El BCE fracasa por ahora en su propósito de frenar el hundimiento del euríbor
El 90% de los expertos ve probable que baje los tipos oficiales en abril, pese a sus esfuerzos por alejar el primer recorte
El BCE está fracasando en su propósito de cortar de raíz el hundimiento del euríbor con los mensajes claros de sus máximos responsables de que no bajará los tipos de interés oficiales hasta al menos el verano. Los inversores, según señalan fuentes financieras a THE OBJECTIVE, no solo no creen estas palabras, sino que cada vez son más los que consideran que el movimiento se producirá mucho antes.
Las mismas fuentes aseguran que los datos de la inflación apuntan a que está más controlada de lo previsto, mientras que la fragilidad que presentan alguna de las grandes economías, entre ellas Alemania, deja margen más que suficiente para que el recorte del precio del dinero llegue en abril o, incluso, en marzo.
Además, frente a la unanimidad que parecía albergar el seno de gobernadores y miembros del consejo, empiezan a surgir algunas discrepancias, en virtud de las declaraciones públicas. Así, mientras algunos representantes, como el vicepresidente, Luis de Guindos, se mantienen firmes en su idea de que es pronto para establecer un calendario y que una vez se conozcan datos clave en mayo sobre las presiones inflacionistas podría empezar a debatirse las fechas de una diminución, otros como el portugués Mario Centeno se han manifestado a favor de que los tipos empiecen a bajar «cuanto antes».
La coyuntura y esta división interna en el BCE están ahondando la idea de que el descenso empezará como muy tarde en tres meses. De hecho, esta tesis es compartida por cava vez más analistas. Un informe de Caixabank Research pone cifras concretas sobre la adhesión que tiene esta estimación tan optimista y de la que al menos la cúpula del organismo monetario liderada por Christine Lagarde no quiere ni oír hablar.
El servicio de estudios apunta a que en torno a un 90% de los expertos asignan una probabilidad alta a que la primera bajada tendrá lugar en abril. Un porcentaje que antes de la última reunión del pasado jueves del BCE se encontraba en un 63%. Por tanto, en la actualidad existe una casi plena convicción de que, pese a sus palabras tan rotundas del último mes, habrá entonces una primera merma de 25 puntos básicos.
Esta apuesta reforzada ha tenido reflejo en el euríbor, que es un termómetro anticipador de la política monetaria y que ha vuelto a la tendencia bajista tras varias sesiones de subidas provocadas sobre todo por la contundencia de Lagarde en dejar claro que no habría una relajación hasta la época estival. En tasa diaria, el indicador que sirve para establecer el coste de los préstamos, entre ellos, las hipotecas, ha caído hasta el 3,8%, frente al 3,7% al que cotizó la semana pasada.
Desde principios de diciembre, el euríbor está marcando un retroceso sustancial, lo que va a permitir que los créditos que empiecen ahora a revisarse con ajustes semestrales abaraten sus cuotas mensuales. Hay que tener en cuenta que el indicador despidió noviembre claramente por encima del 4,1%.
Los inversores auguran que la tendencia continuará a lo largo de todo el ejercicio y que cerrará 2024 muy por debajo del 3%. Algunas casas de análisis le ven incluso cerca del 2%. En la actualidad, se espera que el BCE disminuya en torno a 150 puntos básicos las tasas oficiales, por lo que el precio del dinero se situará en el 3%. Con vistas a 2025, el organismo monetario llevará a cabo nuevas bajadas, de acuerdo con las estimaciones.
Para los ciudadanos españoles, esta relajación monetaria supondrá un alivio para los bolsillos. En cambio, supondrá una presión para los bancos, que verán una merma en sus ingresos por el abaratamiento de las cuotas. El 40% de la cartera de las entidades son hipotecas y en torno a un 70% de las mismas dependen del euríbor.
Tras la reunión del jueves, Lagarde aseguró que el BCE valoró positivamente los últimos datos sobre la inflación, pero dijo que todavía se necesita avanzar más en su control definitivo antes de actuar en el sentido que los mercados presionan. Por ello, se mostró partidaria de esperar a conocer cifras claras al respecto y rehuyó aportar fechas sobre cuándo el organismo comunitario adoptará la primera bajada de las tasas. Unas tasas que subieron de manera abrupta desde mediados de 2022, cuando estaban en el 0%.