicos. En ese periodo de tiempo hicieron más de 101 horas efectivas a la semana.
Los asalariados en el sector público suponen el 19% del total, pero solo son responsables del 16,3% del total de horas trabajadas efectivas. Esto evidencia que el aumento de número de empleados públicos -hay 281.400 más que a finales de 2019- no supone un aumento del tiempo de trabajo, sino todo lo contrario. Tampoco se puede achacar en este caso al empleo a tiempo parcial, casi inexistente en el sector público.
Autónomos vs asalariados
Con datos cerrados de 2022, la estadística del INE muestra que los hombres trabajan de media cinco horas efectivas más que las mujeres. La precariedad de los empleos de las mujeres y sus jornadas a tiempo parcial determinan esta situación. Mientras, los autónomos -hombres- trabajan de media más siete horas efectivas más que los asalariado, 44,3 frente a 37,4. Son los empleadores quienes más tiempo dedican a su trabajo, 46,1. En el extremo opuesto son los trabajadores en el negocio familiar con jornadas efectivas de 32,6 horas.
