Sánchez da un acelerón millonario al AVE vasco tras el pacto con el PNV y años de promesas
El Gobierno da luz verde a la construcción del acceso de la alta velocidad a Bilbao en la víspera de la investidura
El Ejecutivo socialista en funciones ha decidido plasmar sus acuerdos y el entendimiento con los partidos independentistas que respaldarán a Pedro Sánchez en su investidura con inversiones millonarias en infraestructuras en Cataluña y País Vasco. El instrumento utilizado está siendo el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). La entidad pública ha formalizado un contrato millonario en Barcelona. Ahora acelerará la llegada de la alta velocidad a Bilbao, una reivindicación histórica del PNV.
El pasado 27 de octubre, solo una semana antes de que el PSOE suscribiese el acuerdo con ERC, el Ejecutivo dio luz verde definitiva al mayor contrato de obras de Adif en Cataluña -y en España-. El pliego, valorado en 621 millones, contempla el soterramiento de la Línea R2 de Cercanías de Barcelona a su paso por Montcada i Reixac. El proyecto surgió hace tres décadas. Este martes, el Consejo de Ministros autorizaba la construcción de la plataforma de acceso de la alta velocidad a la estación de Bilbao-Abando.
El AVE vasco, una demanda histórica
Llevar el tren de alta velocidad al País Vasco ha sido una petición permanente del PNV. La demanda surgió casi en paralelo a la llegada del AVE a Sevilla con motivo de la Expo 92. Sin embargo, el proyecto de la Y vasca, que conectará las tres capitales vascas por alta velocidad, no empezó a visualizarse hasta 15 años después. Este martes, en la víspera de la primera sesión de investidura de Sánchez, el Ejecutivo ha decidido dar un acelerón a la vieja reivindicación nacionalista. La decisión de Sánchez puede ser además un aval para el PNV de cara a los comicios autonómicos el próximo año.
El AVE vasco ha sido una moneda de cambio habitual de los nacionalistas vascos. En 2017, el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy, conseguía el respaldo del PNV a sus presupuestos a cambio de impulsar la alta velocidad vasca. La formación nacionalista no había respaldado la investidura de Rajoy, Sin embargo, éste sí consiguió su respaldo a las cuentas. Sus cesiones pasaban por retirar varios recursos judiciales e impulsar, definitivamente, el Tren de Alta Velocidad (TAV). El compromiso le costó 100 millones de euros, que se descontaron de la aportación por el Cupo vasco de ese año.
Este martes, seis años y medio después, el Consejo de Ministros autorizó al Ministerio de Transportes y al de Política Territorial a firmar el convenio entre Adif y el Gobierno vasco. En este acuerdo se encomendará al Ejecutivo autonómico la redacción de proyectos. También se hará cargo de la construcción de la plataforma de acceso de la alta velocidad a la estación de Bilbao-Abando.
Un proyecto millonario
La redacción del proyecto y las obras representan una inversión de 226,5 millones de euros. Mientras, Adif redactará el proyecto y ejecutará las obras de vía, electrificación, instalaciones de seguridad y comunicaciones e instalaciones de seguridad no ferroviaria. Esta actuación cuenta con un presupuesto estimado de otros 53,6 millones de euros (IVA incluido), lo que eleva el coste acumulado de la obra hasta los 280 millones.
El convenio establece los términos económicos del acuerdo, por el que Adif incluirá a cargo de sus presupuestos –integrados en los Presupuestos Generales del Estado (PGE)– el importe de las actuaciones incluidas en esta encomienda. Por su parte, la administración autonómica, bien directamente o a través de la entidad Red Ferroviaria Vasca-Euskal Trenbide Sarea (ETS), se encargará de la construcción de la plataforma del nuevo acceso de alta velocidad a la estación de Bilbao-Abando.
La Y ferroviaria vasca contempla 180 kilómetros de longitud -sin contar con los accesos a las capitales-, 80 túneles, 71 viaductos y seis estaciones. Los trenes solo pararán en las tres capitales. La finalización no tiene fecha segura, pero la más ambiciosa se sitúa en 2027, aunque es previsible que los accesos a Bilbao y San Sebastián no estén terminidos.
Los trenes que circulen por el País Vasco no lo harán exactamente a alta velocidad. Alcanzará una velocidad máxima de 220-240 km/h y de 120 km/h para las mercancías. Uno de los motivos, la escasa distancia: si alcanzasen los 300 kilómetros por hora como el AVE no les daría tiempo a frenar.
Oposición radical de Bildu
El deseo del PNV de que los trenes vascos circulen a alta velocidad en el País Vasco contrasta con la oposición de Bildu. Esta formación también es un respaldo imprescindible para Sánchez. El pasado abril Bildu defendía en el Parlamento vasco que, en lugar de construir nuevas plataformas para el Tren de Alta Velocidad, se modernizasen las vías ya existentes.
«Desde EH Bildu siempre hemos defendido la necesidad de modernizar las vías del tren ya existente haciendo las mejoras precisas, en lugar de construir nuevas plataformas para el TAV. Por eso mismo defendemos que la conexión con Pamplona tiene que ser sí o sí por Vitoria, por la vía que ya existe, modernizándola», aseguró el parlamentario abertzale Unai Fernández de Betoño.
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