La crisis de Grifols mete a Calviño en su primer lío en el BEI por una deuda de 148 millones
La exministra lleva apenas 15 días en el cargo y ya tiene un problema encima de la mesa por las dudas sobre la compañía
Tan solo 15 días lleva Nadia Calviño de presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la institución ya ha tenido que encender las alarmas. La crisis de Grifols, desatada por el informe de Gotham City que acusaba a la empresa farmacéutica de ocultar deuda e inflar sus beneficios, ha puesto en alerta a la institución que lidera desde el 1 de enero la exvicepresidenta del Gobierno, metiéndole en su primer lío en su nuevo puesto.
La razón de tal nerviosismo y preocupación, según señalan fuentes financieras a THE OBJECTIVE, es que el BEI es uno de los acreedores de la compañía catalana, cuya capacidad de pago futuro está ahora en tela de juicio por las acusaciones de la casa de análisis sobre su contabilidad y las relaciones comerciales con la patrimonial de la familia Grifols, que controlan la empresa. Como cualquier otro prestamista, el organismo comunitario teme ahora por la recuperación del importe concedido en el pasado a la multinacional y está analizando la situación a la espera de más acontecimientos.
El saldo que tenía pendiente de devolver Grifols al BEI ascendía a mediados del año pasado a 148,75 millones de euros, según los últimos datos disponibles. El ente que preside Calviño otorgó tres líneas de financiación (una en 2015, otra en 2017 y otra en 2018) por un importe total de 270 millones para apoyar las inversiones destinadas a I+D+i y centradas en la búsqueda de nuevas indicaciones terapéuticas para las proteínas del plasma.
Por tanto, en los últimos años Grifols ha atendido a sus obligaciones de pago, pero la incertidumbre sobre el estado real de sus balances ha desatado los peores presagios con vistas al futuro. El desenlace posible más dramático es que, de confirmarse el engaño, algo que la farmacéutica ha desmentido y por lo que llevará a Gotham a los tribunales por los daños originados, podría tener que asumir responsabilidades y tener que afrontar una reestructuración con quitas en la deuda pendiente si no puede hacerla frente como sucede en este tipos de procesos de salvamento.
Por el momento, la casa de análisis estadounidense aseguraba el martes pasado que sus acciones valen cero, por lo que anticipaba una quiebra. Si bien, se descarta la desaparición de la compañía catalana al considerarse estratégica en nuestro país y en buena parte del extranjero donde opera. En España cuenta con la práctica exclusividad del tratamiento de la sangre para realizar medicamentos que combatan enfermedades derivadas.
Una de las ideas que maneja el mercado es que el Estado, en el peor de los escenarios, tenga que conceder a Grifols avales públicos con el fin de que pueda reestructurar una deuda total que supera los 10.000 millones sin tener en cuenta la presunta ocultación de un importe que, a juicio de Gotham, se eleva a 1.000 millones.
Los préstamos del BEI tienen condiciones ventajosas e incluyen un tipo de interés fijo y un plazo de vencimiento de diez años con una carencia de 24 meses en el reembolso. Por ello, la línea más antigua y de mayor volumen —100 millones de nominal— debe cancelarse por completo en 2025.
Los inversores, al igual que el BEI y el resto de acreedores con Bank of América, Santander, BBVA y Caixabank entre otros, tienen serias dudas. Y, aunque consideran que el problema del elevado endeudamiento en Grifols viene de lejos, no terminan de creerse del todo los desmentidos de la firma y dan cierta credibilidad a las acusaciones de Gotham sobre un falseamiento en las cuentas.
La semana pasada sus acciones se desplomaron un 37% (3.300 millones de euros) y este lunes su cotización se estabilizó tras una sesión de vaivenes. Los títulos terminaron con una ligera subida del 0,25%, por lo que no rebotaron con fuerza debido a la falta de explicaciones más concretas por parte de los directivos de la farmacéutica.
Se espera que esta semana aporte a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) nuevas informaciones y respuestas que puedan disipar dudas. Hasta entonces, el sucesor de Calviño en el ministerio de Economía, Carlos Cuerpo, ha pedido la máxima prudencia antes de anticipar nada y conocer exactamente cómo viene actuando Grifols y sus consejeros y directivos desde 2018 hasta la fecha. Todo como el beneplácito del auditor de sus cuentas, KPMG.