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El hidrógeno verde también sufre en EEUU: «El plan de Biden no está funcionando»

Los empresarios señalan los problemas que está teniendo el impulso del gas verde en el país

El hidrógeno verde también sufre en EEUU: «El plan de Biden no está funcionando»

El presidente de EEUU, Joe Biden. | Europa Press

España no es el único país donde el hidrógeno verde cabalga bajo la incertidumbre. Así, diversas fuentes energéticas que cuentan con negocios de gas verde en Estados Unidos comentan a este periódico cómo este se está atascando tras el plan de incentivos que presentó el presidente Joe Biden, conocido como IRA (Inflation Reduction Act). «Algunas partes del plan sí están funcionando, mientras que otras más específicas, relacionadas con el hidrógeno y sus ayudas, están sufriendo problemas», apuntan desde el sector.

A mediados del pasado mes de abril, este periódico recogió el sentir de grandes actores involucrados en el mundo del hidrógeno verde en España. «Ha sido un bluf. No ha sido lo que se esperaba, o al menos lo que pintó el Gobierno en un principio. Se pensó que el hidrógeno iba a ser la panacea, pero no. El escenario es muy negativo. Todos los proyectos de hidrógeno verde que se habían anunciado tienen mala pinta y están parados. No se espera que este vector despegue ni siquiera en 2030, sino que será más allá de esa fecha, y ya veremos».

Hace unos meses, el periódico Financial Times publicó que el Departamento del Tesoro de EEUU había tomado una serie de medidas para restringir las exenciones fiscales al hidrógeno que se ofrecían en el plan de Biden. Una medida que decepcionó a los desarrolladores de proyectos que advirtieron que las nuevas reglas obstaculizarían la naciente industria. De esta forma, el Tesoro señaló que se debía limitar el crédito de tres dólares por kilogramo al hidrógeno que se produjese únicamente a partir de nuevos proyectos de energía limpia y que estuviesen conectados a la misma red regional que el productor de hidrógeno.

Por otro lado, también se publicó una guía que serviría de cumplimiento estricto para los desarrolladores, donde debían demostrar que su hidrógeno es verde al cien por cien. Así, a partir de 2028, las empresas tendrán que certificar que su producción funciona con energías renovables cada hora en lugar de cada año.

Además de los obstáculos del Tesoro, han aparecido algunos movimientos en algunos estados que rechazan los proyectos de hidrógeno con el objetivo de que no se instalen en sus territorios. «Nos oponemos por la intensa presión del agua que tendría un centro de hidrógeno en nuestra región semiárida», sentencian.

Pese a estas nuevas directrices procedentes del Tesoro, la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer M. Granholm, aseguró en su momento que «el anuncio iba a promover inversiones sin precedentes en una nueva industria liderada por Estados Unidos, ya que su objetivo era liderar e impulsar la transición global a la energía limpia». Además, señaló que el hidrógeno tiene el potencial de limpiar la industria manufacturera de Estados Unidos, impulsar el sector del transporte y reforzar la seguridad energética, al mismo tiempo que genera empleos bien remunerados y nuevas oportunidades económicas para las comunidades en todos los rincones de Estados Unidos». Una afirmación que contrastó con la opinión de expertos, asesores y de la propia asociación estadounidense de energía limpia.

Paralelamente al despegue del gas verde, existen hoy una serie de ‘hidrógenos’ de diferente color por los que algunos países están apostando fuerte. Así, hace unos meses se anunció que Equinor, controlada en un 67% por el Gobierno noruego, iba a suministrar a la compañía energética estatal alemana Sefe (Securing Energy for Europe, por sus siglas en inglés) 111 teravatios hora (unos 10.000 millones de metros cúbicos) de gas natural al año, desde el 1 de enero de 2024 hasta 2034, con una opción de prórroga por otros 5 años más. Ambas compañías firmaron una carta de intenciones no vinculante con la intención de que la compañía Sefe se convirtiese en un comprador a largo plazo de suministros de hidrógeno a gran escala y con bajas emisiones de carbono, haciendo un guiño al hidrógeno azul.

Según el Departamento de Energía de Estados Unidos, el 67% de la energía primaria lo copa el gas natural y el petróleo, mientras que las renovables y el carbón apenas representan un 13% y un 12% respectivamente. Por último, la nuclear supone un 8% de la generación. El Departamento de Energía de EEUU anunció en octubre de 2023 el despliegue de 7.000 millones de dólares para poner en marcha siete Centros Regionales de Hidrógeno Limpio (H2Hubs) en todo el país y acelerar el despliegue a escala comercial de hidrógeno limpio de bajo coste.

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