La conexión catalana que condujo a Sánchez en su asalto final a Telefónica
El trabajo subterráneo del PSC fue clave para convencer a Criteria de que Pallete debía ser sustituido por Marc Murtra

Alejandra Svriz
El asalto final del Gobierno a Telefónica certificado este fin de semana tiene todavía muchas interrogantes, en especial respecto de las motivaciones para acelerar una toma de control que se certificó en apenas 24 horas. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE citan desde el tiempo que tardaron en convencer a Criteria, pasando por la implicación de la operadora en los procesos judiciales que cercan a Pedro Sánchez y su entorno y terminan en las prisas motivadas por las presiones del Partido Socialista de Cataluña (PSC), todavía herido tras la abrupta salida de Raül Blanco de Renfe.
Estas mismas fuentes hablan del momentum. Moncloa ha encontrado el lugar y el instante preciso, tanto empresarial como político, para conseguir sus objetivos de control de la empresa más estratégica de España, llave para el control de la ciberseguridad, la digitalización y dueña de las infraestructuras de comunicaciones críticas del país. Aunque lo cierto es que todos coinciden en señalar que el PSC y las relaciones de Sánchez son dos de los principales favorecidos con el asalto a la compañía tras forzar la salida de José María Álvarez-Pallete y nombrar de manera exprés a Marc Murtra.
Esto supone que el giro de timón en Telefónica se ha hecho desde y para Cataluña, según dicen quienes conocen de primera mano la forma en que se ha gestado la operación. El presidente del Gobierno y sus asesores liderados por Manuel de la Rocha -quien pidió personalmente su salida a Pallete en Moncloa– llegaron a la conclusión que todos los caminos llevaban a la autonomía con la que mantiene un idilio electoral desde hace dos años: es el territorio que más votos le dio a Sánchez para ser reelegido, pese a perder las elecciones, y le devolvió la Generalitat después de 14 años de gobiernos independentistas.
El PSC y Telefónica
Sánchez y su equipo idearon el asalto sabiendo que la única oportunidad de tener éxito era convencer a la Criteria Caixa de que era necesario mover ficha. Pese a que hace meses tiene el apoyo de STC dentro de la compañía, sin el brazo industrial de la Fundación La Caixa (el otro gran accionista de Telefónica, con un 9,9%) era imposible sacar adelante el cambio de presidente. Y para convencerles necesitaban un proyecto atractivo, tanto empresarial como político… y en lo posible cercano a Cataluña, la sede histórica del grupo bancario y donde sus principales directivos tienen su origen.
Y para convencer a Criteria se apoyaron en el PSC, tanto en la vieja como en la nueva guardia, para idear el asalto de Telefónica como para buscar la mejor manera de acercarse al Universo Caixa. El empresariado catalán, de los que Isidro Fainé (presidente de Criteria Caixa) y Ángel Simón (consejero delegado) son destacados representantes, tiene mucho apego a las relaciones personales y si estas son con políticos catalanes, mucho mejor.
Para ello ha ayudado mucho el actual ambiente empresarial de Barcelona, donde la llegada del líder del PSC, Salvador Illa, a la Generalitat ha hecho al mundo corporativo local confiar nuevamente en el despegue económico, de la mano de una dirección política que cree en el nacionalismo, pero nunca en el independentismo. Al igual que la mayoría de los grandes empresarios históricos de Cataluña.
Doble objetivo
Y es aquí donde surge la figura de Marc Murtra. Este diario ya ha explicado la desazón de los socialistas catalanes cuando Óscar Puente consiguió el plácet de Moncloa para que apartara a Raül Blanco de la presidencia de Renfe, situando a un hombre de su confianza y quitando a uno de los mayores representantes del PSC en las empresas públicas del Estado, quizás la más grande y la de mayor importancia estratégica.
Es por ello que su nombramiento en Telefónica cumple un doble objetivo, se designa a un empresario catalán, hombre del PSC, y además se hace un guiño a la Caixa (es patrón de la Fundación desde hace unos meses) para que apoyase la operación. Marc Murtra, un reconocido hombre del PSC, lleva dos años en Indra como uno de los principales representantes del partido, pero además ha demostrado ser la mejor correa transmisora de los intereses de la SEPI (es decir, del Gobierno).
Murtra e Indra
Primero lideró el asalto del Gobierno, junto con SAPA y Amber, para borrar del consejo de la tecnológica a los rebeldes y luego supo pasar a un segundo plano cuando se fichó a José Vicente de los Mozos como CEO. Esta vez para dar tranquilidad a los mercados y enviar el mensaje de independencia a las presiones gubernamentales. No era el mejor técnico que había para sustituir a Pallete, pero sí tiene a su favor que conoce el mercado tecnológico, que compensa al PSC la salida de Raül Blanco y que es un catalán que no disgusta a Criteria.
Pero no es todo. Para forzar el salto y convencer a los socialistas catalanes, el Gobierno quiere poner en marcha un giro catalán de Telefónica. Una operación que pasa por reforzar la filial de la operadora en Barcelona, en compartir contratos en la autonomía y descentralizar a una compañía ligada a Madrid desde siempre. Se trata de que sea parte de un núcleo de empresas fuertes dentro de la autonomía (sin salir de la capital), pero que genere un polo de atracción para otras grandes corporaciones de otros sectores productivos.