La otra cara del empleo: uno de cada tres contratos de octubre fue de fijo discontinuo
El número de trabajadores en esta modalidad laboral se ha incrementado en 97.210 con respecto a 2023
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. | Europa Press
La contrarreforma laboral de Yolanda Díaz ha llevado a que el mercado laboral español responda con un incremento de la temporalidad en el empleo, como reflejan los últimos datos de octubre recogidos por los datos del SEPE. Así, en el pasado mes, el número de contratos de fijos discontinuos realizados llegó a representar el 34% de todos los contratos indefinidos firmados. Es decir, uno de cada tres contratos indefinidos en nuestro país es fijo discontinuo. La Unión Sindical Obrera (USO) indica a THE OBJECTIVE que ello pone de manifiesto un notable incremento de la parcialidad. Según explica José Luis Fernández Santillana, responsable del Gabinete de Estudios, «el incremento de la ocupación no está llevando consigo un incremento del empleo y, por tanto, se está repartiendo entre más personas el número de horas trabajadas».
En realidad, «el incremento porcentual de la contratación indefinida viene asociado no sólo al descenso del número total de contratos, sino también a un notable incremento de la contratación a tiempo parcial y de fijos discontinuos», detalla USO. Y la prueba es que «solo el 17,4% sobre el total de contratos celebrados son indefinidos a tiempo completo; y el 55% (poco más de la mitad) de la totalidad de los contratos realizados lo son a jornada completa».
Con los datos del mes de octubre, los contratos indefinidos a tiempo parcial suponen un 11,1% del total, mientras que los realizados como fijos discontinuos son el 15% de los contratos realizados. Aclara Fernández Santillana que «un contrato de fijo discontinuo es un contrato que realiza una jornada inferior a la completa (en el cómputo anual o mensual) y es, por tanto, también un contrato a tiempo parcial».
Menos horas, menos jornada, menos pensiones
En opinión de USO, como se puede leer en su último análisis del mercado laboral, con datos del SEPE, la Seguridad Social y el INE, el comportamiento de nuestro sistema de empleo denota que estamos ante una «reforma (laboral) no contada para aminorar el gasto en pensiones. Es decir, menor jornada implica menor salario y una menor cotización, que llevarán consigo una menor pensión. De modo que -incide el director del Gabinete de Estudios-, mientras se habla de récord de cotizantes, no se nos dice la jornada, las horas de trabajo por las que están cotizando y, lo más importante, el valor de la hora por la que se cotiza, según la ETCL (Encuesta Trimestral de Coste Laboral). Ya hay una diferencia de seis euros en el valor de una hora de trabajo a tiempo parcial frente a esa misma hora si se realiza una jornada completa».
A día de hoy, recuerda USO, el Gobierno todavía no nos ha explicado el dato correspondiente al verdadero número de fijos discontinuos registrados en cese de actividad y si hay afectados por un ERTE. Entretanto, para estimar el número de fijos discontinuos -calcula este sindicato-, debemos restar al total de demandantes de empleo con relación aquellos que se encuentran en un ERTE.
En octubre de 2024, el número fijos discontinuos se habría incrementado en 97.210 con respecto al 2023, alcanzado los 709.978. Este incremento -apostilla USO-, «se corresponde con el pase a la inactividad de fijos discontinuos en ese mes; finalizan su actividad y vuelta al desempleo. Una partida -continúa- que crece en términos interanuales al compararla con 2023 en un 15,9%% y si lo hacemos con 2021, este incremento es del 30,2%. Así, los demandantes de empleo ‘no parados’ al finalizar octubre de 2024 superaban los 1,7 millones, un 7,3% más que en 2023.
La verdadera ocupación
«Y ¿qué ocupación tienen?», se pregunta Fernández Santillana. «¿Qué trabajos a tiempo parcial, segundas ocupaciones o pluriempleo mal remunerado realizan? ¿O simplemente son inactivos percibiendo la prestación o subsidio por desempleo?». En este sentido, exige al Gobierno, y en concreto al Ministerio de Trabajo, explicar «cuál es la diferencia entre los que el SEPE denomina ‘parado registrado’ y un ‘no ocupado’, salvo que la diferencia sea estadística, no computando inactivos (fijos discontinuos y ERTES)».
Desde este punto de vista, USO plantea que Trabajo «sigue manteniendo una metodología que no aporta la claridad y transparencia necesarias para conocer la realidad y poner los medios y remedios para mejorar el alto paro que padecemos. La diferencia entre estos dos datos -paro registrado y paro real, o entre ocupados y no parados- nos debería llevar a definir claramente las situaciones de los demandantes de empleo, especialmente las de aquellos que no están ocupados o están inactivos».
Ello implicaría «la modificación de la orden ministerial de marzo de 1985 por la que se establecen criterios estadísticos para la medición del paro registrado y las modificaciones introducidas en mayo de 2005, de manera que a todos aquellos que demandan empleo y no tienen una ocupación se les considere como parados (qué cosa tan simple de hacer)». De este modo «podrán establecerse clasificaciones: en formación, fijos discontinuos inactivos, en ERTE, etc. De manera que los datos de la EPA, Eurostat y el propio SEPE converjan. En definitiva -concluye-, que el paro registrado empiece a coincidir con el paro real y, lo que es más importante, que se pongan los medios para dejar ser los campeones de Europa en esta materia».
