Claves de la OCU para no gastar de más en los supermercados en plena reduflación
Se trata de estrategia de marketing de las marcas para reducir de forma casi imperceptible el tamaño del producto, manteniendo su precio intacto, para aumentar el margen de beneficio
En el contexto económico actual, marcado por el desabastecimiento y la subida de precio en los supermercados, surge un nuevo concepto que enmarca el proceso en el que se reduce la cantidad de un producto, pero se mantiene o incluso incrementa su precio. Esto es lo que se ha dado a conocer como `reduflación´, un fenómeno cada vez más común en productos de alimentación, habitual en artículos de higiene y droguería, que hace que llenar la cesta de la compra se convierta en una tarea cada vez más cara.
Se trata de una estrategia de marketing de las marcas para reducir de forma casi imperceptible el tamaño del producto y lograr así reducir los costes y aumentar el margen de beneficio. En definitiva, te dan menos cantidad por el mismo precio. Este fenómeno sucede, por ejemplo, en situaciones en las que en una bolsa de patatas se reduce la cantidad de producto de 20 a 15 unidades, pero se mantiene el mismo precio, donde la diferencia, a ojos del consumidor, se vuelve imperceptible.
A pesar de que esta subida de precios no constituye una práctica ilegal, supone un engaño para el consumidor, pues el margen comercial de beneficio continúa siendo el mismo.
Orígenes de la reduflación
Esta táctica comercial no es un invento novedoso derivado de la crisis económica y energética de los últimos meses. La reduflación debe su nombre al Reino Unido, donde se aplicó por primera vez el concepto de shrinkflation (shrink = reducción) para referirse al proceso de inflación que tiene lugar en los artículos más habituales de la cesta de la compra. En nuestro país afecta sobre todo a productos envasados entre los que destaca la pasta, los yogures, las conservas o los productos congelados.
Quienes recurren a esta estrategia en la venta de sus productos justifican su aplicación por la equiparación de los procesos de producción, el encarecimiento en los precios de importación de materias primas y los costes de transporte o mano obra.
¿Cómo funciona? Definición según la OCU
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) llama reduflación al «conjunto de técnicas pensadas para subir precios sin que el comprador repare en ello«, de tal manera que existen productos que, en teoría, no suben de precio, pero que sí reducen la cantidad en sus envases. Así, la OCU expone varios ejemplos que se pueden observar a diario en los supermercados con marcas reconocidas: el bote de Cola-Cao ha sufrido una reducción de 40 gramos, la margarina Tulipán presenta 50 gramos menos, los yogures Activia tienen 5 gramos menos y los macarrones de la marca Gallo han subido solo un 4,1%.
Sin embargo, estas marcas no son las únicas. Campofrío, que antes vendía por 1 euro un envase de 110 gramos de jamón cocido, ahora lo hace de 100 gramos, mientras que el chorizo de la marca Revilla, antes contenía 80g de producto por 1 euro y ahora apenas llega a los 70 gramos.
Otro caso es el del conocido refresco Pepsi-Cola: la botella de 2 litros ha dejado paso a una de 1,75 litros, coincidiendo, además, con un aumento de precios. En 2021, el precio medio de este producto era 1,33 euros y ahora sube a 1,48.
¿Cómo evitar caer en la trampa legal pero engañosa de la reduflación?
Si bien es cierto que solo aquellos consumidores realmente acostumbrados a comprar determinados productos son capaces de detectar este tipo de práctica, existen trucos para poder evitarlo. Los expertos recomiendan mirar el precio por kilo o por litro, algo que la ley obliga a exponer a todos los establecimientos comerciales, y comparar en el mercado valorando cómo evoluciona con el paso de las semanas.
#Consumo El alza de los precios supondrá un incremento de más de 500 € al año en productos de la cesta de la compra.
— OCU (@consumidores) April 27, 2022
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Una buena etiqueta
Según la OCU, este sería un ejemplo de etiqueta informativa bien formulada:
La lucha contra la reduflación supone realizar un cambio en nuestros hábitos de consumo para ver en qué se gasta más dinero, siendo aliadas útiles las apps de comparación de precios. También es recomendable huir de ofertas como las de 3×2 o «ahora con x gramos más gratis», puesto que tienden a ser las más engañosas.