Garamendi entiende que las empresas duden en invertir con la fiscalidad de Sánchez
El presidente de la CEOE critica el plan del Gobierno de hacer permanentes los impuestos a las energéticas y a la banca
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, manifestó este martes que entiende perfectamente la reacción que están teniendo empresas como Repsol de replantearse sus inversiones en España. El presidente de la patronal lo señala como consecuencia de la idea que tiene el Gobierno de Pedro Sánchez de convertir en permanentes impuestos como el de la Banca y las energéticas -comprometidos en sus acuerdos con Sumar-, pero en principio, planteados para tener una vigencia de dos años.
Esta es una idea que también comparte Ignacio Rivera, presidente del IEF, que mantiene que no hay que «pasarse de rosca» con la hiperregulación normativa. Rivera afirma que en España «hay una presión fiscal alta». «Los empresarios españoles no se quejan de pagar impuestos, pero sí de la competitividad, de manera que si la regulación de energía verde te condiciona en tu competitividad y en la presión fiscal de igual modo, habrá que mirarlo, porque competimos con otros países europeos«.
«Competimos con gente que no tiene esas regulaciones y normativas. Dicho de otra forma -señaló-, tenemos que tener sentidiño, y poner lo importante delante, y sentarnos a trabajar y dejarnos de pelear. No sé a dónde va a Europa, pero nos tenemos que posicionar porque, si no, va a afectar a todo el empresariado español y europeo. Yo abogo porque las empresas familiares son mejores, y no tengo nada en contra de los fondos de inversión. Pero los fondos de inversión piensan más en corto y las empresas familiares más en largo, y de ahí que cada uno saque sus conclusiones», añadió Rivera.
Recordemos que Repsol, tal y como adelantó El Mundo, se ha plantado ante el Gobierno por el impuestazo y ha decidido trasladar a la ciudad portuguesa de Sines un primer proyecto de inversión verde, dejando así en el aire miles de millones de inversiones tras el anuncio del Ejecutivo sobre el gravamen energético. Según fuentes expertas consultadas por THE OBJECTIVE, esta medida se podría estar negociando con el PNV para bonificar a las eléctricas, pero no a las empresas petrolíferas.
En una conversación informal ante un reducido grupo de periodistas con motivo del Congreso de la Empresa Familiar celebrado durante tres días en Santander, el empresario vasco fue explícito al afirmar que entiende a Repsol y a todas las empresas y bancos afectados. «No estamos de acuerdo con que se hagan permanentes estos impuestos a las energéticas y a la banca, algo que ya dijimos como CEOE, cuando el Gobierno dijo que eran temporales. Hacerlos permanentes -recalcó- es otro cambio de opinión, uno más, y nos preocupa mucho que perjudique a las inversiones en España».
Alejamiento de la empresa
Los empresarios consultados por este diario no quieren entrar en discusión con acción política del Ejecutivo, pero tampoco comparten la iniciativa de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, de reducir la jornada laboral a 37,5 horas cuando hay más de 4.500 mesas de negociación abiertas. «Deben ser sindicatos y patronales los que, como han hecho hasta ahora, deben conseguir cerrar los acuerdos, en función de las necesidades productivas de las empresas», sostienen las fuentes.
Entre las empresas familiares -dicen- existe incertidumbre sobre las consecuencias de esta reducción de jornada, que podría ser más acuciante para las pymes. También producen desconcierto las bonificaciones por la contratación de las que habla Trabajo, bonificaciones que no son capaces de plasmar en un papel, por lo que resulta complicado valorar esta reducción. Máxime -advierten-, cuando quieren que sea el SEPE quien asesore a las empresas sobre cómo reducir la jornada laboral y cómo contratar, sabiendo que su servicio no es capaz de dar empleo a más del 3% de las personas paradas.
Las empresas familiares ovacionan al Rey
En presencia de la ministra de Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, así como de empresarios como Rafael del Pino, Felipe VI fue recibido este martes en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander con una larga ovación en medio de un desayuno con más de 600 empresas familiares. Por la cita también pasó el exministro italiano Enrico Letta, encargado de redactar un informe que postula recetas para dinamizar la economía europea, entre ellas la unidad del mercado de capitales y un mercado único de sectores.
Felipe VI estuvo rodeado de empresarios que quisieron saludarle y hacerse una foto con él. Poco más tarde, el Rey elogió el papel de las empresas familiares como motor de la economía y principal empleador del sector privado, lo que refleja la importancia «no solo del crecimiento económico de nuestro país, sino también para las personas».
El Rey también afirmó que para garantizar la continuidad y supervivencia de la empresa familiar en el entorno actual, «tan cambiante, a menudo inestable y siempre exigente, debe hacerse ese esfuerzo para poder ganar en productividad y en competitividad, objetivos también primordiales para vuestro crecimiento y relevancia en el mercado global».
En un contexto económico extraordinariamente complejo, añadió, «os enfrentáis a una presión creciente para adaptaros y diferenciaros. Es aquí donde aspectos clave como la incorporación de talento, la apertura de la innovación y la adopción de tecnología tienen un rol crucial. Si el objetivo es mantenerse y prosperar, el camino es adaptarse. Lo habéis hecho en épocas pasadas más recientes, y estoy seguro de que lo seguiréis haciendo», concluyó el monarca.
Antes del discurso de clausura de Felipe VI, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Ignacio Rivera, se dirigió a los participantes del XXVII Congreso nacional y dijo que «para los empresarios, las cosas no son fáciles y tampoco la sociopolítica lo es». «Sin embargo, estamos vivos. Las empresas familiares están más vivas que nunca y tenemos que hacer las cosas».
«Las cosas no son fáciles»
Pese a las dificultades, Rivera defendió una postura optimista para afrontar los retos, agradeciendo el marco de monarquía constitucional que ha propiciado la internacionalización de las empresas familiares, lo que ha permitido, superando crisis e incluso la Covid, que nuestras empresas familiares estén entre las mejores del mundo».
El presidente del Instituto de la Empresa Familiar -cuyo próximo congreso nacional tendrá lugar en otoño de 2025 en Burgos- insistió en cuidar a las personas y al planeta y reclamó la necesidad de alcanzar «consensos para superar momentos delicados».