Talgo divide al Gobierno: Moncloa abre la puerta a Pesa y Puente insiste en que entre el Estado
El objetivo es lograr una alianza entre Sidenor y la polaca Pese para evitar la entrada de la SEPI en el capital del fabricante

Óscar Puente, ministro de Transportes.
La guerra por Talgo sigue adelante, de momento sin intervención financiera del Gobierno central. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que la Oficina Económica de Moncloa ha frenado cualquier intervención de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), esperando que la vasca Sidenor y la polaca Pesa puedan lograr un entendimiento que cumpla con los intereses estratégicos del Ejecutivo. Esto supone dar al menos un par de semanas para que se selle este eventual acuerdo, tiempo en el que se volcarán para conseguir un pacto entre las partes.
Una decisión que divide al Gobierno (entre los que quieren que la SEPI entre ya y los que piden tiempo para buscar alternativas) y que ha generado discrepancias con la cúpula del Ministerio de Transportes, liderada por el Óscar Puente y el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, exalcalde de Irún y guipuzcoano de nacimiento. Transportes lleva defendiendo la españolidad de Talgo desde hace más de un año con la creación de un gigante ferroviario con Renfe y Adif en el horizonte.
Para ello se posicionaron a favor del veto a la opa húngara de Magyar Vagon, pero no han logrado convencer al entorno del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que active una entrada acelerada de la SEPI. Esta opción solucionaría las carencias financieras de Sidenor, cuya propuesta -todo parece indicar- se quedará muy por debajo del entorno de cinco euros que podría poner este viernes sobre la mesa la polaca Pesa.
Entrada de la SEPI
Las fuentes consultadas por este diario indican que el equipo económico de Moncloa, apoyado por el Ministerio de Economía, no descarta una entrada de la SEPI per se, pero lleva meses postergando esta opción a la espera de lograr una solución privada. De esta manera, Puente se ha visto obligado a buscar la entrada de Sidenor (apadrinado por José Antonio Santano), en noviembre, y de los fondos vascos públicos vascos la semana pasada.
Estas mismas fuentes indican que la propuesta para que la SEPI entre en el capital de Talgo ni siquiera ha llegado formalmente a la sociedad pública, porque Moncloa y el Ministerio de Hacienda no han dado el plácet. Es decir, la sociedad pública no tiene en estos momentos ningún plan formal de entrada, aunque -dicen fuentes del Ejecutivo- no tomaría demasiado tiempo activar sus resortes si lo autoriza el equipo económico del presidente del Gobierno.
Este diario ya publicó hace una semana que el Gobierno tenía todas las vías abiertas para mantener un núcleo de control español en Talgo y que -pese a que la opción de la SEPI estaba sobre la mesa- sería la última carta cuando se descartasen el resto de las alternativas. La prioridad del Ministerio de Transportes fue fortalecer la oferta de Sidenor -que se presentó el miércoles- y posteriormente presionar al fondo Trilantic para que la aprobara antes de que se produjera una guerra de opas.
Pesa y Talgo
En medio de estas conversaciones, la polaca Pese anunció su interés en comprar Talgo y ha disparado la acción más de un 11% en una semana. Como contó este diario, se espera que presente formalmente su propuesta el viernes y que mejore la de Sidenor, en la línea de los cinco euros que siempre ha pedido Trilantic. Esto supone valorar la compañía por encima de los 600 millones de euros y cerca de los 617 millones que ofrecieron en su momento los húngaros de Magyar Vagon.
Los polacos además ofertan por un 41% de Talgo y con opciones de hacer una opa por el 100%, mientras que Sidenor solo puja por el 29% de Trilantic. En este sentido, y conscientes de que los vascos no podrán igualar por sí solos la oferta de la polaca Pesa, la opción en la que trabaja Moncloa en estos momentos es la posibilidad de que las dos propuestas lleguen a un entendimiento.
Esta semana, Cinco Días publicó que se abría la puerta a que Pesa entrara en el capital del fabricante ferroviario, pero en una segunda fase después de que Sidenor compara el 29% de Trilantic. Es una opción que no gusta a los polacos, que ofrecen exactamente lo contrario: ser los líderes de un eventual consorcio con participación española, pero siempre minoritaria. Se rompería así la gran línea roja de Transportes y es que siempre exista un núcleo de control español.
Hungría y Polonia
Sin embargo, en Moncloa hay cada vez más voces, influidas por el Ministerio de Economía, que creen que una entrada de la polaca Pesa como socio mayoritario es aceptable, siempre que tenga como partner a Sidenor. En el Gobierno saben que la opción de bloquear esta oferta mediante el escudo antiopas sería muy difícil de explicar a los inversores extranjeros y al centrista gobierno polaco, miembro destacado de la OTAN y de la Unión Europea.
Polonia está en las antípodas de Hungría y de las razones políticas que justificaron el veto a Magyar Vagon en Talgo en agosto del año pasado. No se podría en este caso agitar el fantasma de la ultraderecha ni los riesgos de conexiones con Rusia, una papeleta para el departamento de control de inversiones si no hay un acuerdo previo de inversión con Moncloa. Por eso el Gobierno ha activado la vía diplomática para buscar un entendimiento y evitar la entrada de la SEPI hasta que no sea estrictamente necesario.