Alfonso Botín se queda con la gestión de la finca y el aeródromo manchegos de su padre
El primer ejecutivo de Bankinter se hace administrador único de El Retamoso, sustituyendo al ‘holding’ familiar
Alfonso Botín, vicepresidente ejecutivo de Bankinter
El primer ejecutivo de Bankinter, Alfonso Botín, se ha quedado con la gestión de la finca agrícola y el aeródromo manchegos de su padre, Jaime Botín, que falleció el pasado verano a los 88 años de edad. Ambas propiedades están ubicadas en la provincia de Ciudad Real y forman parte de la compañía El Retamoso de la Mancha 2.
Esta sociedad, que tiene entre sus activos parcelas de unas 2.000 hectáreas destinadas a producción agrícola y ganadera y a la caza, además del 50% de Pista La Perdiz, acaba de nombrar como administrador único al vicepresidente del banco y presidente de Línea Directa, en sustitución de Cartival, el holding patrimonial de Jaime Botín que compartía con sus hijos.
La designación, tal y como ha podido saber THE OBJECTIVE, fue registrada en vísperas de la Nochebuena, el pasado 20 de diciembre. Hasta la fecha, Alfonso Botín representaba al conglomerado familiar, por lo que el movimiento es un nuevo paso en la reordenación y reparto de la fortuna dejada por el que fuera tío de la presidenta del Santander, valorada en el entorno de los 2.000 millones de euros.
El cambio se ha producido meses después de que el máximo ejecutivo de Bankinter se hiciera con los mandos de Cartival, la compañía de la que dependía hasta ahora El Retamoso de la Mancha y que tiene en poder algo más del 23% del banco naranja y el 20% de Línea Directa, entre otras propiedades. A principios de septiembre de 2024, Alfonso Botín accedió a la presidencia del holding, a pesar de que otros miembros de la saga habían comenzado a tener un mayor protagonismo en los negocios de la estirpe cántabra en los últimos ejercicios, como su hermano Marcelino o su sobrino Gonzalo Blasco.
Pérdida de unipersonalidad
En la misma fecha, la empresa que explota la finca y la participación en el aeródromo también ha perdido el carácter unipersonal, por lo que la propiedad no solo no pertenece ya a Cartival, sino que al menos varios herederos de Jaime Botín se han hecho dueños de manera directa. El que fuera accionista de control de Bankinter tiene seis hijos vivos de su matrimonio con Belén Naveda.
La reestructuración ha llegado meses después de que la familia pusiera en marcha un plan para mejorar la rentabilidad ante la debilidad, entre otras, de Línea Directa en los últimos años. La hoja de ruta de Cartival se centra en una apuesta por los sectores de biotecnología y energía, especialmente renovables, apoyando el desarrollo de estas industrias para la mejora medioambiental y la sostenibilidad.
En 2023, último ejercicio disponible, el holding de los Botín entró en pérdidas de 1,7 millones, debido al ajuste de valoración llevado a cabo en las acciones de la aseguradora, que ha vivido años convulsos por el aumento de los siniestros y el encarecimiento de las reparaciones ante la escalada de la inflación. Desde finales de 2023, la empresa de pólizas está remontando y ha vuelto a ofrecer resultados positivos, lo que ha permitido una recuperación de su cotización en Bolsa.
Una de las primeras medidas adoptadas por Cartival fue la transformación de una de las filiales, Aleph 2004, para llevar a cabo la nueva estrategia de activos alternativos y delegando la gestión a Bankinter. Entonces, recibió dinero para tener los recursos suficientes exigidos por la regulación. En enero de 2024 esta firma fue registrada en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para operar.
El Retamoso de la Mancha cuenta con unos activos de 7,6 millones de euros, según los datos del informe de 2023 recabados por Insight View. En dicho año, la empresa que ahora administra Alfonso Botín registró números rojos por algo más de medio millón de euros, a pesar de que percibió subvenciones por importe de 222.219 euros, de los que 195.219 euros fueron aportados por la Junta de Castilla-La Mancha.
La sociedad agrícola cuenta con terrenos valorados en 4,2 millones de euros y es dueña del 50% de Pista la Perdiz, un pequeño aeródromo para helicópteros y jets privados compartido con la familia Medem que sirve para llegar a una finca de su propiedad -La Nava del Barranco- especializada en actividades cinegéticas, un complejo puesto en marcha hace más de un decenio. Esta firma, según los resultados más recientes, obtiene mínimas ganancias.
