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Economía

Por qué los líderes bonachones no triunfan (y por qué la IA puede cambiarlo todo)

Chamorro-Premuzic, exasesor de la ONU, vaticina una era donde la empatía pesará más que el conocimiento

Por qué los líderes bonachones no triunfan (y por qué la IA puede cambiarlo todo)

Canal CEO.

Entre el numeroso contenido que la consultora McKinsey pone a disposición del lector destaca, además de sus Insights, una suerte de mini newsletter llamada The CEO Shortlist donde se recogen diversas claves del liderazgo empresarial y de los fenómenos -mayoritariamente tecnológicos- que lo moldean. 

En un podcast lanzado el 1 de mayo donde intervienen dos especialistas en recursos humanos de la firma estadounidense, Bryan Hancock y Brooke Weedle; la directora editorial global de la misma organización, Lucia Rahilly, y el Chief Innovation Officer (CIO) del grupo Manpower, Tomas Chamorro-Premuzic, se debate un fenómeno fascinante: por qué tantos jefes pésimos alcanzan la cima. 

La presencia de Chamorro-Premuzic en el podcast no es casual. Profesor en las universidades de Columbia y Harvard y asesor de Naciones Unidas en diferentes etapas de su carrera, su conocimiento sobre people analytics, gestión del talento, estrategias de liderazgo e incluso inteligencia artificial le convierten en una eminencia.  

Sus estudios sobre el ascenso universal del jefe incompetente le conducen a una sorprendente conclusión. «Hay muchos profesionales altamente preparados que, irónicamente, nunca son contemplados por la directiva para ocupar verdaderos puestos de mando. Y esto sucede porque algunas de sus cualidades -empatía, integridad, humildad y autoconocimiento- son cruciales para ser un buen líder, pero no determinan que puedan ser líderes desde el principio».  

El dilema que plantea el experto es terrible: o el aspirante se adapta a las reglas del juego para llegar más lejos (y empeorar las cosas después), o permanece fiel a sus valores y se instala en la intrascendencia. Esta encrucijada se adapta como un guante a la política. 

Discriminación positiva

Todavía más interesante es la perspectiva de género. El cociente de inteligencia promedio es similar entre hombres y mujeres, pero ellas son hasta un 15% superiores en el menos conocido cociente de empatía. Chamorro-Prezumic aboga por eliminar, por innecesarias, las políticas de igualdad en el seno de las empresas. Si este criterio se sustituye simplemente por la meritocracia, «habría -simple y llanamente- más mujeres directivas que hombres».  

El impacto de la IA

Fascinado con el preciosismo del prompt que convierte instrucciones en documentos y vídeos, el público pasa por alto demasiado a menudo los efectos que la inteligencia artificial tendrá en las dinámicas de trabajo. Debido a la automatización de tareas, incluidas muchas que conllevan conocimientos técnicos de primer nivel, el profesor vaticina un entorno laboral donde «las habilidades interpersonales» influyan más aún en el rol del ejecutivo. 

«Incluso si nos mostramos escépticos ante el bombo de la IA generativa, es cierto que facilita el acceso al conocimiento. Por lo tanto, la selección de personas para puestos de liderazgo en función de su preparación será mucho menos relevante. Los líderes del futuro serán elegidos según su capacidad para inspirar, motivar y conectar con los demás a nivel emocional».

La trampa del narcisismo

Queda claro que las organizaciones se decantan por el líder explosivo y egomaníaco en detrimento del líder bonachón debido a su fascinación por las figuras narcisistas. «En la era moderna se da por hecho que un dirigente o cabecilla ha de ser entretenido y carismático -apunta Chamorro-Prezumic-. Ellos nos prometen el oro y el moro y nos aseguran que conocen todas las respuestas. Es una estrategia tan populista como seductora». Y existe, tal y como demuestra día sí y día también el noticiario, mucho más allá de las empresas.

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