El pescado de toda la vida que deberíamos dejar de consumir
Los expertos alertan de la extinción de la especie a menos que dejemos de consumirla
Filetes de pescado
Comer anguilas ha sido tan habitual a lo largo del tiempo que ya se considera un plato típico y tradicional en muchos hogares españoles. Su abundancia y rico sabor invita a no dejar de prepararlas. Ya sea frita, en salsa, guisadas o «all i pebre», este sabroso manjar es el protagonista cuando las familias se reúnen alrededor de la mesa.
Sin embargo, la tradición podría llegar a su fin muy pronto. Los expertos alertan que no hay angulas en el mar. Seguir comiendo este suculento pescado terminará con la especie para siempre.
Colapso de las anguilas
Según informa El Español, la abundancia de las anguilas terminó a finales de la década de 1970. Dado el elevado consumo del momento, la especie no pudo recuperarse y entro en decadencia. Hoy llegan a las costas europeas cinco por las cien que llegaban antes, unos datos realmente preocupantes.
Ahora, la especie se encuentra en «peligro crítico de extinción«. Se trata del rango más severo por lo que su desaparición supone una amenaza real que mantiene a los expertos en alerta.
En su día ocurrió algo similar con el lince ibérico, pero gracias a los esfuerzos consiguieron que la especie creciera hasta considerar su existencia en «peligro de extinción», una amenaza mucho más leve que la actualidad de las anguilas.
Sin embargo, en este caso, no se está haciendo ningún esfuerzo porque sobrevivan. Todo lo contrario, nos las seguimos comiendo. Y todo apunta que van a desaparecer.
Como explica El Español, las causas del colapso no están del todo claras. Seguramente influyen diferentes factores. Lo que sí está claro es que la pesca masiva y el consumo acelerado son dos factores predominantes en esta cuestión.
Otro aspecto muy relevante e influyente es el comercio internacional. Este ha hecho que desaparezcan las anguilas a nivel global eliminando la posibilidad de encontrar esta especie en otras partes del mundo. El problema es de todos, no quedan anguilas en ningún lugar del planeta.
La implicación de la gastronomía
¿Os imagináis que en la carta de un restaurante aparece un plato de lince ibérico con guarnición de patatas? Es impensable. Mucho menos que se celebrasen festivales de degustación. Sin embargo, esto si ocurre con la anguila europea, aún presentando un mayor riesgo de extinción, y nadie se lleva las manos a la cabeza.
En los últimos años, existe una intención por incentivar su consumo. Campañas y programas de televisión animan a la población a consumir anguilas. Según datos de El Español, precisamente fue el año pasado cuando Robert Niro, actor estadounidense, visitó España y cenó un menú de prestigiosos chefs que incluía un plato con anguilas. Días después ya había artículos que animaban a los lectores a abandonar sus prejuicios y “atreverse con la anguila”.
Otra polémica en relación a las anguilas surgió tras el programa de RTVE conocido como MasterChef. En su edición infantil, hicieron que un niño matase a una anguila. Lo llamativo del asunto es que nadie consideró polémico que se cocinará una anguila, -de hecho, es un ingrediente muy corriente a disposición de los concursantes- lo que se denunciaba es que hubieran impulsado a un niño a matar un animal.
El primer fin de semana de marzo, durante tres días, se celebra en Asturias el festival gastronómico de la angula que ya tiene más de treinta años de antigüedad. En él, siete restaurantes sirven cazuelas de angulas a 65 euros. Según El Español, el precio muestra la obsesión humana por los productos exclusivos, a sabiendas que esto puede contribuir a la desaparición de la especie.
Parece que ni el mundo de la gastronomía, ni las administraciones tanto europeas como regionales o estatales pretenden erradicar el consumo de anguilas. De hecho, son ellos mismos quienes lo incentivan y permiten su comercialización. Por ello, mientras esperamos que en algún momento se apliquen restricciones, es importante tomar conciencia y sacar esta especie de nuestras cocinas y recetas.
Si dejamos que la especie se recupere, en algún momento, volverán a ser abundantes y podremos volver a disfrutar de ellas, eso si, siempre con consciencia.
