Cani Fernández tiende la mano a las eléctricas ante la escisión de la CNMC
La jefa del regulador corrige a su directora de Energía y accede a que el pleno del consejo se reúna con la patronal
La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández. | Europa Press
La presidenta de la CNMC, Cani Fernández, quiere despedirse de las eléctricas con un gesto de cortesía institucional que le sirva para congraciarse con las grandes empresas del sector antes de que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez materialice la anunciada escisión del actual organismo regulador para restaurar la antigua Comisión Nacional de la Energía (CNE). La investidura del jefe del Ejecutivo ha vuelto a poner de relieve el acuerdo con Sumar que partirá en dos la CNMC y obligará a la máxima responsable del organismo a ceder sus competencias de supervisión sobre las grandes compañías eléctricas, gasistas y petroleras.
Para Cani Fernández la decisión supone un revés que rebajará sus poderes durante los casi tres años que le restan como presidenta de la CNMC. La legislación comunitaria impide la revocación en el cargo de todos los comisionados de los organismos de regulación económica durante los seis años de su mandato, por lo que es de entender que la supervisora mayor del Reino seguirá en su puesto pero sus funciones de control y vigilancia se limitarán a cuestiones de Competencia y al resto de sectores regulados con excepción del sector energético.
Antes de perder sus relaciones de influencia con uno de los colectivos empresariales más prominentes en el país Cani Fernández ha otorgado la venia a la patronal del sector, Aelec, para que defienda ante el pleno del consejo de la CNMC sus puntos de vista acerca de la retribución que las grandes compañías eléctricas perciben por sus redes de distribución. El asunto en cuestión es uno de los principales casus belli que el grupo liderado por Iberdrola y Endesa mantiene desde hace tiempo con el organismo regulador.
AELEC viene reclamando un marco de precios que garantice sus inversiones a futuro de acuerdo con una planificación generosa al estilo de la que se ha dispuestos para otros segmentos del mercado como puede ser el autoconsumo o el hidrógeno verde. La retribución fijada en la actualidad por la CNMC en una circular que data de 2019 establece una tasa financiera del 5,8% para el periodo comprendido entre 2020 y 2025. Este retorno financiero de las actividades reguladas supone un recorte superior al 4% para las redes de distribución del sector con relación a lo venían percibiendo en el periodo anterior y es considerado insuficiente por la citada asociación empresarial para conseguir los objetivos fijados en el Plan Nacional de Energía y Clima (Pniec) elaborado por el Ministerio de Transición Ecológica.
Críticas contra la recreación de la CNE
La patronal se ha enfrentado a cara descubierta con la CNMC invocando la mediación de la vicepresidenta Teresa Ribera en una clara interferencia con las atribuciones que están asignada al supuesto regulador independiente. De ahí que desde el entorno de la propia Cani Fernández se interpretase la recreación de la nueva CNE como una concesión al sector eléctrico. La presidenta del supervisor trata ahora de sacudirse cualquier responsabilidad sobre la polémica que ha suscitado la iniciativa del Gobierno lanzando un guiño a los llamados reyes del kilovatio que tendrán ahora la ocasión de expresar sus quejas ante el propio sanedrín de comisionados de la CNMC.
El hecho de que el pleno del consejo despliegue su alfombra roja a los dirigentes de Aelec podría interpretarse como un contacto ordinario y lógico dentro de las relaciones entre el regulador y sus regulados. Sin embargo es harto significativo que el plácet haya llegado en un momento tan crítico, cuando todo hace indicar que la CNMC vive su última etapa como organismo de supervisión del mercado energético.
Se da la circunstancia añadida y no menos elocuente de que previamente a la mano tendida por Cani Fernández la presidenta de Aelec, Marina Serrano, había intentado de manera infructuosa reunirse con la directora de Energía del organismo regulador, Rocío Prieto. La responsable de los servicios técnicos no quiso sentirse influenciada ante la probada capacidad de persuasión del sector eléctrico. Rocío Prieto prefirió evitar la ocasión para evitar el peligro, pero su criterio se ha visto superado por la diplomacia que una vez más y de manera recurrente viene exhibiendo Cani Fernández al frente de la CNMC.
