Los bancos españoles solo remuneran un 12% del total de los depósitos de las familias
El grueso del ahorro de los particulares -875.294 millones- aún no percibe intereses pese a la subida de los tipos
Los bancos españoles solo remuneran un 12% de los depósitos que tienen las familias. Pese a que la cantidad ha ido creciendo como consecuencia del aumento de los intereses y una mayor competencia tras las quejas del Gobierno y el BCE, el grueso del ahorro tradicional sigue sin rentabilidades.
En concreto, acuerdo con los datos del Banco de España recabados por THE OBJECTIVE, los bancos están pagando a los particulares por 127.834 millones de euros, que es el volumen que corresponde a los depósitos a plazo. El sector no abona prácticamente nada por las cuentas a la vista, que es donde está la inmensa mayoría del dinero que tienen los ciudadanos.
Las principales entidades de nuestro país han tardado en trasladar la subida del precio oficial del dinero y el euríbor a las imposiciones de los hogares, lo que les ha conllevado numerosos tirones de orejas por parte de las autoridades, que no estaban viendo con buenos ojo que solo transfirieran la política monetaria restrictiva a los préstamos, con su consecuente encarecimiento.
Esta tardanza es la que ha llevado a que las familias hayan movido este pequeño porcentaje de sus ahorros de un producto a otro, aunque en los últimos meses la operativa se ha incrementado. En el conjunto de 2023 el volumen de depósitos con intereses se ha casi duplicado. A finales de 2022 la cantidad apenas era de 65.000 millones.
Por las imposiciones a plazo los bancos está abonando de media a los particulares un 1,90% de media, una tasa que contrasta radicalmente con la de doce meses antes, cuando el porcentaje se limitaba al 0,18%. Estos intereses no incorporan las comisiones que suelen tener los depósitos a plazo, por lo que la rentabilidad que se logra por su contratación es inferior. Este salto se debe a que en las nuevas operaciones los bancos han ido elevando las tasas y por las imposiciones a plazo abonaba el pasado diciembre un 2,57%, de acuerdo con los datos del supervisor.
En la mayoría de los casos los bancos no ofrecen estos productos por catálogo y únicamente están dispuestos a pagar por el dinero para retener a los clientes ante la amenaza de llevarlo a la competencia. Además, las entidades desembolsan distintos intereses en función de la vinculación que tengan los usuarios, exigiendo por tanto la tenencia de otros servicios para lograr los mejores tipos.
En este escenario, los hogares disponen todavía de casi 875.400 millones en cuentas corrientes, que de manera general no tienen un rendimiento. Los bancos solo pagan, sin contar comisiones, un 0,15% por este volumen de recursos.
El giro dado por el euríbor en los últimos dos meses ante las expectativas de que el BCE reduzca pronto el precio oficial del dinero permite aventurar, según explican fuentes financieras, que el trasvase de las imposiciones a la vista a las de plazo rebajará su ritmo, ya que los intereses que se pagan por éstos últimos ha tocado techo y empezará a bajar.
El indicador ha bajado del 4,1% al 3,6% pese a los intentos fallidos del organismo por contener su hundimiento, alejando un recorte de las tasas oficiales ante la incertidumbre sobre la evolución de la inflación. Los principales responsables de la institución monetaria sitúan el primer movimiento a la baja para junio o julio. El mercado apuesta, por contra, que llegará en abril. Los tipos oficiales se encuentran a día de hoy en el 4,5%.
Hasta 2014 el dinero que tenían los particulares en depósitos con vencimiento era superior al embolsado en libretas de libre disposición sin penalización. Desde entonces la situación ha sido distinta como consecuencia de la época alargada de tipos negativos hasta mediados de 2022, cuando el BCE se vio obligado a reaccionar a la escalada de la inflación tras la invasión de Ucrania con una abrupta subida de las tasas oficiales. En 2022 el saldo de las imposiciones a plazo de los hogares registraron mínimos históricos. Y apenas suponían el 6,4% de su dinero.
En 2023 la tendencia se ha revertido y por primera vez la hucha de los depósitos tradicionales se ha elevado en diez años. El saldo sobrepasa al que había en 2020, pero todavía está lejos de 2013, cuando totalizaba más de 424.000 millones.