¿Es Bitcoin el nuevo oro digital?
La criptomoneda reina gana terreno a medida que marca un nuevo precio máximo
Bitcoin y el oro son dos activos muy diferentes, pero comparten algunas similitudes clave que han llevado a muchos a considerar a Bitcoin como la una versión digital del metal precioso. A raíz de las recientes revalorizaciones de ambos activos, con especial repunte de la primera de las criptomonedas, que el pasado martes fulminó su precio máximo anterior y superó durante algunos minutos la barrera de los 69.000 dólares, parece que Bitcoin podría estar ganando terreno al oro cómo activo de preferencia para reserva de valor.
Si bien el oro ha sido históricamente el activo de reserva de valor por excelencia, algo que sucede desde hace miles de años en varias civilizaciones, Bitcoin presenta algunas ventajas clave. Una de las principales críticas al oro es su dificultad para transportarse y dividirse debido a su naturaleza física. Mover grandes cantidades de oro requiere esfuerzos logísticos y de seguridad considerables. Además, dividir un lingote de oro en porciones más pequeñas puede ser un proceso engorroso y poco práctico.
Bitcoin, por otro lado, es un activo completamente digital que puede enviarse a cualquier parte del mundo casi instantáneamente, sin necesidad de transporte físico. Los bitcoins también son infinitamente divisibles, lo que permite dividirlos en fracciones minúsculas de hasta 100 millones de unidades para facilitar transacciones de cualquier tamaño. Esta portabilidad y divisibilidad hacen que Bitcoin sea mucho más práctico que el oro tanto como inversión como para su potencial uso diario.
El carácter descentralizado de Bitcoin es un punto clave
Además, dado que Bitcoin opera en una red descentralizada de igual a igual, es mucho más resistente a la censura y el control gubernamental que el oro físico, o incluso que el oro mediante productos como fondos cotizados basados en él, emitidos por grandes instituciones financieras. Ninguna autoridad central puede confiscar o prohibir fácilmente los bitcoins, ya que están protegidos por criptografía de cifrado fuerte. Esta resistencia a la censura es especialmente valiosa en jurisdicciones con regímenes opresivos, y de ahí a que, más allá de su uso especulativo en países desarrollados, goce de una creciente adopción en países con una elevada inestabilidad.
A pesar de ser una tecnología relativamente nueva, Bitcoin ya está ganando terreno significativo al oro en cuanto a capitalización de mercado total. A marzo de 2024, la capitalización de mercado de Bitcoin ronda los 1.400.000 millones de dólares, mientras que el valor total estimado del oro en existencia es de aproximadamente 12,9 billones de dólares, o lo que es lo mismo, unas 10 veces mayor. Si bien el oro todavía tiene una capitalización sustancialmente mayor, la brecha se está reduciendo rápidamente a medida que más inversores, tanto particulares como institucionales, adoptan Bitcoin como reserva de valor digital.
El oro cuenta con mayor reconocimiento histórico
Sin embargo, el oro también tiene algunas ventajas sobre Bitcoin. El oro ha sido valioso durante milenios, mientras que Bitcoin es una tecnología nueva cuya longevidad y aceptación a lo largo de la historia aún no está probada. Algunas personas podrían considerar que el oro es intrínsecamente más inmutable que Bitcoin, ya que su valor ha perdurado a lo largo de la historia humana y por ello es más preferible que un activo digital con apenas 15 años de recorrido.
A diferencia de Bitcoin, el oro también tiene usos industriales que respaldan su demanda, como la joyería, la electrónica y algunas aplicaciones médicas y aeroespaciales. Estos casos de uso tangibles más allá de su condición como reserva de valor proporcionan una base adicional para la demanda de oro, y que de hecho le dan un valor intrínseco por sus propiedades naturales.
Además, el precio de Bitcoin ha sido históricamente mucho más volátil que el del oro, algo propio de un instrumento joven y con violentas fluctuaciones en su oferta y demanda en períodos de tiempo relativamente cortos. Esta volatilidad lo hace menos atractivo como reserva de valor estable para algunas instituciones e inversores más conservadores que buscan preservar su riqueza sin tanta exposición al riesgo. El oro, en comparación, tiende a ser un activo más estable en comparación.
Reserva de valor frente a monedas fiduciarias
Tanto el oro como Bitcoin tienen ventajas sobre las monedas fiduciarias respaldadas por gobiernos cuando se trata de conservar valor a largo plazo. Las monedas fiduciarias como el euro o el dólar estadounidense a menudo se devalúan a través de la impresión excesiva de dinero y la inflación, algo que se ha acelerado desde la crisis económica generada por la pandemia mundial. De hecho, y como dato tan curioso como insólito, tanto el oro como Bitcoin alcanzaron el pasado martes su precio máximo histórico tocando los 2.132 y 69.210 dólares respectivamente. En este sentido, la oferta máxima fija de Bitcoin de 21 millones de monedas, lo que implica que nunca puede ocurrir una inflación descontrolada como con las monedas fiduciarias.
En resumen, si bien el oro ha sido la principal reserva de valor durante siglos, Bitcoin está surgiendo como un activo digital escaso con características únicas que lo convierten en una opción atractiva para muchos inversores particulares e institucionales, y prueba de ello es la demanda creciente tanto del propio Bitcoin como de productos derivados como los fondos cotizados. A medida que la adopción de Bitcoin continúe creciendo, es posible que este «oro digital» siga ganando terreno como una reserva de valor alternativa en el siglo XXI.